Flecha falangista se interna en el atribulado corazón de los principios DC
Al rojo vivo está la crisis que hoy vive la Democracia Cristiana. La flecha roja que representa a la colectividad se ha internado en el ya fracturado corazón de la colectividad, tras las decisiones adoptadas por su última Junta Nacional, el pasado domingo, que terminaron por derrumbar la débil base de cohesión en que estaba asentada su campaña electoral de noviembre próximo.
Hoy en la mañana ha renunciado uno de sus vicepresidentes, Sergio Espejo, a su militancia de 30 años y también a su re-elección a la Cámara Baja, como consecuencia de los acuerdos adoptados por la Junta, entre ellos persistir en la repostulación del diputado Ricardo Rincón, en quien pesa un fallo de tribunales por violencia intrafamiliar.
La dimisión de Espejo a su militancia no será la única consecuencia de este tsunami que se dejó caer en la Falange, un movimiento que conoció tiempos de gloria, que llevó a 3 de sus representantes a La Moneda y de amplio protagonismo en estos casi 30 años de post-dictadura al formar parte del conglomerado que ya cumple, con Bachelet, un total de 5 administraciones.
El caso del diputado Rincón ha sido un gatillante, pero lejanamente es la mecha que produjo el incendio que el partido hoy tiene, a excepción de lo que representa en cuanto a la deslealtad a principios valóricos que la ciudadanía asociaba como doctrinas inherentes a la DC y que hoy la Opinión Pública exige: el respeto al género femenino, porque al parlamentario se le procesó- según informe del Diario “EL Observador”, por golpear a su ex pareja y el hecho habría sido acreditado según el diario.
Rincón no es un militante ni un parlamentario por el que la colectividad debiera cortarse las venas, pero cuenta con la protección de su hermana, la ex senadora Ximena Rincón, y con una de las diversas fracciones que coexisten al interior del Partido. Y la dificultad que presenta su candidatura es apenas una arista que coincidió con dificultades mayores al interior del Partido. En ese sentido lo analizaremos en la columna que va a página impresa.
Esto último- el fraccionamiento interno- es el gran detonante de la crisis y para muchos- aunque no lo expresan- lo es también el bajo rendimiento en encuesta de la abanderada Carolina Goic, insatisfacción que ha circulado soterradamente entre los núcleos que no comparten esta candidatura.
La Crisis de la DC es un proceso que se inició de manera conjunta con la radicalización de las Reformas programáticas gestionadas por el Gobierno de Bachelet que puso en situación incómoda a las alas más conservadoras democratacristianas.
A ello también contribuyó la convivencia por conglomerado con el Partido Comunista, porque los principales conflictos de la ex Nueva Mayoría en la tramitación de los programas más emblemáticos derivaron de las diferencias DC/PC.
Por último la configuración ideológica de la Nueva Mayoría se concentra en la izquierda, y eso ha resultado inconfortable para la DC, colectividad que al resto de los partidos le ha resultado útil para llevar el apellido de la centro izquierda.
Por esto último, resulta incomprensible que la Junta Nacional también decidiera asociarse con la Izquierda Cristiana y el MAS, dos pequeñas fracciones de izquierda para la campaña parlamentaria.
Recordemos que también la Falange tuvo gran protagonismo en la aún latente crisis del Sename. Significó que abandonara las filas el diputado René Saffirio y nada ha dicho la colectividad por los cuestionamientos de una Independiente simpatizante DC, la ex ministra Javiera Blanco.
Nada se ha dicho tampoco con respecto a la eventual candidatura de la ex directora del Sename, Marcela Labraña, cuestionada por el lamentable y muy mal resuelto escándalo Sename. ¿Qué está pasando en este caso?
La DC está cosechando las consecuencias de un clima ambiguo interno y a su variable postura en un conglomerado que escasa empatía siente con la otrora gloriosa Falange.
Esta función continúa, es lo que los periodistas denominamos noticia en desarrollo, y el dilema de la DC será el tema que abordaremos en nuestra columna de este viernes en el Semanario “Tiempo”.
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