Volver…Yo estoy retornando a esta columna que con generosidad me brinda este Semanario. Una gran mayoría regresa a  su cotidianeidad. También vuelve una coalición de gobierno que estuvo desalojada de La Moneda por 4 años.

Retornar es volver al nido, al refugio donde todo está organizado….pero ya no somos los mismos.

Eso se exigirá a la ex Concertación, que no retorne la misma: sumó un nuevo socio y deberá regresar- ahora como Nueva Mayoría- a hacer eso: una propuesta nueva, que dé en el blanco a los requerimientos del país.

Entonces, ¿Cómo retornarán? ¿más viejos o rejuvenecidos? ¿con más experiencia tras ser oposición? ¿Con  humildad o con prepotencia porque lograron el re-desalojo?

¿Llegarán con las pilas puestas para que este país avance? En Calidad de Educación, en Distribución del Ingreso, en Descentralización, en Regionalización, en Modernización, en Energía, Manejo de Recursos y Medio Ambiente.

Y mucho más espera la ciudadanía. En campaña hubo un abanico de promesas y ahora una sociedad movilizada aguarda a que eso se cumpla.

Algo sí no ha cambiado: retornan de la mano de la misma gobernanta, a quien una mayoría dispensa gran condicionalidad. No hubo capacidad para generar nuevos líderes.

Como sea, este nuevo conglomerado deberá entrar en el juego de la comparación: Promesas versus Cumplimiento; Concertación y Nueva Mayoría; Bachelet 2009 y ¿Bachelet 2.0 podríamos llamarla? Y por último, será ineludible su medición con el gobierno saliente. Esa contienda ya se inició y por tanto ni soñemos que concluirá la tensión que caracterizó en estos 4 años las relaciones de ambos conglomerados.

Menuda tarea tiene. Agreguemos que el grupo  que ha mostrado más capacidad de movilización política- los estudiantes- ya  manifestó que el compromiso con la flamante coalición es apenas discreto.

Difícil hacer proyecciones frente a escenario tan complejo.

Pero lo prudente en beneficio del país es dejar que este nuevo Ejecutivo comience a funcionar.

La Nueva Mayoría ha prometido implementar 50 medidas en los primeros 100 días. Aguardemos  esta cincuentena que deberá cumplir en 3 meses y algo. Tiempo breve para 50 medidas  y nuevamente nos enfrentamos al exceso de expectativas que ha sembrado en la ciudadanía. Eso plantea vulnerabilidad frente a un ciudadano impaciente.

Por tanto, como el tango, ¿retornarán “con la frente marchita”? ¿Dirán que “veinte años no es nada”? ¿Estarán “con el alma aferrada a un dulce recuerdo” o “tendrán miedo al encuentro con el pasado que vuelve”?

Las respuestas comenzarán a escribirse a partir del 11 de marzo, cuando inician una cuenta regresiva de 100 días, su primer round en el cuatrienio.

Lo del tango es apenas un romanticismo que nada tiene que ver con el desarrollo del país y en este proceso, lo romántico no vale un peso. Ni mucho menos un escenario de permanente discordia y descalificación.