¿Qué rol jugará un ex y brillante Ministro de Hacienda en la cartera de Educación?  Es la pregunta que mucho nos hacemos tras el  nombramiento de Nicolás Eyzaguirre en la cartera que más dolores de cabeza le ha dado a las dos últimas administraciones. Donde han caído derrotados por la fuerza de las movilizaciones y por lo complejo e importante del tema educacional políticos de trayectoria (Lavín y Provoste); experimentados especialistas del tema de educación (Beyer) y la actual secretaria de Educación, Carolina Schmidt, quien había capitalizado creciente popularidad y terminará con un desplome ganado a partir de su nominación en la cartera.

Educación se ha convertido en la casa del  jabonero- todos resbalan- y por tanto Eyzaguirre debe estar absolutamente consciente que este enorme desafío que asume podrá a prueba la sagacidad con que gestionó el gabinete de Hacienda en la  administración de Lagos.

Fue el hombre que implementó el superávit  estructural del 1%, esto es la denominada regla fiscal, con un diseño presupuestario bajo el supuesto de un superávit del 1%, que puso al país en la ruta de la disciplina fiscal por la cual  el FMI- organismo que luego reclutó a Eyzaguirre- alabó los resultados de la economía chilena. Nos permitió salvar crisis económicas mundiales, a las cuales nuestra economía es altamente sensible, pues está sustentada mayoritariamente en las exportaciones, perfil que mucho han olvidado, este mismo gobierno,  porque de otra manera no se explica una paralización de puertos por 23 días en plena temporada de envío de productos frescos.

Pero volvamos al Eyzaguirre de hoy, con una designación en mano para asumir ahora una cartera social. Su nombramiento puede tener dos lecturas. Una es que la futura Presidenta coloque en este desafiante sector  a un hombre diestro en Finanzas porque  en esa dirección ha sido llevado, lamentablemente, el tema educacional, como una primera prioridad. La gratuidad en el sector  prendió como pólvora una vez la próxima parlamentaria del PC, Camila Vallejo la instaló como consigna.

Y cómo no, si la gratuidad nos encanta, nos fascina, porque requiere de poco o nada esfuerzo, sólo estar en la fila del reparto.

Pero- lo sostengo muy directamente- Educación Gratuita y además para todos- representa un reduccionismo simplón para un tema de gran trascendencia en el desarrollo del país: las familias de mayores recursos ya han sido ampliamente subsidiadas por el sistema y modelo económico imperante que además otorga a sus hijos la ventaja de  las mayores oportunidades.

Por tanto,  resultaría decepcionante que Eyzaguirre se concentrara solo en el aspecto económico de lo educacional, teniendo el sector una multiplicidad de desafíos y no se agota por cierto en una cuestión de recursos.

Una segunda interpretación entonces es que esta enorme tarea que representa el  manejo de la cartera de Educación, la mandataria espere que Eyzaguirre sea coherente con lo que él ha expresado  en  reiteradas oportunidades sobre la necesaria Calidad en la Educación y donde él podría  conjugar su experiencia como hombre de academia- ha sido Profesor en Chile y en  EE.UU. (Harvard)- con la de avezado economista y político proveniente de filas de  izquierda (PPD).

En todos esos elementos, su designación  haría más sentido su presencia. El economista con sensibilidad social tiene muy presente el énfasis que representa  la Educación como un dinámico motor de la movilidad socio-económica.

¿Cuántos recursos se han perdido en el país por la baja Calidad Educacional? Muchos, particularmente de padres que han hecho ingentes esfuerzos y también de presupuesto fiscal.

¿Cuánta es la población que  no ha logrado avanzar porque quedó en el camino al carecer del soporte de una apropiada formación en el nivel primario y secundario? Podríamos cuantificarla e identificarla entre los deciles y quintiles, no sólo los  más pobres, también  en la clase media que vive el día a día.

¿Por qué este país exhibe una indignante Distribución de Ingresos con  escasas familias muy ricas y otras muchas que aún no emigran de campamentos a pesar de los exitosos resultados macroeconómicos del país? En la ineficiente educación de muchos está parte de la explicación, al margen del mezquino reparto que se hace de ganancias y rentabilidad.

El tema educacional es complejo, diversificado (son 3 niveles, no se limita sólo a  la educación superior) y en el aspecto recursos no se agota en la gratuidad: también en cautelar la formación de educadores altamente calificados y gestionar los cambios culturales para que  en el nivel superior los académicos  recepcionemos una masiva cantidad de alumnos interesados plenamente en su formación.

El desafío de la cartera que recibe Eyzaguirre es enorme, y la Educación es un sector con multiplicidad de vertientes y vasos comunicantes donde  todos deben  ser protagonistas  y contribuyentes a un buen resultado. Particularmente las familias y los propios estudiantes: no hay sujetos pasivos en educación, si es que queremos aspirar a avanzar hacia un mayor desarrollo.