Ministro Ávila sorteó Acusación  pero el Profesorado va ahora por él

Una prueba más de la mala gestión del Ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, es que agregará a su criticada administración una ya organizada huelga de docentes.

El movimiento tendrá lugar el miércoles próximo y  los dirigentes han expresado que este paro sería el preámbulo para que esta huelga tenga carácter indefinido en el mes de agosto.

Este es un nuevo golpe a los inquietantes y adversos resultados que muestran los escolares chilenos porque tanto malos rendimientos como huelga del profesorado sabemos que impactan mayoritariamente en los escolares más vulnerables. Ya se proyecta que la crisis que desde distintos flancos y niveles afecta a la educación pública, generará una marca indeleble en las infranqueables brechas de desigualdad, que tanto ha instrumentalizado la ultra izquierda, pero sólo en el discurso, para proclamar las “bondades” de su doctrina.

Por eso,  tras este anuncio de huelga que enturbiará aun más el enrarecido escenario educacional, hay que lamentar, lo mal organizada que estuvo la Acusación Constitucional (AC) sobre el ministro Ávila.

Y su mal resultado fue deplorable si es que la centro derecha pretendió revertir el grave retraso que observan los escolares y contar con un secretario de estado muy proactivo en esa recuperación.

Por el contrario, esta AC estabilizó al ministro Ávila en su cargo, dio un triunfalismo al Gobierno, así como se regala agua a un sediento, en momentos que La Moneda y los Partidos de izquierda estaban en el suelo a propósito del escándalo desatado por el Caso Convenios.

Es más, ya ni siquiera se demanda del Ejecutivo la remoción del ministro Ávila por su mala gestión por cuanto  se ha regalado al Gobierno de Boric la excusa perfecta para mantenerlo en el gabinete.

Eso para desgracia de las nuevas generaciones de estudiantes y su retroceso en rendimiento, adquisición de habilidades y conocimientos que le pesarán cuando ingresen al sector productivo del país. El ministro pasará, pero las carencias y deficiencias en los alumnos permanecerán impactando en su vida personal y nacional.

Por eso, es muy adversa  la comparsa de esta anunciada huelga docente que acompañará a los preocupantes vacíos educacionales por cuanto dará cuenta que desde la gestión ministerial ni siquiera se ha podido contener a un gremio históricamente amigable con la izquierda.

En nuestro último artículo para el Semanario “Tiempo” nos referimos a este tropezón de la centroderecha que acusó una grave desprolijidad porque hubo falta de coordinación, coherencia, articulación de un discurso bien argumentado y estrategia, si se pretendía desvincular al ministro Ávila.

También abordamos aunque brevemente, porque ya lo hemos presentado en otras oportunidades, la amenaza que se cierne sobre la Libertad de Expresión  con ya las primeras señales de censura que se observan desde el Partido Comunista a propósito de los 50 años del 11/73.

Les invito a leer ese artículo

Acusaciones y la amenazada Libertad de Expresión

Publicado en Semanario “Tiempo” 14/07/2023

El fallido intento de la derecha por deponer al ministro de Educación Marco Antonio Ávila bajo la recurrente figura de Acusación Constitucional (AC) fue un boomerang para este sector al brindar un triunfo político al  Gobierno, hoy debilitado por  su gestión y sus sucesivos fracasos electorales. Esta victoria le llegó desde el cielo en momentos que atraviesa una severa crisis a propósito de señales de corrupción en el Caso Fundaciones.

Precisar, sin embargo, que el respaldo al Secretario de Estado en el hemiciclo no constituyó mérito propio ni del Ejecutivo, porque la cartera de Educación presenta preocupantes intersticios para una de las gestiones más trascendentes en el futuro del país.

El titular de Educación exhibe una opaca gestión en las fisuras que dejó la pandemia como las graves caídas en rendimiento. Distingamos en ese mal manejo la insuficiente capacidad lecto-escritura de alumnos básicos; la lenta recuperación del retorno a clases en sectores más vulnerables y el cuestionamiento al programa  formativo en Educación Sexual. Todo eso constituía mayor mérito que el desordenado planteamiento de una AC donde se deslizaron apreciaciones homofóbicas que terminaron por sepultar el propósito de destituir al ministro.

Tras estos  fallidos intentos para deponer ministros, asiste el legítimo derecho a preguntar ¿qué ha ganado el sector que muestra a todos los últimos titulares llevados  al tribunal parlamentario,  si cada vez hay más fisuras sin un rumbo conducente para mejorar la calidad educacional?

El símbolo de estos actos fallidos es el exministro Raúl Figueroa a quien se buscó destituir por ¡pretender normalizar las clases presenciales! Y ya sabemos la catástrofe que el  tardío retorno ha significado para los escolares, además de constituirnos como el país con mayor tardanza en volver a las aulas.

Esa acusación  mostró como ninguna la pérdida de foco de los congresistas sobre los reales temas que preocupan a la ciudadanía.

Particularmente cuando en el escenario nacional hay situaciones  desastrosas pendientes como las mencionadas investigaciones sobre corrupción; el irrisorio crecimiento económico: la preocupante gestión en salud que eleva estadísticas, por ejemplo, en decesos en adultos mayores y un extenso etcétera que debiera estar más presente que estos gallitos políticos.

Agreguemos el gol desde media cancha del Gobierno al instalar por Decreto una Comisión para “enfrentar” la “desinformación” y que instalaría una suerte de censura con un tribunal Inquisidor, una clara amenaza contra la Libertad de Expresión.

Ya hubo una señal, porque el  Partido Comunista logró deponer al asesor gubernamental en la conmemoración del 11/73 por el sólo hecho que este hegemónico colectivo intenta establecer una sola mirada sobre el acontecimiento.

Si eso no es censura……y cuan preocupante que provenga desde una coalición participante en el Gobierno.