La Cuenta Presidencial no da luces nítidas sobre necesario giros en las propuestas que impulsa el Gobierno
Resta una semana para que el análisis de la cuenta presidencial permanezca en la esfera mediática. A partir del 7 de junio se entra en modo de Consejo Constitucional, cuya mayor expectativa, mientras no se escriban algunas páginas, es cómo se “llevarán” las 2 fuerzas antagónicas que constituyen ese cuerpo cuya misión es escribir la nueva Constitución.
A diferencia del fallido intento anterior, hoy su estructura representa a las fuerzas políticas de los extremos y por cierto que el mayor cambio han sido los roles invertidos de la mayoría que el electorado concedió al Partido Republicano.
Pero el análisis ahora se concentra en la cuenta presidencial y sus intersticios cuando la realidad que hoy tiene obligó al Presidente Boric hablarle a su sector, a los chilenos y al Parlamento, tres interlocutores con distintos intereses.
La cuenta no se diferenció en la fórmula usada por los anteriores mandatarios en cuanto se abordan más los pendientes y los temas que aun constituyen promesa, pero la diferencia es que este balance sumaba expectativas derivadas de la lentitud y reveses del programa debido a la multiplicidad de factores que le han salido al camino. Destacamos como el principal la resistencia de la ciudadanía para empatizar con sus propuestas de campaña, ya sea por desinformación del electorado o porque sus votantes creyeron en el candidato de segunda vuelta presidencial.
Con todo, ha habido benevolencia para analizar la cuenta presidencial, porque no obstante sus resquicios, se ha dicho que el mandatario está evolucionando hacia matizar su programa inicial, y lo cierto que tal voluntad no se expresa tan nítida.
En lo fundamental siguen ausentes de su propuesta de Reforma Tributaria indicadores vitales en la marcha del país como es el Crecimiento, el Empleo y la Inversión, en la misma línea de lo ocurrido con la modificación de la estructura impositiva durante el segundo Gobierno de la Presidenta Bachelet.
La iniciativa de este Ejecutivo para modificar el esquema impositivo del país ya recibió el rechazo de la Cámara de Diputados justamente por carecer de elementos imprescindibles en el círculo virtuoso de la Economía. Irá por una segunda oportunidad en el Senado, donde sin modificación, tiene escasas posibilidades de un consentimiento hacia el camino legislativo.
La Reforma Tributaria, y más bien su fallido primer intento, fue una constante en el discurso de Boric que ha supeditado la concreción de su Programa a este proyecto que actuará como un comodín, porque cuando llegue el balance de sus 4 años de Gobierno, dirá que la Oposición le impidió contar con los recursos necesarios para su ejecución.
Esta persistencia del Mandatario en mantener el matiz ideológico en su programa es lo que genera tensión hacia el mundo político y hacia una ciudadanía mayoritaria que se resiste a avanzar hacia un Chile donde el Estado y cuestionadas reformas de la institucionalidad conduzcan al país a restarse de varias libertades que son tan preciadas y que en países de tendencias izquierdistas se ven vulneradas.
Algunos aspectos de este escenario nacional abordo en la columna publicada el pasado viernes en el Semanario “Tiempo” a partir del fracasado “plan piloto” de venta de gas a través de Enap. Un tropiezo ausente en la cuenta, y cuyo desastroso resultado es aplicable a otros proyectos de este Gobierno.
Les invito a leer ese artículo
Chilenos en una Probeta
Publicado en Semanario “Tiempo” 02/06/2023
Tras cada anuncio del Gobierno para avanzar en su programa- el de la primera vuelta en su campaña para llegar a La Moneda- hay más proximidad a que los chilenos estemos siendo introducidos en una gigantesca probeta para experimentar nuevas fórmulas que busquen coincidencia con el énfasis ideológico más izquierdizado que el Ejecutivo persiste mantener en su programa de Gobierno.
Y esa pareciera ser la clave en la decepción de quienes al ir a las urnas en segunda vuelta presidencial creyeron que votaban por un candidato Boric más moderado.
Esa postura se esfumó al pisar la Casa de Gobierno. Hoy vemos un Ejecutivo que tras 2 derrotas electorales, insiste en gobernar sólo para el sector más radical de la izquierda.
Esa postura, si de recuerdos se trata, en los 50 que se conmemorarán este año, es un símil con los contextos de la historia poco contada del Gobierno de Allende.
Hoy también el Ejecutivo tiende a hacer borrón de Chile en este medio siglo cuando hay mucho que rescatar de las distintas fórmulas de Gobernar en Democracia y que se impulsaron desde los Gobiernos electos que antecedieron al actual.
Por ejemplo, nos encaminamos y dimos grandes pasos hacia el Crecimiento.
Perdimos ese rumbo porque fracasamos en lograr más Igualdad.
Pero tampoco la alcanzaremos con el muy mal modelo que el Gobierno intenta imponer: volver a la gestión del Estado/Empresario que muy pocos dividendos nos ha otorgado.
El último tropezón en esa dirección ha sido intentar convertir a Enap en comercializador de gas a usuarios finales (familias). Un gran fracaso que nos costó la pérdida de $ 500 millones.
Nunca tanto dinero. Ha sido una de las “explicaciones” provenientes de La Moneda para un “plan piloto”- así fue definido- que pudo remitirse a trabajar desde un computador con indicadores clave como costos, riesgos, competencia, desventajas y otros que bien manejan los especialistas.
Y por último analizar los resultados antes que ¡dilapidar el dinero que al país no le sobra!
Pero más que explicaciones nada convincentes, los chilenos ya no desean escuchar un mea culpa.
Más bien les gratificaría que el Gobierno aprendiera del nuevo tropezón y retrocediera en una serie de propuestas que nos introducen en una probeta.
Esta aventura por estatizar la venta del gas, ¿podríamos asimilarla al precipicio que podríamos encontrar- además avanzadas ciertas décadas- de llevar la salud y la previsión hacia el Estado como único Administrador de dineros y servicios?
Lo mismo aplica para el retraso y la propuesta en la explotación del litio, cuya oportunidad es ahora y no lamentarnos en actos fallidos cuando estamos sentados en un potencial de un recurso que hoy se demanda. En esta gran oportunidad también el Gobierno nos está llevando a una experiencia estatal inexistente.
Así como en la apuesta para dejar caer l
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