¿Y cómo no va a ser así, si hablamos de Robert Redford y Clint Eastwood?
En tiempos que las actrices han invadido la pantalla cinematográfica- ya sea porque el cine va con los tiempos o por conveniencia comercial- tal vez resulte impresentable decir que me he deleitado en estas últimas semanas con 3 películas donde el protagonismo es definitivamente de los varones.
Por añadidura, opinaré relativamente mal de un filme candidato al Óscar cuyos principales roles son 3 mujeres compitiendo por la primacía …y eso sí que es conflictivo.
Como sea, las 4 realizaciones configuran con un par de otras, como la mejor de la oferta semanal en tiempos que están llegando a la cartelera las películas nominada al Óscar.
Precisemos que las cintas de Redford e Eastwood no van por la estatuilla, pero ellos son marca o sello y demuestran en estas producciones que su carisma, cuando ya han traspasado los 80 años, se mantiene intacta, al igual que la seducción que transmitían en sus representaciones de hace 50 años.
Redford y su película “Un Caballero y su Revólver” fue programada en los Festivales Cinematográficos de Las Condes y Providencia. No he visto que integre cartelera de cines de cadena, pero desde ya la recomendamos para cuando se exhiba.
Basada en la vida del delincuente Forrest Tucker, quien escapó 30 veces de prisión con 18 huidas exitosas, incluidas desde Alcatraz y San Quentin, en la cinta se muestra como un caballeroso señor, haciendo de las suyas al interior de los bancos.
No es muy edificante el guion en materia de ejemplos, hoy cuando la delincuencia actúa sin control, pero sabemos que las producciones cinematográficas se sitúan en simples ficciones y nada es ni para imitar ni parecido a la realidad.
Es un agrado ver a Redford en pantalla, protagonizando con este filme, algo “divertido y positivo”, según el actor.
Con esta realización, anuncia a los 82 años su retiro, pero sabemos ya que desde el mundo artístico hay múltiples ejemplos de sucesivos y reiterados retornos.
Quien está profundamente inmerso en la industria cinematográfica es Clint Eastwood quien junto a su Productora Malpaso (nunca entenderemos este nombre cuyas producciones han sido siempre exitosas) también dirige y protagoniza “La Mula”.
La película expresa en pleno el sello de Eastwood, el más estadounidense de los directores, porque lo más foráneo que le hemos visto son los spaguetti western, que tenían más del estilo vaquero que del famoso fideo italiano. Uno de los “duros” en esta saga era precisamente Clint Eastwood.
Su productora nació casi tras los westerns europeos, a fines de los 60. Desde esa fecha, nos asomamos a la mirada de Eastwood, con su sello especial para retratar al norteamericano medio, absolutamente alejado del país glamoroso que describen otros directores. Así en “Los Puentes de Madison” describe a la dueña de casa, abrumada por la cotidianidad: en “Million Dollar Baby” retrata a la juventud y sus dificultades para triunfar; en “El Gran Torino” nos transporta a los migrantes y su dura realidad. Estas tres cintas, así como gran parte de la filmografía de Eastwood, son muy lejanas al sueño americano y ese es su gran patrimonio en la industria. Su versatilidad actoral está también entre su capital cinematográfico: soldado, piloto, Harry “el sucio”; el “duro”; viejo rabioso, predicador, fotógrafo y profundamente enamorado de Meryl Streep en “Los Puentes de Madison”, entre sus múltiples roles.
Pero en “La Mula”- al igual que Redford- juega el papel de viejo bribón, que tras su desordenada vida, arriba, sin querer queriendo, al mundo de la droga y en ella camina, al igual que Mr. Magoo por la cornisa, en este riesgoso y tóxico submundo, del cual ignora absolutamente sus violentos códigos. Eso le da un gran atractivo a la cinta, porque intriga cual es el siguiente malpaso que dará para exacerbar a los narcotraficantes, algunos de cuyos operadores arden de deseos de meter un par de balas a este viejo outsider en este lucrativo y abominable negocio. Mantiene por tanto la expectación del público, un recurso que Eastwood sabe manejar muy bien en sus películas.
El reproche que podemos hacerle es que una vez más en la Industria cinematográfica, los latinos son los malos de la película, aunque el filme tiene su inspiración en Leo Sharp, un veterano de Guerra de Corea que hasta ignora que está inmerso en uno de los más criminales carteles, el de Sinaloa.
Con 5 Óscar a su haber, ninguno ha sido en su calidad de actor, pero, a diferencia de Redford, tenemos Eastwood para rato. Ambos octogenarios, vestidos como caballeros, aún pueden competir con los jóvenes más seductores de la pantalla grande.
Recomendamos “La Mula”, entretenida, además del agrado de tener al “duro”, al “sucio” o como se le apele, en plena vigencia a sus 88 años, un privilegio que él disfruta en su salsa, el cine.
Y aunque no nos asomamos aun a todas las películas candidatas al Óscar, si la estatuilla al Mejor Actor, se la lleva Willen Dafoe, bien merecida la tiene.
Dafoe interpreta a Vicent Van Gogh, película de cine arte y por tanto qué bien que compita por un Óscar. Su desempeño es extraordinario.
La película se focaliza en el atormentado pintor y su paso por Arles, Francia, en un pasaje que muestra su conflictiva relación con Paul Gauguin en contraste con la que tiene su hermano Theo, quien ejerce en él un afecto patriarcal y paternal.
Lo notable, además de la fotografía, es la actuación de Dafoe, un actor eximio, pero eterno actor de reparto en descollantes filmes. Además, cada vez que ha participado de protagónico, el papel le ha exigido abundante caracterización que lo deja irreconocible. Es lo que sucede en Van Gogh, donde cuesta reconocerle, luciendo muy delgado y adaptándose a la imagen que tenemos del pintor.
¿Y quién le reconoce como Jesús en “La Última Tentación de Cristo”?
Willen trabajó junto a Robert Redford y Helen Mirren en “La Sombra de un Secuestro” y como en este caso, en otros filmes también ha sido opacado por grandes estrellas como Kenneth Bragham, Di Caprio y Banderas.
Recomendamos esta versión del pintor a quienes optan por películas biográficas de buena factura.
Por último “La Favorita”, que compite por el gran Premio de la Academia, no está entre mis favoritas, aun aquilatando la fuerza interpretativa de las 3 actrices, Olivia Colman, Rachel Weiz y Emma Stone.
La fiereza de estas dos últimas para situarse como la favorita de la Reina Ana de Inglaterra en el siglo XVIII es el foco del guion donde quedan opacados los hombres, en tiempos que las mujeres sólo- y muy pocas- podían desde las sombras manejar los destinos de una nación.
Algún historiador dirá si esta postura cinematográfica es simple ficción o si alo se acerca al episodio. La observé como un guion hecho para el lucimiento eficaz de sus protagonistas.
En la glamorosa noche del Óscar, sabremos si esta lucha de género ha convencido al gran Jurado del Óscar.
De momento, me quedo y recomiendo a los 2 viejos bribonzuelos y a Guillen en la tormentosa vida de Van Gogh.
Con todo, estas 4 producciones han fortalecido una cartelera que se mantuvo muy débil en 2018.
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