Hoy comenzamos un mes difícil a contar de esta jornada cuando La Haya otorgue su fallo sobre la demanda marítima planteada por Bolivia, cuya principal controversia es el acceso soberano, petición a la que se opone por cierto nuestro país.
Creemos que estamos llegando al fin de un capítulo más en nuestra compleja relación con la nación altiplánica, pero es obvio que continuarán episodios que enturbiarán los vínculos y por sobretodo los necesarios proyectos colaboracionistas entre dos países vecinos. Recordemos además que hay una segunda controversia pendiente en la Corte Internacional sobre las aguas del Río Silala, de manera que quienes pìensan que luego del dictamen de este lunes, podríamos proyectar la recuperación de las relaciones con Bolivia, tal posibilidad está lejanísima.
La de hoy será la decisión más importante que aguardan los chilenos y tal vez la única que no divide al mundo político….hasta que se conozca el fallo y comiencen las interpretaciones con respecto a las cuales comienza el oportunismo político en forma de recriminaciones de uno y otro sector. La decisión de La Moneda para que el canciller chileno no viaje a La Haya puede ser interpretada desde distintas aristas, y será tema pos fallo, aunque no tiene trascendencia alguna, para un fallo ya redactado. La ausencia ministerial en Holanda la vemos como una señal para bajar el perfil a este asunto a que Bolivia nos ha llevado de manera forzosa.
Personalmente hice la apuesta sustentada con que el Tribunal de La Haya que en sus últimos dictámenes ha intentado quedar bien con Dios y con el Diablo y basada además el primer pronunciamiento que ya hizo cuando Chile planteó la inhabilidad del Tribunal sobre esta demanda. Apostamos a que La Haya nos mandará a sentarnos con Bolivia y así hará fácil su trabajo.
Esta primera semana de octubre culminará con una segunda fecha significativa, como lo es el triunfo del “No” que marcó el retorno a la Democracia hace 30 años.
Como tercera cuestión pendiente se sitúa la crisis de la zona norte de la V Región. Esperemos que los complejos temas que se sitúan en la agenda mediática de octubre no lleven esta catástrofe a segundo plano, ya que es un tema pendiente hace décadas ante la indiferencia nacional. Transversalizará además el mes el debate sobre el presupuesto fiscal 2019, entre las serie de temas que dividen a los sectores políticos del país.
De este y otros temas me refiero en la columna publicada en el Semanario “Tiempo” el pasado viernes y que les invito a leer.
Octubre y su crispada agenda
Semanario “Tiempo” 28/10/2018
Si pasando septiembre estimábamos superados algunos debates endémicos y estacionalizados en el Mes de la Patria, aparece octubre ya en la semana próxima con una agenda destinada a la crispación política.
El mismo lunes primero habrá un paréntesis en la hostilidad de izquierdas y derechas como la fecha en que recibiremos el fallo de la Haya en la controversial demanda de Bolivia y allí estará el foco de nuestra atención.
Sea cual fuere el dictamen, éste continuará siendo un conflicto no zanjado. Nuestra apuesta es que ese tribunal llamará a sentarse a negociar y que obviará el término “soberanía” como concepto resolutivo y si es que hubiese una sentencia escorada hacia Bolivia o Chile, será apenas un hito en una disputa histórica agitada desde la nación altiplánica que trascenderá hacia generaciones venideras.
Los 4 días siguientes estarán matizados entre el fallo y el triunfo del “No” que a sus 30 años genera conflicto en las distintas miradas para un único valor: retornamos a la democracia y eso es lo que importa por sobre cualquier óptica.
Pero este mes estará además transversalizado por otros desafíos de compleja resolución.
Desde luego por el desastre Quintero/Puchuncaví, cuya prolongación demanda resoluciones más radicales en beneficio de quienes habitan esa zona.
Y que el mundo político rompa con el culposo silencio sobre esta catástrofe que ya avanza a su tercer mes. Tal vez destinar el controversial presupuesto de comisiones parlamentarias para ejecutar un estudio serio sobre esta catástrofe ambiental o simplemente acoger las investigaciones académicas sobre el particular que no han salido del ámbito universitario.
La indiferencia frente a esta tragedia es directamente proporcional al menor número de electores del enclave, porque otro sería el nivel de crispación si semejante experiencia ocurriese en la Región Metropolitana.
Un tercer tema que agitará la tensión Gobierno/Oposición es el Proyecto Aula Segura que ya ha recibido la impugnación del Colegio de Profesores y cuya discusión en el Parlamento movilizará a quienes se han escandalizado con las medidas sancionatorias más drásticas propuestas desde La Moneda frente a acciones delictivas ocurridas en planteles educacionales.
El agua que la alumna María Música lanzó hace 10 años contra la ministra de Educación Mónica Jiménez, que marcó un hito también amparado por el ámbito magisterial, es hoy una inocentada frente a la bencina lanzada a maestros y bombas molotov y otros “pertrechos” impropios en un colegio.
Probablemente el Proyecto Aula Segura es incompleto, propuesto “sobre caliente”, pero los hechos acontecidos merecen un límite, que debe partir desde los padres y la familia, los primeros educadores de sus hijos.
Agreguemos el debate del presupuesto público 2019 y están listos el ring y los guantes del mundo político.
Octubre, un mes nada tranquilo en el horizonte.
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