Triste Fin de semana para Linares y para trabajadores de Diario “La Hora”, pero los Políticos no escuuuuuchan
Sólo como un téngase presente funcionó la censura a la mesa de la Cámara, pero a los congresistas la ciudadanía les ha destinado muchos “téngase presente” y no escuchan. El episodio de las sequías es uno más que enfrentará al Gobierno y la Oposición. La moción fue presentada la Presidenta de la Cámara, Maya Fernández y sus 2 vicepresidentes, por adjudicarse, de acuerdo a los denunciantes- facultades que no les correspondería.
Los legisladores han admitido que como bloque minoritario, esta propuesta no prosperaría, pero estimaron pertinente dejar el precedente sobre lo que estiman es una conducta inapropiada de la mesa.
Así, en vez de amainar, la tensión Gobierno-Oposición ha escalado, a propósito de la sequía de proyectos desde la administración de Piñera- acusación que el PS lideró desde la Oposición- y que generó el debate que ahora ha incorporado un nuevo protagonista: la Cámara de Diputados.
El hemiciclo entró al ring tras la carta que la mesa parlamentaria, envió al Presidente una carta expresándole su molestia a nombre de la institución, por sus expresiones entre las cuales les conminaba a trabajar.
Este será uno de los tantos incidentes que en estos 4 años enfrentará a estas coaliciones antagonistas que no han desaparecido- como se esperaba, con la eliminación del binominal- pues los partidos han tenido décadas de culturas asociativas según tendencias ideológicas. Y hoy que en la Moneda está instalado un Gobierno de Derecha y en el Parlamento hay un dominio de la Oposición, está exacerbada la tensión entre un Gobierno que quiere avanzar y una Oposición que tiene fuerza en el Parlamento para obstruir e imponer sus posturas.
La cultura asociativa de ideologías afines no resultaría reprochable si el debate que surgiera de esas diferentes visiones estuviese focalizado en el interés del país y en particular en los de sus ciudadanos.
Eso no ocurre ni ocurrirá en tanto esté presente el cálculo político que increíblemente, ya tiene como objetivo la lucha para constituirse en la próxima opción por llegar a La Moneda. Eso desde el primer momento en que concluyó la elección de diciembre pasado que retornó a Piñera a La Moneda. De hecho esta semana concluyó con partidos de Chile Vamos entreverados y pensando en las próximas presidenciales, ¡a menos de 6 meses de debut del actual Gobierno!
Es el país cautivo de las ambiciones políticas y para la difícil neutralidad de tan reprochable práctica, en nada ayuda el corto periodo presidencial de 4 años exacerba el precoz interés por apoderarse de La Moneda.
Eso complica la sintonía entre el interés nacional y los objetivos de los políticos que tiene aun varios kilómetros de distancia para que estos últimos se enfoque en el país y sus carencias.
¿Y por qué no optan por preocuparse del país? Por ejemplo, de la seguidilla de importantes unidades laborales que se están perdiendo. Este será un triste fin de semana largo para 4.000 trabajadores de Iansa Linares y para quienes se desempeñaban en el Diario “La Hora”, ambos con cierres definitivos.
La reciente semana escribimos sobre el tema en el Semanario “Tiempo” en un artículo que hoy invitamos a revisar a nuestros lectores.
Sequía versus Sequías
Semanario “Tiempo” 06/07/2018
Lo que para la Oposición es una Sequía de un Gobierno incapaz de impulsar con energía una agenda pródiga en proyectos, para la Administración de Piñera es un freno con fines políticos para obstruir la acción del Ejecutivo.
Al medio de esta estéril polémica quedan el país y particularmente las demandas sociales acuciantes a las que tanto Gobierno como el Parlamento tienen el deber de responder por sobre las escaramuzas políticas impulsadas en un escenario de un Gobierno sin predominancia en el Congreso.
La actual Administración está encajonada por una minoría parlamentaria. Pero también por las pueriles diferencias al interior de su bloque y las hegemónicas presiones de sus partidos para imponer sus posturas.
Es tal la incómoda posición del Gobierno que tras conminar al Parlamento a trabajar, Piñera rápidamente morigeró esas expresiones señalando que un Gobierno no debe ser juzgado por la cantidad de proyectos que propone a los congresistas.
En efecto, el raudal de reformas que la administración de Bachelet impulsó, aprobó o legisló a presión favorecida por su mayoría parlamentaria, y que hoy reclama como su legado, no le sirvió para retener el mando en su coalición, pero por sobre esa comparación, seguramente Piñera está pensando tras su frase conciliadora, que aún hay posibilidades de dialogar con la Oposición para avanzar en su agenda.
Ese fue también el propósito de las comisiones pre-legislativas que la Oposición se negó a integrar y quienes lo hicieron recibieron la crítica de sus pares.
A nadie beneficia la tensión entre Gobierno y Oposición que no hace sino exacerbar la decepción ciudadana sobre las expectativas para que de una vez, por sobre los cálculos políticos y las rencillas, primen los intereses nacionales.
Porque a la ciudadanía le cuesta entender que el trabajo parlamentario- incrementado en otros 47 congresistas- no marche con más celeridad.
También hay sequía parlamentaria. Una investigación periodística denunció el laxo trabajo de algunas comisiones con apenas 4 horas de trabajo al mes, hecho admitido por el Presidente del Senado.
Eso merece una explicación mayor que la extremadamente liviana y pueril otorgada sobre una eventual tardanza en el inicio del periodo legislativo. Esa es una excusa carente de toda sustentabilidad y ratifica que los congresistas continúan apostando a que el ciudadano es generoso en el olvido y el perdón. Además de estar dispuesto a aceptar tal patraña de justificación.
Su desafío es estimar que los votantes siempre tropezarán con la misma piedra, eligiendo y re-eligiéndolos o se dejarán llevar por razones populistas colocando a nuevos congresistas que accederán a un sitial con apenas un 1% de sufragios.
Si hoy están sembrando para cosechar en las próximas presidenciales, ya han logrado afianzar la sequía electoral, que unida a una sequía laboral y de proyectos a nada bueno conduce.
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