Las Mea Culpas que nadie asume
Reconstruirse será una tarea que contaminará el descanso veraniego en el sector de la izquierda.
Y eso porque ocurrida la derrota electoral del pasado domingo y su consecuente salida de La Moneda en marzo próximo, terminó por hacer colapsar la ya frágil unión existente entre la centro izquierda e izquierda.
La fragmentación en dos candidaturas en Primera Vuelta y nuevos entrantes en la izquierda más radical permiten bosquejar una gran barrera para que esta nueva coalición se levante a partir de las mismas colectividades integrantes en la ex Nueva Mayoría.
La Democracia Cristiana puede ser el Partido que tenga mayores dificultades en su capacidad de asociación, y ya la ex Presidenta y candidata presidencial, Carolina Goic desestimó la posibilidad de formar de nuevo alianza con el PC.
Esa es su postura, que no representa ninguna tendencia ya que la próxima Junta Nacional de la Falange en enero próximo enfrentará a las alas más conservadoras y otras de inclinación izquierdista a quienes previo a los resultados del 19 se les observaba como el sector que se posesionaría en los cargos cupulares.
Lo que hoy se vive en la ex Nueva Mayoría y en el Frente Amplio es el amargo sabor de la derrota, que ha dado lugar a recriminaciones mutuas y nadie quiere asumir sus propias responsabilidades en estos resultados adversos.
El Frente Amplio- si bien tuvo ambigüedades para subirse a esa candidatura en segunda vuelta- no ha sido lo mismo en este periodo post-elecciones, cuando no han vacilado en despercudirse de los mea culpas, a pesar que en las últimas semanas de la campaña sus líderes vocearon su adhesión.
La muy humana deslealtad se hizo presente tras el fracaso electoral y es el tema que analizamos en la columna que escribimos el día 22 para el Semanario “Tiempo”.
Les invito a leerla:
El Sinsabor de la Derrota
Semanario “Tiempo 22/12/2017
“… tras la última paletada nadie dijo nada, nadie dijo nada” el verso más conocido del más representativo poeta maldito, Carlos Pezoa Véliz, cuya lírica es pletórica de tristeza y nostalgia. Sus versos van “pintando” la melancólica realidad de un vagabundo, un pobre o él mismo enfrentando una tarde en el hospital, otro de sus famosos poemas. Soberbio su poemario pero muy poco reconocido.
Recordé al poeta al ver al candidato de la ex Nueva Mayoría en la soledad de la derrota entregando explicaciones de un resultado adverso que ya muchos han dicho selló el derrumbe de los despojos que quedarían de la ex Nueva Mayoría.
¿Cómo y con quiénes se levanta el bloque?, he ahí el dilema y es otro gran tema.
Alejandro Guillier enfrentó la derrota con mucha hidalguía y se atribuyó la responsabilidad por el fracaso. Le acompañaban apenas algunos asesores y era ineludible preguntarse dónde estaban los representante de los 6 Partidos (PR,PS,PC,PPD,IC y MAS) que le ungieron como candidato. Y sumemos el PDC.
Esta es también una derrota del Gobierno, cuya mandataria “coincidía” en actos oficiales con Guillier, invitándole, como activa jefa de campaña, a cortar cintas inaugurales. Bachelet levantó la tesis que en esta elección se jugaba la subsistencia de su legado. Se expuso a que la ciudadanía diera un voto de rechazo a su herencia, así fue y por tanto no aplica que “hubo derrota electoral y triunfo político”.
Volcar todo el aparataje de la Moneda a la causa del candidato fue una decisión también desafiante a prácticas democráticas.
El Frente Amplio, desde donde llovieron rimbombantes anuncios de votos de los líderes del movimiento, se marginó tras la derrota, argumentando que las venias del abanderado al bloque “habían sido débiles, dubitativas” y por tanto le atribuían toda la responsabilidad.
¿Y qué hubiesen dicho, si aún, con la misma “debilidad”, Guillier hubiese triunfado? Entonces sí el FA se hubiese acoplado al triunfo para cobrar la palabra e intentar insertar sus propuestas por el gran apoyo electoral otorgado.
Por eso, la postura ambigua del Frente sobre eventual apoyo a Guillier en segunda vuelta era un tanto tramposa, porque los argumentos post-elecciones dependían de los resultados.
Las recriminaciones mutua no suman, restan y no hacen sino profundizar el quiebre.
Errores, culpas y responsabilidades deben ser compartidas. asumidas y reflexionadas por el Oficialismo, el Gobierno y el FA como un punto de partida para recuperar a quienes serán Oposición.
Un obstáculo para tal cometido es que la centro-izquierda e izquierda se abrió en un espectro amplio donde no es posible la co-existencia de idearios tan contrapuestos.
Pero la principal barrera es su abismal divergencia con el ciudadano actual, cuyas demandas ya están muy lejanas de propuestas doctrinarias y es en esa lógica donde debieran buscar las razones de su derrota.
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