Narcotráfico, Sename y Araucanía, latentes y en permanente ebullición
Tres temas candentes que han transversalido el actual Gobierno- y también los anteriores- abordamos en nuestro último artículo publicado en el Semanario “Tiempo”: el narcotráfico, el drama de los niños Sename y el conflictivo clima de violencia en la Araucanía.
Los tres han hecho noticia nuevamente esta semana, porque aunque tardíamente, el Partido Socialista expulsó de sus filas al alcalde de San Ramón, Miguel Ángel Aguilera, y otros 3 militantes, todos asesores suyos en la municipalidad.
El PS desea recuperar protagonismo, tras las críticas ante su escasa reacción, en la preocupante denuncia periodística que vincula la actividad política al negocio de la droga.
Se le anticiparon los propios denunciados quienes habían ya renunciado a la colectividad, pero Reinaldo Flores, Presidente del Tribunal Supremo del PS que tomó el acuerdo unánime de estas expulsiones, afirmó que sus ex militantes “no escaparán del juicio partidario”. En hora buena que se pretenda hacer un juicio partidario cuando vemos muchas irregularidades que escapan del juicio político, el institucional y tampoco dan muchas explicaciones ante la opinión pública.
En tanto, en la Araucanía se concentrará mañana el foco periodístico, porque el Tribunal en lo Penal de Temuco, cerró hoy la ronda de audiencias con la nueva presentación que hizo la machi Francisca Linconao, quien reiteró su inocencia en el Caso Luchsinger.
El veredicto se conocerá a las 10:00 hrs., cuando el tribunal resolverá la situación procesal de la machi y otros 10 comuneros procesados.
Actualizada esta noticia, hay que señalar que el veredicto que favoreció a los 11 comuneros acusados de incendiar la vivienda con el matrimonio en su interior no será la última palabra de este proceso, en torno al cual, así como otros hechos de violencia ocurridos en esa convulsionada zona, mantienen un álgido clima de enfrentamiento. Y es uno de nuestros conflictos endémicos.
No sólo eso, cualquiera hubiese sido el fallo no hubiese apagado este candente conflicto que como todos aquellos vinculados a reivindicaciones étnicas e históricas se ha entronizado en la convivencia regional.
Los intentos de suicidio que repitieron el pasado fin de semana niños internados en casas Sename dan cuenta de un lamentable inmovilismo en la crisis global de la institución que debiera hacerse cargo de la protección de niños en situación vulnerable.
Y eso porque el Sename mantiene inalterada la cuestionada estructura que hace muchos años debió renovarse. La institución dentro de 2 años cumplirá 40 años, y hoy es incapaz de responder a los desafíos actuales que presentan niños y adolescentes conflictivos y vulnerables.
Pero fundamentalmente no se ha renovado por la mezquindad de la politiquería, que ha usado el Sename como trampolín en cargos políticos y por tanto es una institución desprovista de una gestión que para ser exitosa debiera estar a cargo de especialistas. Tal uso y abuso da cuenta de la indiferencia frente a los niños más desprotegidos del país.
Narcotráfico, Sename y Araucanía algunos de nuestros latentes desafíos endémicos que abordamos en una columna titulada “Chile al Límite”
Les invito a revisarla
Chile al límite
Semanario “Tiempo” – 20/10/2017
¿Vivimos al límite y es cosa del pasado la añosa frase que nos definía como “los ingleses de América Latina”? Cuando el chileno se distinguía por su mesura y discreción- la mirada asertiva- u opaco, el juicio negativo.
Eso en contraste con la alegría carioca, la vehemencia trasandina, la cadencia cubana y otras tantas manifestaciones continentales más expresivas que la nuestra.
El marketing también asumía esa característica nacional. La industria automotriz enviaba a Chile sus vehículos grises, blancos y azules.
Hace casi 3 décadas me sorprendí en un banco brasileño ver a todos los cajeros en short y multicolores camisas a medio abrochar.
A nuestra gris idiosincrasia, también contribuyó la dictadura, el toque de queda, la represión, la censura durante 2 décadas, cuando la mayor expresión de euforia era el Festival de Viña, por cuya organización también pasaba la censura.
Si retrocedemos a los 60, un obispo de Valparaíso censuró ¡el bikini!, amenazando con excomulgar a las sacrílegas que osaban lucir tal atuendo.
El fin de la dictadura fue el inicio del destape que culminó con Spencer Tunnik, el fotógrafo que retrató en una fría mañana de julio de 2002 todo tipo de anatomías chilensis que sin ningún pudor se hacinaron para posar frente al británico.
Pero las situaciones límites actuales son de fondo, registran un preocupante ascenso y no han encontrado válvulas de escape.
Una de ellas es la mal bautizada Narcocultura, frente a la cual muchos se han manifestado escandalizados.
¿En qué mundo viven?, si ya en 2002, la Fiscalía difundió un estudio, tras el levantamiento de información en 821 poblaciones a lo largo del país, y describió los 14 pasos que ya había dado el narcotráfico para penetrar el tejido social.
Leer ese documento es acercarse a imaginar el vía crucis cotidiano de tantos pobladores para quienes la desigualdad no es un abstracto sino una angustiante realidad.
Un segundo escenario límite se vive en la Araucanía, un conflicto absolutamente congelado en la permanencia de un clima violento que ya ha cobrado víctimas, ha significado cuantiosas pérdidas y con una región paralizada en su desarrollo, sin puntos de encuentros ni diálogo.
Nuestros niños en situación irregular mantienen el drama que el Parlamento y el Gobierno negoció en un vergonzoso bloqueo político y que ahí está latente, sin resolver.
La Secretaria Ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, organismo llamado a ser garante de los derechos de los niños, al declarar en el proceso que se sigue por la muerte de una menor y otro centenar de decesos no aclarados, desvinculó su institución, ante el persecutor, de toda responsabilidad en estos lamentables sucesos. ¿Quién se hace cargo, entonces?
Tres temas candentes que circulan al límite en medio de una deslucida campaña electoral, cuyos candidatos les dedican algunas líneas al pasar.
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