Aporte Fiscal Indirecto es como el Ave Fénix: renació entre gestiones mal ejecutadas
El Aporte Fiscal Indirecto (AFI), la recesiva asignación universitaria que se otorgaba a los 27.500 mejores puntajes PSU, me recuerda el malogrado censo de la Era Piñera, cuando muchos quedamos en el limbo, ni vivos ni muertos, y con versiones que aunque no existíamos, nos habían cuantificado….extraño.
Con el AFI ha sucedido lo mismo. Desde el Ministerio de Educación anunciaron con bombos y platillos que esta sofisticada asignación había pasado a mejor vida, pero hace un par de semanas, el rector de la Pontificia Universidad Católica-PUC- Ignacio Sánchez, la revivió.
Después de todo él es médico, así que ¿habrá aplicado maniobras de emergencia, transfusión sanguínea, respiración boca a boca, electroschock?
¡No! Nada de eso: simplemente puso a trabajar al equipo jurídico de la UC que no requirió exudar para descubrir que tal abolición no contaba con el elemental decreto de derogación.
En rigor, de aquellos recursos que sí con tanto sudor desde todos los chilenos pasan a incorporarse a las arcas fiscales en forma de impuestos, la Moneda debió restar $ 2 mil millones, de los cuales la Pontificia recolectó $ 490 millones a cargo del ítem AFI, el muerto vivo.
La PUC siempre ha liderado el ingreso vía AFI, en promedio se ha llevado el 20% del total, que en 60 universidades es una proporcionalidad leonina.
Esta vez se lo ganó por “la fuerza de la ley”, y como consecuencia que el Gobierno hizo mal las cosas…qué novedad.
La ministra de Educación culpó a ministerio de Hacienda, encargada del presupuesto y el ministro Valdés miró para el techo, sin dar explicación.
En la columna que redactamos esta semana para el Semanario “Tiempo” abordamos el tema, otorgando, por esta única oportunidad la razón al rector de la UC Ignacio Sánchez.
Les invito a leer ese artículo porque en el texto explicamos por qué es tan abominable el AFI y por qué es necesario que la ciudadanía así lo comprenda.
Los estudiantes que con tanto vigor defienden causas a veces inexplicables, han mostrado debilidad para solicitar la derogación del AFI que ha sido en el transcurso de los años una sideral cuantía de escurrimiento de dineros fiscales hacia los planteles universitarios privados y con mayor respaldo económico.
Por lo mismo, aun cuando concedemos el punto al rector Sánchez, que lo único que hizo fue doblar la mano al Gobierno, por un error de éste, no comprendemos que insista en escandalizarse porque los planteles privados reciben del Estado el 50% menos que los estatales.
¿Por qué hay que dar plata a los privados? Eso también lo explico resumidamente en el caso de la UC, que en rigor a los únicos dineros públicos que debiera acceder es contra proyectos que signifiquen aporte al desarrollo del país.
De lo contrario, que se pongan a la cola las isapres y las AFP, después de todo financian salud y jubilaciones.
Es la misma lógica.
Insistir desde la PUC para recibir recursos del Gobierno por leyes provenientes de la Dictadura es muy poco cristiano, lo reiteraré siempre.
Les dejo con el artículo del resucitado AFI
No estaba muerto…..
Texto publicado en Semanario “Tiempo” el 26.05.2017
….andaba de parranda…es el estribillo más conocido de una popular rumba cuyo título es “El Muerto Vivo”.
¡Al igual que el Aporte Fiscal Indirecto (AFI)!, el subsidio educacional que, como muerto vivo, andaba sólo de parranda.
Cual Lázaro, el Afi resucitó.
Analogías nada de académicas para comparar con el AFI, el más polémico aporte en el financiamiento universitario, por su carácter recesivo, porque beneficia mayoritariamente a planteles de mayores recursos y porque premia el rendimiento de la PSU, una prueba que da cuenta de las desigualdades existentes a nivel socioeconómico en la formación primaria y secundaria.
Que los planteles privados insistan en obtener aporte AFI resulta incoherente con el discurso sobre equidad, tanto como cuando protestan porque los fondos fiscales van a universidades estatales, un destino elemental.
Recordemos que el AFI premiaba a los planteles que captan los 27.500 mejores puntajes, que recibían mayoritariamente las universidades privadas.
Año 2015, último en que el AFI se entregó en un 100%, el 41% del total fue a las 9 universidades privadas tradicionales (G9), léase Pontificia Universidad Católica más 5 del mismo credo, además de otras 3. Otro 24,8% fue para universidades privadas de elevados recursos, entre ellas Adolfo Ibáñez, Los Andes, de ese pelaje, y sólo un 33% benefició a las 16 universidades estatales.
Entre anuncios y contra-anuncios, el Gobierno declaró esta asignación oficialmente muerta desde este año.
Pero eran sólo estertores: bastó que un plantel, la PUC, pidiera hacer cumplir la ley mediante una demanda para demostrar, una vez más, que el Gobierno sí hace mal las cosas.
¿Cómo puede eliminar una asignación presupuestaria y no derogarla, algo tan obvio?
Por eso, le concedo todos los puntos esta vez al rector de la PUC Ignacio Sánchez quien, creo, ni se movió del escritorio, sólo fue necesario un escrito de sus abogados, un simple papel versus un trabajo mal hecho.
Esta vez la PUC no usó padrinos: no comparto con el rector Vivaldi que le atribuyó padrinazgo a Ezzati.
Ni tampoco debe haber hecho funcionar el más cercano a La Moneda: la bancada DC.
¿Para qué? Era el enésimo error de La Moneda en Educación y en tantos otros proyectos mal ejecutados.
Sí concuerdo con el rector de la Chile, que calificó de feo el aporte a las universidades más ricas y no a las más necesitadas.
Añadiría que eso es poco cristiano en una institución que predica y pontifica y la Pontificia debiera acostumbrarse a ganar recursos fiscales con proyectos e investigaciones. Ahí radica su condición de pública: ayudar a desarrollar el país a través del conocimiento y sus disciplinas, su gran patrimonio.
Y no apelar a asignaciones caducas y recesivas, que restan recursos a estudiantes modestos, su única vía para progresar.
Pero la culpa no es del empedrado, sino del cojo que hace mal su trabajo.
Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.
Susana Pozo – who has written 695 posts on Agenda Alternativa.
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