Presidenta Bachelet y Piñera padecen de hijitis…pero por su propia responsabilidad
Si hay un sentimiento incondicional es el maternal, qué duda cabe.
Estoy expresando algo muy obvio, explicable, justificable e inevitable.
Pero lo señalo a propósito de declaraciones que ayer formularon la Presidenta Bachelet y anoche en su acto de lanzamiento el ahora pre-candidato Sebastián Piñera.
La reacción de la mandataria, quien salió ante la prensa a pedir que dejaran a su hija tranquila, tras explicar el origen y adquisición de un terreno que es propiedad de su retoña.
La suspicacia se originó, porque el activo está cercano al proyecto minero Dominga, lamentablemente enredado y empantanado en disquisiciones políticas.
Está bien que salga a defender a su familia, si algo hay que aclarar.
Lo reprochable fue que restó puntos a su ya débil imagen con esta perfomance en directo, frente a la prensa que cubre noticias en La Moneda.
Y eso porque hace tiempo que no le veíamos con tanta energía defender y aclarar una situación de tantas que responden a su condición de gobernante.
Ya quisiéramos esa misma dinámica y energía para cuestiones del país y ese es el problema.
La mandataria no ha entendido que un cargo de tanta supremacía como el de Presidenta de un país no puede desvincularse de la cuestión personal y en el caso que comento, ante la enérgica defensa de su hija, inevitablemente debemos compararlo con una Presidenta, cuya presencia en problemáticas nacionales se observa ausente.
Un ejemplo nítido es el reclamo que se le hace desde la Araucanía para atender la grave situación de conflicto no resuelto o en situaciones de catástrofe en que se le ha reclamado su presencia.
La misma aclaración pudo hacerla- analizado desde el punto comunicacional- a través de un comunicado formalizado por su equipo de prensa, hubiese sido más discreto y menos personalizado. Pero al parecer fue una presentación que resolvió ante sí y nadie más.
Esta fue una circunstancia similar a la decisión de la Presidenta para entablar una querella contra dos periodistas de Revista “Qué Pasa” que no tuvo buen término para ella.
En esa ocasión señaló que el recurso legal lo interponía en su condición de ciudadana chilena. Imposible: la banda presidencial no se la sacará hasta el 11 de marzo de 2018.
El mismo lloriqueo tuvo también anoche Sebastián Piñera en el lanzamiento de su campaña, aludiendo que “se ha orquestado una campaña sucia contra su familia”.
Eso debió haberlo previsto cuando en la administración de sus negocios involucró a uno de sus hijos.
Aún más, en administraciones que se suponían están bajo un fideicomiso ciego.
Voluntario u obligado, debió ser más prolijo en el diseño de tal fideicomiso. ¿O no quiso serlo?
Porque deja el flanco abierto para la duda..
El Poder otorga muchos privilegios, pero del mismo Poder emanan deberes, responsabilidades y comportamientos éticos.
Si les interesa proteger la intimidad de su familia, tendrán que asumir actuaciones y decisiones con criterio, el que significa que quien debe resguardar esa intimidad es el propio mandatario, y no adoptar resoluciones que los expone al escrutinio público. Demandar que la prensa no cumpla su rol, significa acercarse a aspectos vinculados a la Libertad de Expresión.
La desprolijidad para exponer a la familia al escrutinio público, en el caso de la Presidenta, aplicó también en la designación en cargo público de su hijo, Sebastián Dávalos, decisión que también terminó muy mal, dañando a la propia mandataria.
El Nepotismo no sólo es cuestionable. También resulta peligroso.
Vea los puntos de unión entre Bachelet y Piñera : Hijitismo, Proyecto Dominga y desprolijidad para exponer a su familia a la Opinión Pública.
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