Chile está listo y dispuesto para contar con nuestro propio Trump
Si desde hoy Estados Unidos tiene a Donald Trump con la banda terciada, nosotros contamos con alguien de su perfil y perfectamente podríamos ceñir la codiciada cinta a Leonardo Farkas, con todo el respeto que se merece este último.
Ya le han motejado Farkas Presidente cuando sale a repartir billetes y hace un año y medio elaboramos una columna sobre el tema para reflejar el vacío de poder existente en Chile.
Vacío de poder que en esta última semana ha alcanzado el cenit en el escenario político, con 2 fracasadas propuestas del Gobierno para lograr un acuerdo con el Congreso y resolver el reajuste al sector público. El reinicio del romance entre la NM y la Moneda duró un suspiro.
Hoy asistimos a una grave crisis política, fundamentalmente impulsada desde la Nueva Mayoría que dio un portazo al proyecto del Ejecutivo para el reajuste del sector público. También se ha generado un conflicto al interior del conglomerado. con fracciones que están por apoyar la propuesta gubernamental y otras que dan excusas para no respaldarla y situarse a lado de la movilización de los gremios. El escenario actual es un nuevo paso en el rumor que circula en altavoz: el término de la Nueva Mayoría, impulsado por las discrepancias entre partidos y el bajo apoyo ciudadano.
Lo que sucede con el Oficialismo es histórico, nunca le había ocurrido a una fracción en el Poder que desaire de esa forma a su Gobierno.
Pero todo tiene su explicación. Las elecciones aterrizó- porque al parecer no hacía la lectura- a la Nueva Mayoría en la dura realidad de su gran merma electoral.
Ahí comenzó el desembarque de la coalición, liderada por la DC y ahora su estrategia es el cálculo electoral. Por eso presiona al Ejecutivo para que otorgue más reajuste.
De paso, continúa comprimiendo a la Presidenta para que expulse a su Comité Político a quienes culpan de este escenario de ingobernabilidad, olvidando que el país está virtualmente quebrado en sus arcas fiscales porque la retroexcavadora que aplicaron no tuvo presente que debía cuidar el crecimiento económico para dar mayor rentabilidad a un reajuste mayor.
Al ministro Valdés le ven como una piedra en el zapato en su desesperación por recuperar algo del gran activo electoral perdido y ayer en el Congreso fue expuesto a una descontrolada dirigente gremial.
Muy preocupados estamos en Chile por el ascenso de Trump a la Casa Blanca y no vemos la tremenda viga que tenemos en nuestro país.
Estados Unidos sobrevivirá aunque sea con Trump en el Gobierno.
En Chile hemos retrocedido como país capaz de resolver sus problemas.
Del mandatario ayer electo hablaremos en nuestra próxima columna en el Semanario “Tiempo” y de momento invito a nuestros nuevos lectores a leer la columna en que colgamos la banda presidencial a Farkas. Tiene tanta vigencia como cuando la escribimos. Con la actual crisis instalaríamos también la cinta tricolor a quien nos venga a vender pomadas dulces para salir del caos político que hoy tenemos.
No faltarán los Trump criollos. Más bien ya sobran.
El Vacío de Poder
Hoy muchos han salido a referirse al vacío de poder, porque hay que admitir que existe, tras el generalizado rechazo que expresa la ciudadanía, unido a la desconfianza en los Poderes de la República
¿Qué es eso sino vacío de poder?
No creemos en nuestros representantes y desconfiamos de nuestras instituciones.
Eso debilita el andamiaje por donde debiera fluir la Democracia y desde allí dar respuesta a los problemas del país en sus distintas aristas, para beneficiar la calidad de vida ciudadana. Esa es tarea de quienes hemos elegido y que no la están ejecutando o lo están haciendo muy mal.
Y no es sólo negligencia de autoridades, sino también malas prácticas que han aflorado tras la trilogía de Escándalos que hoy hacen noticia.
También nosotros escribimos la semana pasada sobre el vacío de poder existente. En tono más coloquial y lo representamos en la adhesión que genera el reparto de plata del multimillonario Leonardo Farkas.
Los dardos- entiéndase- no están dirigidos a este hombre a quien califican de excéntrico, sino a la reacción que genera por el mero hecho que le gusta repartir dinero y que se sepa.
Mientras el dinero sea suyo, está todo bien. Y que no corresponda a lo que debe tributar, como ha estado sucediendo con otros empresarios (Penta, Soquimich) o como Caval que colocó de pivote el tráfico de influencias para lograr lucrarse.
Lo que está mal es que terciemos a Farkas la banda presidencial cada vez que regala billetes: eso es vacío de poder, a un paso del Populismo.
Lo analizamos en la columna que escribí para Semanario “Tiempo” la semana pasada y que invito a leer.
Farkas Candidato
Elaborado para Semanario “Tiempo” en abril de 2015
Con el lejanísimo objetivo de descalificar, pregunto ¿Por qué cada vez que Leonardo Farkas sale a repartir plata se le instala la banda presidencial?
Es una preocupante pregunta.
¿Bastará que un ciudadano distribuya dinero para que lo asumamos como potencial mandatario del país? ¿Qué lo explica?
Al margen de la interpretación social de una política mercadista que nos focalizó en el dinero, el consumo, la bonocracia y la gratuidad, la argumentación desde la proyección política es que enfrentamos un inmenso vacío de poder, de crisis y de demandas ciudadanas insatisfechas. Agreguemos la frustración y decepción de los pobres, solo espectadores del enriquecimiento de otros porque las políticas públicas fracasaron sistemáticamente en derrotar la incorrecta distribución del ingreso.
Sumemos todas las prácticas existentes en Chile de desigualdad y lo que nos puede sobrevenir es caer en una figura populista.
Añadamos más condiciones para que suceda: carecemos hoy del relevo de figuras calificadas que reúnan las condiciones de liderazgo, gestión y de preparación para ejercer la primera magistratura del país. No hay delfín en germen: han caído todos- justa o injustamente- bajo el manto de la sospecha.
¿Se atreverá a postularse alguien bien inspirado y con objetivos claros hacia el desarrollo sustentable? Eso requiere el país.
¿O aparecerá una figura populista, algún megalómano que ofrezca sueños dorados carentes de sustento y que, al igual que lo que sucede con Farkas, le terciemos de verdad la banda presidencial?
Ese es el riesgo que enfrentamos tras la pérdida de confianza en las autoridades, los políticos, los partidos y las instituciones.
Los políticos fueron incapaces de ofrecer al país un proyecto conjunto, sobreponerse a sus propias ideologías, a sus ambiciones y defendieron cuotas de poder tras una decepcionante estrategia de mutuas descalificaciones.
Fue el sector que elaboró leyes de amplio privilegio: contra toda lógica los parlamentarios aumentaron el número de legisladores, reajustaron escandalosamente su “dieta” en 2 oportunidades en 2014, y mantienen jibarizadas horas de trabajo. Todo eso y la escasez de soluciones a ingentes problemas generaron enorme distancia con los pobres y la clase media.
En ese escenario, recuerdo majaderamente al ciudadano huérfano, que observa el contubernio entre políticos y algunos empresarios sin que se resuelvan sus problemas de desigualdad, seguridad, salud, previsión y transporte, por enumerar algunos.
En ese punto estamos a un tris del Populismo, que saca cuentas irrazonables para elegir un Presidente.
¿Quisiéramos un prometedor de sueños dorados repartiendo dineros fiscales por las poblaciones? Están dadas las condiciones para hacerse el lindo y ganar el próximo sillón presidencial.
Farkas niega ser aspirante y por tanto hay un sillón a disposición del Populismo, ante tanto vacío existente de buena gestión política.
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