¿Qué diferencia hay entre la Iglesia Católica y quienes aprobaron el Aborto?
Los parlamentarios integrantes de la Comisión Salud que esta madrugada abandonaron satisfechos la faraónica sede del Parlamento, tras aprobar ¡por fin! las 3 causales en el abyecto proyecto de despenalización del aborto y se entregaron al reparador descanso con la percepción de la tarea cumplida, pueden este próximo Tedeum besar sin ningún escrúpulo la complaciente mano del Arzobispo Ezzati.
Se equiparan en la falta de conciencia de la Iglesia Católica para atropellar los derechos de otros, que no son anónimos: son niños y no nacidos.
Con unos amigos nos preguntábamos qué tema colocaría el purpurado como homilía después de ser sorprendido con correos que, por cierto, quería mantener en la más estricta reserva y que le han valido el reproche de la ciudadanía y particularmente de parlamentarios.
¡Ahora tiene el tema!: el aborto, al que la iglesia no le hace ningún remilgo pontificar, teniendo encima pecados similares como ha sido el abuso de niños inocentes.
En el aborto tiene el flanco débil para el tradicional ritual católico de Fiestas Patrias y tirarle las orejas al Gobierno y al Parlamento. Podría algún legislador tentarse con ocupar el púlpito para devolverle la mano y reprocharle sus pecados.
¡Sería interesante asistir a tal Te Deum! Un A Dios Gracias interactivo, inclusivo.
El Arzobispo ocupó su poder y postura de privilegio para acallar voces de las propias víctimas que están recordando a la Iglesia Católica los pecados cometidos contra familias e hijos de estas familias que confiaron en esta institución.
Los parlamentarios, a su vez, han puesto la lápida anticipada a nonatos que por sus expresas disposiciones no podrán tomar la vida.
Simplemente porque resulta más cómodo legislar traspasando a la mujer la decisión sobre la suerte del hijo que lleva en su vientre a tener que iniciar costosas campañas para educar en responsabilidad sexual y parental.
En maratónica sesión, la Comisión de Salud en la penumbra de una noche que aun no concluía a las 5 de la madrugada- una noche que a futuro se hará eterna para muchos fetos inocentes- aprobaron la tercer causal- la de la violación- para permitir abortar hasta las 14 semanas de gestación.
Avanza así esta iniciativa impulsada por una Presidenta que es médico, que hizo el juramento en una profesión que, creo, debe defender la vida y que ahora aprueba esta Comisión de Salud presidida por otro médico, Juan Luis Castro, y cuyo 51% de sus integrantes, son profesionales de la salud.
Una de sus mayores impulsoras es la diputada Karol Cariola, matrona de profesión, educada por el Estado para acompañar a las madres en su proceso de gestación.
Cariola repetía en sus “cuñas”, como vinilo pegado en el tocadisco, sobre la “libertad” de la mujer para “decidir”
¿Y quién defiende al nonato?.
El punto de discusión que atrasó este afiebrado proyecto fue el debate que no lograba poner de acuerdo a la Comisión sobre las semanas de gestación en que una menor de 14 años podía abortar en caso de violación.
Finalmente “triunfó” la tesis de los parlamentarios democratacristianos, quienes pudieron reducir a 14 semanas esta “intervención” que van contra la vida.
¡En buenahora¡ porque otros afiebrados parlamentarios planteaban tal “procedimiento” hasta las 18 semanas de gestación y un tercero, más hitleriano aun, pese a su tendencia izquierdista, pretendía autorizar la interrupción del embarazo hasta ¡las 22 semanas¡
¿Cuál es el “perfil” de nonatos que sucumbirán bajo el bisturí al amparo de esta abyecta norma?
Digamos primeros que, según estudios, a los 18 días de concepción se instalan las primeras células cerebrales que serán la base para la evolución que el feto experimentará con posterioridad.
A la semana 5 comienza a formarse el corazón, cuyos primeros latidos se escucharán ya a la sexta semana.
¿Qué sucede a las 14 semanas fijadas por los parlamentarios para dejar caer el bisturí del verdugo? A 3 meses y medio el aun nonato registra impulsos cerebrales que le permiten mover sus músculos faciales y podrá, entre otros gestos, fruncir el ceño.
¡Al menos tendrá el derecho a “expresarse” cuando sienta que se aproxima el cumplimiento de su sentencia¡
A las 18 semanas el futuro bebé podrá distinguir algunos sonidos, entre ellos el latido cardiaco de su madre y también llorar.
Por eso que algunos legisladores quería fijar esa semana para abortar, ¡para que conociera lo que es el llanto antes de perecer!
¿y qué sucede a las 22 semanas- esto es a 5 meses de concepción- que algún acalorado integrante de la Comisión de Salud propuso?
Bueno, ya el feto, con todos sus órganos desarrollados, estaría en condiciones de nacer y ser rescatado por el avance científico que ha permitido que prematuros de tal tiempo de gestación logren sobrevivir fuera del vientre materno.
Por eso: no se compliquen ni lancen piedras en el Te Deum: sean buenos muchachos porque, en propiedad digamos en esta semana de la chilenidad: “tal para cual”.
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