El Poder de la Imagen
Niños sirio, peruano y chileno constituyeron relatos conmovedores en la semana que concluye, en tanto China muestra un rostro ajeno a lo convulsionado que está el mundo. Sin embargo, no deja de estar relacionado con el mal destino de tres pequeños indefensos
La imagen de un niño que el mar depositó en la Playa de Bodrum en la costa de Turquía ha conmovido al mundo.
Refleja en su magnitud un cuerpo sin vida porque las fotografías de alguna forma reflejan la muerte.
Me retrotrae a muchos años atrás, cuando como reportera en una nublada mañana que siguió a los festejos de Año Nuevo, quienes debíamos trabajar en esa jornada cuando casi todo el mundo se reponía de los festejos, desde la actividad periodística debíamos focalizarnos en los saldos policiales que dejaba la celebración.
Y estos fundamentalmente se remitían a incendios en las partes altas de Valparaíso y Viña del Mar. No había control sobre fuegos artificiales y se permitían aquellos que iban a dar a casas cuyas familias empezaban un nuevo año con el drama de perder sus viviendas.
Llegué en esa oportunidad con el reportero gráfico a una modesta vivienda de un cerro viñamarino, en cuyo interior yacía el cuerpo de un niño de 2 años, víctima de un incendio.
Me negué a ingresar, recogí la información en tanto el reportero gráfico captó con demasiada crudeza la foto del cuerpo que finalmente resolvimos no publicar porque era demasiado descarnada.
Pero tuve en mis manos la imagen y me impactó cómo de alguna manera la cámara captura la muerte.
El pequeño yacía sobre la cama y perfectamente alguien muy livianamente podría pensar que el niño dormía, pero no: allí estaba expresándose una inercia y rigidez muy propia de la muerte: era un cuerpo sin vida.
Fue lo que reflejaron las fotos que recorrieron el mundo ayer jueves con esta diminuta víctima en las playas de Turquía como símbolo del drama de poblaciones que huyen del hambre, de la pobreza, de las guerras y de la violencia.
La escalada de nuevas razones que llevan a personas a autoexiliarse es preocupante.
Hasta hace algunos años, los emigrantes se movilizaban en busca de una mejor vida. Hoy la violencia les hace huir de sus países por la convulsión y los conflictos armados que se mantienen de forma sostenida en diversas partes del mundo.
El que intenten llegar a naciones incluso con muchas dificultades económicas, como es el caso de Grecia donde han arribado en estas últimas semanas, da cuenta de la desesperación que les mueve.
Hungría es otra nación que está complicada con el ingreso de inmigrantes, porque al igual que Grecia, su economía no es boyante y representarán un problema las personas que para sobrevivir engrosarán la nómina de trabajadores informales y demandantes de programas sociales.
La Revista “América Economía”, teniendo como fuente la Agencia Frontex, da cuenta en uno de sus reportajes de la llegada sólo en el mes de julio de 107.500 personas que buscan refugio en Europa. El Alto Comisionado de la ONU para Refugiados (ACNUR) informa de 2.400 emigrantes que perdieron la vida en su intento por huir de sus convulsionados países.
Y quienes tienen la “suerte” de resituarse, no les significa una mejor vida. En España e Italia, los africanos copan las calles con sus mercaderías porque hoy tienen muy pocas posibilidades de insertarse en trabajos formales que les permitiría acceder a beneficios sociales.
Por lo mismo representarán un problema para los gobiernos atenderles en estas demandas.
“América Economía” aborda en su reportaje el gran negociado que inescrupulosos traficantes han hecho del drama de los inmigrantes, en cuyo traslado obtienen jugosas ganancias. Es el segundo lado oscuro de esta tragedia mundial
Chile también se convirtió en estos últimos años en un foco de corrientes migratorias, tras el sueño dorado del crecimiento económico local.
Ayer, junto con el impactante drama del niño sirio que arribó muerto a las costas turcas, en el norte de Chile se daba cuenta de un menor de 3 años, hijo de una inmigrante peruana que, abandonado y desnutrido, buscó alimento en la leche de una perra. Increíble.
El día anterior fue sepultado un pequeño asesinado a manos de su madrastra, a pesar que había una denuncia desde hace un año de un evidente maltrato y agresiones contra el menor. A ese niño le asesinó una indiferencia inexcusable.
El drama internacional de los refugiados no se ve bien aspectado para lo que resta del año: los países estremecidos por la violencia, la guerra o por el dominio de grupos fundamentalistas que los han empobrecido, no visualizan término de su conflicto; el retroceso económico de China debilitará aún más las economías y no habrá posibilidad de dar espacio a quienes huyen de sus países.
Lo señalamos en un artículo sobre China: a quien menos está importando la caída del gigante asiático es a él mismo y, por contraste, el impacto mayor se instalará en las naciones que le proveían de sus recursos naturales.
Ayer y hoy llegaron desde China fotografías que dan cuenta del desfile con que el país conmemoró el fin de la Segunda Guerra Mundial.
La fecha fue motivo para que en brillante desfile, China mostrara su poderío bélico ante el mundo. En la ceremonia exhibió sus dos nuevos misiles bautizados uno como el “asesino de portaviones”, un proyectil que se dice es imparable y un segundo nominado como “el asesino de Guam”.
Pero habrá que confiar en que se trata de una estrategia bélica que se sustenta en mostrar el poderío de armamentos para mantener la paz. A China no le interesa la guerra: está enfrascada en desarrollarse.
Lo dijo clarito el Presidente Xi Jinping en esta misma ceremonia, al manifestar que no le importa ni el dominio ni la expansión.
“Nunca impondremos sufrimientos trágicos a otras naciones”, indicó el líder quien añadió que el propósito chino es el “desarrollo pacífico”.
Si ese fue el objetivo de la exhibición militar de ayer, bienvenido sea como una señal alentadora en una jornada que dio cuenta del maltrato de niños: el sirio, el chileno y el peruano, que ahora está bajo tuición del Sename, son apenas un símbolo de las pocas oportunidades que el mundo está ofreciendo a muchos infantes y jóvenes. Nada alentador que decir al respecto.
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