(12 de agosto de 2015)
El Congreso optó por declarar desierta la licitación a que había convocado para recibir recomendaciones y mejorar su imagen.
La información se difundió por la queja de uno de los licitantes publicada en el Diario electrónico “El Mostrador” que acusó de poca seriedad al Parlamento, tras participar en reuniones y tareas requeridas y registrar el mayor puntaje en la evaluación.
Bueno, siempre en una licitación se está expuesto a perder o ganar. Y, sinceramente, esperemos que haber declarado desierta esta licitación signifique una reconsideración y evaluación de la real utilidad de esta convocatoria.
Nos parece bien que el Parlamento no siga despilfarrando dinero en sí mismo, y se concentre en hacer su tarea que será la mejor manera de lavar su carita.
Si todas las instituciones, particularmenete las públicas de elección democrática, tuviesen como prioridad focalizarse en sus responsabilidades y evitar trabajar para portadas y anuncios en medios de comunicación, el país estaría mejor.
Ya vemos el Gobierno y su conglomerado: concentrado en una tremenda rencilla interna, mientras el país enfrenta como puede el crudo invierno que nos trae agua bendita, pero también damnificados que deben atender o hacer proposiciones para que con un par de lluvias algunas poblaciones no reciban tantos daños, es decir, trabajar por una propuesta largoplacista.
La licitación del Congreso para “mejorar su imagen” incluía encuestas de Opinión Pública ¿y para qué? si las obtienen gratuitamente de empresas especializada en sondeos que con estas consultas ciudadanas generan sus propias cartas de presentación.
La imagen que busca el Parlamento ya está hecha: es aquello que hacen o dejan de hacer, no hay más, a menos que su cirugía plástica sea avanzar en los proyectos detenidos en Comisiones y Salas. Esa es la mejor receta para hacerse un lavado de cara.
Y si quiere promoverla, hay un inmenso espacio de navegación: es la multimedia que permite transparentar la labor institucional, en organizaciones como el Parlamento se deben a la Ciudadanía. Los parlamentarios están en vitrina, porque los usuarios somos todos los ciudadanos.
Aplaudimos la decisión del Parlamento, porque después de todo con este proyecto estaban malgastando los recursos que aportamos todos los chilenos.
4 empresas postulan por la millonaria licitación- $ 44 millones- a que ha convocado el Parlamento para mejorar su imagen.
¿Y para qué quieren mejorar su imagen? Si lo que requieren es cumplir bien su tarea y sólo así su imagen comenzará a ser más agradable a los ojos de la Opinión Pública.
Ahora, si no están dispuestos a trabajar en consonancia con los intereses de todos los chilenos, podrían duplicar y triplicar este nuevo despilfarro de $ 44 millones y el rechazo de la Ciudadanía seguiría igual.
Hay necesidades del chileno que están a la deriva, que les golpean duramente, como por ejemplo la delincuencia- la de arriba y la de abajo- la que es resultante del tremendo conflicto social que tenemos en el país y aquella que con elegancia, con cuello y corbata, nos ha depredado a todos, amparada por leyes laxas, incompletas.
Recordemos, y ya lo escribimos, el escándalo de las farmacias que cometieron una sistemática colusión y no existe ley para sancionarles: robaron a todos los enfermos y a quienes fallecieron por no tener acceso a costosos medicamentos.
Pero ahí está, a pasos de tortuga avanzando la Agenda Corta Antidelincuencia que la izquierda tiene razón: mira hacia abajo y no hacia arriba: delincuentes hay en todos los estratos sociales.
Los mismos congresistas han cometido irregularidades, se han financiado de manera irregular y no olvidemos también el reciente escándalo de los viáticos dobles, caso en que una cuota mínima de parlamentarios y ex congresales tuvo la decencia de devolver el dinero que recibieron ilegalmente.
Ese es el tema en el siguiente artículo publicado en el Semanario “Tiempo”: de una imagen que no se arregla ni con cirugía plástica, resultante del malhacer. Por ejemplo, el escándalo de los viáticos dobles y los sueldos no acordes a la realidad de todos los chilenos.
Les invito a leer esta columna que, recordando a la malvada madrastra de “Blancanieves y….” titulé “Espejito, Espejito”
Espejito, Espejito…..
(Publicado el 23 de Julio de 2015 en el Semanario “Tiempo”)
Es la frase que pasó a alegorizar la vanidad en el cuento “Blanca Nieves y…..”, un relato lleno de simbolismos. Los propios 7 enanitos- que encantan a los niños- representan a los pecados capitales.
De pecados capitales, algunos de nuestros congresales tienen mucho. La soberbia, por ejemplo, queda ratificada cuando en su reciente cuenta pública hay autocrítica, pero no disculpas por haber incurrido en irregularidades que hoy les tienen en tribunales.
La vanidad está asociada a la soberbia. Simbolizada en este espejito, le daré una vuelta de tuerca para referirla a la millonaria licitación a que ha convocado el Parlamento para mejorar su deteriorada imagen.
Pero el problema parlamentario no es de imagen, sino de su hacer. En este caso del malhacer. Los espejitos de madrastras malvadas ya no sirven. Hoy, hacer es comunicar: aquello que las autoridades efectúan y deciden es la resultante en la percepción de la Opinión Pública.
En la convocatoria comunicacional sólo ganará la empresa que se adjudicará este despilfarro, porque el desprestigio parlamentario seguirá igual sino enmiendan su gestión.
¿Por qué los congresales están desacreditados?
Por lo que ya expresamos: su comunicación son sus desaciertos, disposiciones y decisiones que van en sentido contrario a la mesura que hoy requiere el país, y a su discurso de avanzar en igualdad. Como en esto último no avanzan, están malcomunicando. ¿O pretenden ganar imagen con sueldos tan desiguales al resto de los trabajadores?
Es la soberbia de persistir en políticas que sistemáticamente están siendo rechazadas por la Opinión Pública.
El último desliz de los Honorables son los viáticos dobles percibidos. Reciben tal bonificación por trabajar en Valparaíso y se convierte en doble asignación cuando viajan al extranjero (sobre US $ 300).
En 2012 se creó la asignación nacional ($ 95.000 diarios) para mitigar que la sede parlamentaria esté en Valparaíso. Entendemos ahora por qué se acallaron las voces parlamentarias que presionaban por el traslado institucional a Santiago: ahora hay un incentivo por el “castigo” de funcionar en región.
¿Quién más recibe viático por trabajar? Ellos solamente y quedó también al descubierto que cuando no asisten tampoco lo devuelven. 18 días de viáticos sagrados y anticipados. Tres días de esa asignación superan el sueldo mínimo. Un funcionario público que incurra en el pecado de un viático doble, se expone a sumario y despido.
Agreguemos jornadas de lunes a jueves; prolongados recesos y “dietas” suculentas. Todo eso, más la escasa sintonía con el país, su autismo y burbuja, dan por resultado su imagen que ahora pretenden maquillar con una asesoría comunicacional.
Este millonario lavado de imagen será inútil. No es un espejo el que necesitan, sino ganar conforme la escala de sueldos públicos y trabajar en armonía con la realidad y necesidad del país.
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