De la retroexcavadora a la “bici”
(Publicado en Semanario “Tiempo” el 13.05.15)
A la hoy figura más cercana a la Presidenta, el ministro del Interior- Jorge Burgos- le vimos en reiteradas ocasiones desplazarse en bicicleta por las calles de Providencia, su barrio, y también caminar de la mano de sus hijos rumbo al ex Cine las Lilas, hoy derribado por una retroexcavadora que dio paso a un adefesio de inmobiliario.
Creo que con él pasaremos de la retroexcavadora a la bicicleta. Es mi interpretación de los cambios del gabinete ministerial.
También transitaremos de la soberbia a la mesura, de la avasalladora retroexcavadora a la modesta bicicleta. Así funcionaría mejor la política hoy cuando tenemos una Opinión Pública contestataria e inquisitiva.
Burgos es clase media y por tanto que el ex secretario del Interior fuese objeto de un ataque elitista, según señaló el autor de la retroexcavadora, eso provino de la clase política, envanecida con sus privilegios, porque el ciudadano le apoyó hasta que se vio involucrado con Martelli.
En el Gobierno de Piñera faltó clase media en su gabinete; en el Gobierno de Bachelet es necesaria la ponderación para impulsar los cambios.
Ojalá no nos equivoquemos, pero Burgos podría- si se lo permiten- otorgar al Programa de Gobierno el ritmo de quienes se mueven de forma prudente en bicicleta.
No lo hará contra el tránsito (Opinión Pública) y cotejará que los obstáculos hay que acometerlos con discreción.
También deberá sacar a la Presidenta de la burbuja en que estaba, en la cual se fue quedando sola, a tal punto que todas las decisiones que adoptó la mandataria para hacer el cambio de gabinete- desde la confidencia a Don Francisco hasta la mañana del lunes- demuestra fehacientemente que estaba muy sola: sin sus asesores más directos, sin sus partidos políticos y sin su bloque en el Parlamento. Hay formas y formas de quedar sola. La peor es estando muy acompañada.
Era demasiado sintomático que toda su institucionalidad proclamara tanta lealtad e incondicionalidad. Cuanto más fuerte se gritan algunos enunciados, tanto menos se está seguro de éstos.
No es sano ensalzar tanto el presidencialismo, ni el parlamentarismo. Tampoco practicar la partidocracia y menos la bonocracia, el uso de influencias, el nepotismo ni el contubernio entre los poderosos.
Todas esas prácticas dejan ventana abierta a la corrupción y todas se practican en Chile.
La estrategia de hacer política debe cambiar. Han trascurrido demasiados años en políticos insertos en burbujas y- lo que repito siempre- ciudadanos huérfanos, a solas con su día a día, sus deudas y su calidad de vida que se deteriora.
Me refiero a pobres y clase media. Son quienes precisan que más políticos transiten en bicicleta. A ritmo más lento, con mayor prudencia, al aire libre, fuera de la burbuja, captando la realidad del país.
Ojalá la Presidenta gobierne al ritmo de la bicicleta. ¿Para qué sacrificar calidad por urgencia?
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