Un nuevo “héroe” caído
Menos de un mes permaneció en el cargo el ministro Secretario General de la Presidencia Jorge Insunza, quien debió renunciar ante los fuertes cuestionamientos por las asesorías que su empresa realizó mientras ejercía como legislador.
Es un nuevo “héroe” caído, porque todos quienes desde sus cargos públicos han debido renunciar a consecuencia de los recientes Escándalos, lo han hecho “por el bien del país” y con muy poca o nula autocrítica.
En el caso del ya ex secretario de estado, al dimitir expresó que “no hubo ilegalidad alguna pero se nos exige más que eso”.
Probablemente en coherencia con las laxas normas que tenemos, no hubo ilegalidad en que él mientras actuaba como Presidente de la Comisión de Minería de la Cámara Baja elaboró informes para Antofagasta Minerals y Codelco, pero sí hubo incompatibilidad y también una desprolijidad ética de trabajar a través de su empresa en compañías susceptibles de sancionar, fiscalizar e investigar.
Entre las inhabilidades expresas para Parlamentarios, se les prohíbe celebrar contratos con el Estado. Expresamente se indica como sanción la cesación del cargo y la normativa establece que esa inhabilidad “tendrá lugar sea que el diputado o senador actúe por sí o por interpósita persona, natural o jurídica, o por medio de una sociedad de personas de la que forme parte”, que es el caso de Insunza. Es además un cargo de exclusividad y la excepción es que los parlamentarios realicen funciones académicas.
El Diario “El Mostrador” registra hoy una nota informativa que da cuenta de la advertencia que el Presidente de Codelco, Oscar Landerretche, le habría formulado a la propia Presidenta de la República sobre la asesoría que el ex ministro prestó a Codelco.
Indica asimismo el diario electrónico que algunos directores de la Compañía habrían calificado los informes de “basura” (entendido este término en cuanto a que no prestaban utilidad a la empresa). La nota informativa finaliza señalando que no queda claro qué importancia atribuyó la mandataria a esta advertencia del ejecutivo de la cuprífera.
Llama la atención en la declaración de renuncia de Insunza una frase que ya están repitiendo varios políticos en cuanto a que “la sociedad nos está exigiendo mayores estándares”.
¿Cómo podríamos interpretar esa frase que ya suena a excusa. ¿Que los chilenos demandábamos poquito? ¿o que dejábamos pasar comportamientos cuestionados? ¿Qué hemos sido desprolijos, aguantadores?
Claro que sí, todas juntas. Pero independiente de ello, no implica que el comportamiento parlamentario deba traspasar líneas éticas y ser poco cuidadoso en ejercer cargos focalizados en el bien común, como es el caso de los congresistas.
Y también está claro que los chilenos debiéramos preocuparnos mejor por la calidad de nuestra votación y las exigencias que demandemos a quienes ocupan cargos públicos.
En el caso del Insunza todo partió mal. Su elección repitió lo que se ha cuestionado en reiteradas ocasiones: torcerle la nariz a la denominada “voluntad del pueblo” y que permite al Ejecutivo elegir entre los parlamentarios a nuevos integrantes del gabinete. Un vacío en la ley que no resta cuestionamiento a esta posibilidad.
Aparte de lo objetable de esa atribución a que han recurrido todos los últimos Gobiernos, genera una estrategia y juego doble a favor de una colectividad: se eleva a la categoría de ministro a alguien que por esta calidad alcanzará posicionamiento mediático y luego bajo esa plataforma gratuita de promoción a través de medios quedará con una ventajosa plataforma electoral para retornar al Parlamento.
Adicionalmente, entre los militantes del partido, en este caso el PPD, se elige internamente a un correligionario para que ocupe la vacante en alguna de las dos cámaras y éste también iniciará carrera al Parlamento por “la voluntad” de una colectividad política.
En el caso de Insunza, que representaba a la IV Región en la Cámara Baja, en cuanto comenzó a formar parte del gabinete Político surgieron en la zona del Choapa ya al menos 10 “voluntarios” para “sacrificarse” en el hemiciclo.
El tema ya lo abordé el 21 de marzo 2014 cuando la senadora Ximena Rincón, hoy ministra de Justicia, llegó a La Moneda. Ese artículo lo re-edito a continuación y también aludía al nombramiento del ex diputado Marcelo Díaz que ahora ocupa el anterior cargo ministerial de Rincón: todos jugando a las sillitas musicales.
Pero primero expresaré que me parece muy discutible que ya se esté planteando que Insunza retorne a la Cámara repostulado por su partido para volver a ocupar su propia vacante.
¿Perdón? si lo incorrecto de Insunza no lo hizo durante estos 27 días como ministro: sucedió durante su ejercicio como diputado. ¡increíble cómo no se ponderan las circunstancias de actos sancionables!
Les invito a leer el artículo que titulé como la Fiesta de la DC.
La Democracia Cristiana tiene su propia fiesta
Una elección, de esa que les gusta tanto a los políticos, para elegir a dedo al correligionario que sin haber pasado por las urnas del pueblo, sea ungido Senador de la República. Reemplazará en El Maule a la hoy ministra Ximena Rincón, la misma que dijo que había que despedir a todos quienes habían continuado trabajando en el gobierno anterior. (No hay asco para repartir sobre azul)
Pero volvamos a esta nueva “elección”: ¿Hasta cuándo permanecerá esta práctica? El discurso político apela con extremada recurrencia al ejercicio de la democracia, pero ¿será democrático este procedimiento, que ampara la ley, para elegir un reemplazante en el Parlamento, cargo que es de voluntad ciudadana?
Pero profundicemos por otro lado, ¿le suena legítimo que un Presidente designe en un cargo de su confianza a un político que por decisión en urna fue designado en un Poder paralelo?
Mi juicio es que el mandatario, en este caso, le está torciendo de manera vil, la nariz a la democracia, amparado en la ley. A sus gobernados les está expresando desprecio por su designación, imponiendo la suya. Digámosle como es.
Porque adicionalmente, en este juego de hacer uso del Parlamento para designar ministros, imponemos al país al nombrado “a dedo” por la clase política para que “haga carrera”, se posicione en el electorado.
Un ejemplo de ello, es el hoy flamante senador Felipe Harboe, quien ni se movió del escritorio para ser designado diputado en reemplazo de Carolina Tohá, y ahora es senador, con todas de la ley: elegido por el pueblo.
Su campaña para llegar a este cargo corrió de parte del bolsillo de todos los chilenos ya que a fuerza de aparecer en medios como diputado, fue ganando representatividad en la mente del elector.
Y así ocurrirá en todos estos casos……¡Viva la Democracia¡
Un tip chiquitito, adicional; bonus track: el ex diputado por la IV Región, Marcelo Díaz, quien no siguió en el Parlamento, sacó premio en la tómbola de cargos: se va a Argentina a representarnos en el vecino país como embajador. Del ex parlamentario, hay que señalar que, ha tenido nexos con el vecino país, de carácter político y funcionario.
En tanto el ex senador Jaime Gazmuri, se va a Brasil.
Uno disfrutará del mate trasandino y el senador de la caipiriña. Pero lo importante es que la representación sea eficiente y que se justifique esta continuidad de carrera fuera del Parlamento.
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