El Factor Jorratt
Michel Jorratt llegó donde tenía que llegar: a la cresta de la ola en los cuestionamientos con respecto a su actuación que desde hace meses se está haciendo en la investigación que le compete al Servicio de Impuestos Internos en la trilogía de Escándalos y sus respectivas aristas que sacuden hoy a la política nacional.
El director del SII representa en la mejor medida la lentitud y las dificultades para investigar los delitos que pueden derivar de los Casos Penta y Soquimich. Y eso es grave en la vida democrática
Porque para la Opinión Pública resulta incomprensible, injustificable y desafiante que sea el propio servicio encargado de cautelar con toda rigurosidad el cumplimiento de normas relativas a la declaración de tributos, el más cuestionado y sobre el cual se atribuye todo tipo de sospechas en una indagatoria que los chilenos demandan sea en profundidad.
El SII tiene además el deber en caso de detectar irregularidades derivar todos los antecedentes hacia la Justicia.
No puede quedarse en el sesgo que ahora ocurre de que quienes incurrieron en estos delitos se remitan sólo a efectuar las rectificatorias de impuestos para regularizar sus pagos.
Entonces todos los contribuyentes, procedamos a apostar que si somos indagados, por la igualdad proclamada por el Gobierno, exijamos sólo la rectificatoria de impuestos.
Ese es el tema: el pésimo modelo que se transmite a la ciudadanía y que ésta además constate que sí hay una primera y segunda clase de chilenos.
Todo eso ha estado en cuestionamiento en la actuación del actual Director del SII y la tempestad que le amenazaba derivó además que él mismo emitió boletas que acusaban una relación con el cuestionado operador político Giorgio Martelli.
Y otro ingrediente inexplicable fue que aún ya conociéndose ese antecedente, la Presidenta de la República procedió a otorgarle titularidad, como resultado de un Concurso de Alta Dirección Pública, cuyos otros 2 contendores quedaron en la nebulosa. Sólo debemos confiar que Jorratt reunía las mejores calificaciones para ejercer el cargo.
Esa decisión también podría ser interpretada como un claro obstáculo para llegar a la Verdad.
Jorratt ha entrado también en dificultades con el subdirector jurídico de su repartición, porque este abogado, quien bien entenderá cuales son los procedimientos en estos procesos, no comparte que muchos de los casos que están siendo contenidos en el SII, no se denuncien aun a la Justicia.
Sumemos y reiteremos que Jorratt ha representado un dique- parafraseando al ex Contralor de la República- o una Muralla China- parodiando al Presidente de la DC- para agilizar el curso de la investigación y para llegar a todos los involucrados, particularmente a la clase política
Por eso que esta suerte de dique, Muralla China o Fuerte Militar constituye hoy un actuar impresentable para toda la verborrea que pueda venir o desde el Gobierno o desde el Parlamento en cuanto a Transparencia o el majadero y vacuo enunciado “dejen que las instituciones funcionen”.
No importa que- como fue la defensa de algunos políticos- que él hoy está actuando: no interesa a esta altura si lo está haciendo correctamente: ya está encima de Impuestos Internos la mancha de la desconfianza de la ciudadanía sobre su actuar.
Y precisamente ha sido la confianza el principal activo hoy ampliamente cuestionado, a propósito de estos tres Escándalos que están viendo la luz y sólo por el peso de los antecedentes que surgen.
Ha trascurrido ya más de una semana del anuncio de Jorratt para inhabilitarse en el Caso Martelli y ello no ha ocurrido.
Ayer, su situación permitió proyectar una suerte de desorden a nivel del flamante gabinete ministerial sobre cómo proceder con el Factor Jorratt.
Hoy todos miran hacia el cargo mayor de La Moneda, la Presidenta de la República, quien le nombró.
Por último, veamos todos los activos cuestionados a propósito de Jorratt: Transparencia, Confianza, Sistema de Alta Dirección Pública y una certeza que en los Escándalos 2014/2015 la ciudadanía llegará a conocer la verdad.
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