El odioso resabio de la Dictadura

Ha fenecido el sistema binominal. Murió el  monstruo de 2 cabezas, el bicéfalo que cobijó durante un cuarto de siglo a 2 grandes conglomerados situados en las antípodas de las ideologías. Fue el sistema que engendró luchas enconadas por el Poder  y culminó con el mayor oprobio a la Democracia: candidatos como verdaderos mendigos demandando dineros empresariales para ser elegidos.

El binominal no solamente instaló en el faraónico Edificio del Congreso- un insulto  a  la pobreza existente en Valparaíso- a  aspirantes con ínfima votación. En propiedad, ahí está la hebra que dio inicio a  la actual crisis política. La binominalidad albergó una estructura  que excluyó a independientes y  fracciones minoritarias que no tuvieron otra opción que adherir a una de las cabezas de este bicéfalo. Las leyes votadas en bloques  era una estrategia, exacerbada además con independientes que eran premiados con compensaciones. El lobo estepario no tiene cabida en la familia parlamentaria.

Por tanto, cada una de las cabezas de este monstruo en su intento por acceder al Poder pleno, debían avanzar con todo, y eso incluía derroche de recursos en las campañas para elegir a sus postulantes  e imponer sus propuestas, distribuir cargos, incluidos aquellos concursados, y gozar también de normas laxas que otorgan privilegios, fueros y autoasignaciones.

Les pareció ético golpear puertas y desfilar ante empresarios. Sin escrúpulo, incluso candidatos de izquierda solicitaban óbolos a empresas confiscadas por la dictadura.

Al promulgar el nuevo sistema electoral, la Presidenta manifestó que el binominal es el último resabio de la Dictadura.

Claro, un resabio que mantuvieron por 25 años tras ese nefasto período.

Pero ocuparé su enunciado para precisar que el vergonzoso resabio de la Dictadura es en rigor este contubernio de políticos de izquierda, de centro y de derecha con Soquimich, la empresa que mejor representa la escandalosa usurpación, en beneficio de la familia Pinochet, de activos que eran propiedad de todos los chilenos.

Examinemos la nueva criatura: El Sistema Proporcional Inclusivo.

¿Qué tiene de Inclusivo, si los Independientes nuevamente no tienen opciones con este método?

Ah, ya, perdón, perdón. Claro que es inclusivo, ¡incluye 47 nuevos parlamentarios! Un Parlamento Inclusivo, abierto a casi otro medio centenar de congresistas.

Mal o bienpensados sospechan que este flamante Sistema  es un cambio de  mano en la primacía por opciones de sufragio desde la extrema derecha a la izquierda: el nefasto gatopardismo.

¿Estará eliminado el bicéfalo? ¿Será cierto que otros 47 congresistas significarán 0 $?

¿Y qué hay del Escándalo Soquimich? Parodiaré al complicado Presidente de la DC y diré que la Muralla China ya está construida para que los chilenos apenas nos quedemos con la sospecha de lo mal que algunos- no sabemos cuántos- lo  hicieron.