Chile vive una nueva Tragedia
Estos últimos 2 meses, el país ha debido enfrentar situaciones dramáticas, de gran emergencia.
A la activación de volcanes en la zona sur se han sumado incendios, varios de los cuales aun están activos y algunos de ellos fuera de control, en tanto que Valparaíso estuvo a punto de repetir en menos de un año una segunda tragedia producto del avance de llamas devastadoras.
Estos 2 últimos días, en apenas 48 horas, se han sumado a los incendios, el desborde de ríos en las Regiones de Atacama y Antofagasta, a consecuencia de los intensos temporales que se desplazan desde las Regiones norte hacia la zona central.
Las persistentes precipitaciones, han desatado la fuerza de los ríos, cuyos caudales se han dejado caer sobre poblados.
Los Ríos Salado, Copiapó y Huasco desataron hoy la tragedia en la Región de Atacama: han atravesado las ciudades y poblados y aun no es posible establecer la real magnitud de estos aluviones. pero a medida que avanza la noche, en las autoridades nortinas está la percepción de personas desaparecidas producto de los aluviones.
Se trata de noticias en pleno desarrollo y se teme por la vida de personas además de cuantiosas pérdidas.
Sumemos que los pronósticos indican que el área septentrional del país mantendrá al menos por las próximas 24 horas las condiciones climáticas de intensas lluvias.
El país se trastocó y registra amenazantes incendios para nuestro ecosistema en la zona sur, en tanto que el Norte no ha logrado resistir la intensa pluviosidad desatada en las últimas horas.
A propósito de estos acontecimientos, re-edito la siguiente columna elaborada hace un par de años, cuando en pleno verano la Región Metropolitana vivió una intensa situación de emergencia por aluviones y cortes en el suministro de agua.
Nuestro país está permanentemente sometido a estas dramáticas contingencias, principalmente por nuestra condición geográfica y porque a pesar de ello no hemos cultivado una cultura de prevención.
Este artículo lo escribí sobre la base de un informe de UNESCO que advertía nuestra ubicación en el denominado “Círculo de Fuego”, con más de 500 volcanes activos. Este estudio también hizo presente nuestra recurrente actividad sísmica y se refiere de manera especial a la prolongada sequía que afecta a la IV Región, con el consecuente empobrecimiento de pequeños agricultores y críanceros, además de la amenazante posibilidad que el déficit de agua también podría también llegar a las zonas urbanas. Esto último es la amenaza que se tiene ahora, tras la prolongación de la sequía que ha secado los embalses.
Al igual que otras instituciones internacionales, UNESCO hace presente la impresionante dispersión institucional, que impide responder con mayor eficacia a estas recurrentes catástrofes. Es decir, en un programa que debiéramos actuar de manera más centralizada, no lo hacemos.
Les invito a leer esta columna que publicamos en el Semanario “Tiempo”.
SISMOS, SEQUÍAS Y OTROS DESASTRES
SUSANA POZO P.
Lo admito: no es un tema amigable en vacaciones, pero el riesgo y el desastre no descansan. No en este país situado en el “Círculo de Fuego de Pacífico”, con más de 500 volcanes activos y con una costa también iracunda cuando la tierra se enfurece. Y una sequía que no da tregua. Sume aluviones, incendios forestales e inundaciones y tenemos el mapa de las amenazas más recurrentes.
Pero no mostramos capacidad de reacción. Eso se observó en la reciente emergencia ocurrida en Metropolitana.
Falló la institucionalidad pública y privada, y la población demostró imprevisión. Y era sólo una emergencia, sin la magnitud de una catástrofe.
Un trabajo elaborado por Unesco Chile, Onemi, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Cruz Roja Chile ratifica que “Chile ostenta ser el país más sísmico a nivel mundial, y el que ha registrado el evento sísmico de mayor liberación de energía (1960)”.
Recuerda que tenemos el 10% de los volcanes más activos del planeta y los dos más activos entre seis de Sudamérica.
Agrega que “Si se toman de manera agregada, las emergencias provocadas por fenómenos de origen climático (inundaciones, sequías, tormentas) ocupan el segundo lugar en términos de número de gente afectada. Los desastres originados por sismos han sido los más devastadores en términos de pérdida de vidas humanas en las últimas décadas. Estos también han redundado en las mayores pérdidas económicas desde 1900 a la fecha”.
En lo que concierne a Coquimbo, el documento menciona la Región como una de las más afectadas por la Sequía, calamidad que el estudio sitúa en su desarrollo a partir del 2007 – llevamos un quinquenio- y recuerda que en el país hay 108 comunas en emergencia agrícola y consigna 10 comunas de esta región en situación de catástrofe. Esta semana se sumaron a esas 10 otras 5 comunas en la Región en esa calidad, señal inequívoca que la Sequía no cede.
Unesco y asociados plantean que “una de las lecciones que se está recogiendo es la necesidad de un manejo más eficiente del recurso agua ante una creciente demanda y patrones inciertos de precipitaciones y la necesidad de invertir en la construcción de embalses como una forma de mejorar su disponibilidad para consumo humano y actividades productivas”.
La publicación advierte que “el cambio climático pasó de ser una predicción de científicos y ambientalistas con un horizonte de 50 o 100 años a un fenómeno que ya comienza a manifestarse y con pronósticos inciertos de gran implicancia…..”
El estudio destaca el “Proyecto PROTEGER Coquimbo”, como una de las escasas iniciativas en la gestión del riesgo pos 27F.
En la iniciativa participaron Serplac, ONEMI Regional, el sector académico- algunos docentes de la Universidad de la Serena- y la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA).
Unesco da cuenta también que el país dispone de una impresionante institucionalidad en pos de prevenir el riesgo y actuar sobre el desastre.
Al igual que ODEC (Columna anterior) el estudio objeta la dispersión institucional y la ausencia de una coordinación “para evitar la duplicación de esfuerzos y maximizar el uso eficiente de los recursos disponibles ….”.
La deuda es entonces en Liderazgo y Políticas Públicas que entren en la lógica de la Educación, Prevención, Difusión y Reacción Oportuna para mitigar amenazas latentes de grandes catástrofes de este frágil país, en materia de desastres.
Comments
No comment