Más interesante que opciones de voto para las presidenciales es saber qué piensa la calle sobre asuntos que efectivamente impactan en su vida cotidiana.
¿Qué opina el chileno común? ¿Cuáles son sus prioridades? Aquellos que estiran el billete, estrujan la tarjeta de crédito y están endeudados hasta el cuello. O los viejos que subsisten con una pensión mísera. Es decir, el Chile real.
Eso buscamos en la Encuesta CEP y no reducirla sólo a la mediática presidencial, que acaparó medios.
Podría haber sorpresas, en lo que no se destacó del sondeo.
Por ejemplo, la Educación, como el gran activo en la movilidad social, se llevó todas las palmas. El 52% y 44% respectivamente considera que por carencias educativas se es pobre y no se logra el éxito económico.
Un 69% además estima que para surgir en la vida es necesaria la Educación, que también es vista como el tercer gran problema nacional, después de Delincuencia y Salud.
Pero mire la mayor sorpresa: el 81% de los encuestados opina que los esfuerzos del Gobierno para apoyar a los más vulnerables debieran focalizarse en impulsar programas de educación y capacitación y sólo un 17% está de acuerdo que entregue bonos, productos estrellas de las dos últimas Administraciones.
La política no es el leitmotiv de la gente: un 52% no se identifica con ninguna posición política, un 82% no intenta convencer a otros de posturas, el 81% no sigue tales temas en redes sociales y sólo el 8% asigna credibilidad a los partidos políticos situados en el último nivel de confianza institucional.
Le anteceden en los 3 penúltimos sitiales el Ministerio Público (14%), el Congreso (12%) y los Tribunales de Justicia (11%).
Y la mayor sorpresa. Las Fuerzas Armadas, con un 50%, se sitúan en el primer nivel de confianza institucional, aunque en descenso. Las movilizaciones estudiantiles registran una notable caída en un año, de un 30 a un 23%.
¿Cómo aspiran los encuestados a que sea Chile? Estratificado, pero con muy baja concentración de ricos y pobres y una numerosa clase media.
¿Cómo lo ven hoy? Con muchos pobres y personas de bajos recursos y unos pocos muy ricos.
Si este sondeo acertara en un 80% en las tendencias del comportamiento de los chilenos, diríamos que las presiones por postulaciones a la enseñanza superior crecerán exponencialmente; que distribuir bonos a lo Farkas no ayudará a sumar votos y que los políticos deberían curarse de su ceguera crónica para entrar en sintonía con el Chile real. Como diría un joven: atinen, atinen.
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