“Interestelar”
Atractiva, compleja, trasgresora y fantástica, todo eso es “Interestelar”, la cinta que se suscribirá como el gran largometraje espacial de 2014 y que seguramente entrará en la competencia por más de un Oscar, a pesar que la crítica no ha sido muy benevolente con ella.
Tratándose de un relato que se mueve de manera predominante en planetas imaginarios, se justifican plenamente los hermosos paisajes interestelares que es posible construir en un computador y que constituirán un deleite para quienes disfrutan de los efectos especiales.
Esta película, cuyo escenario es el universo, navega por la ruta de la astrofísica, por los cambios gravitacionales, la tridimensionalidad, los agujeros negros y los denominados agujeros de gusano, que plantean la conexión espacio tiempo y uno de cuyos teóricos, Kip Thorne, asesoró a los productores, guionistas y directores del filme, los Hermanos Nolan.
Varios astrofísicos, incluido Neil deGrasse, presentador de la excelente serie “Cosmos” que en estos días se difunde por la televisión abierta y también en la de pago, han entrado a sancionar positivamente esta propuesta y mayoritariamente han valorado el mejor esfuerzo de esta producción por ajustarse al rigor científico.
No obstante, los científicos advierten que se trata de ciencia ficción.
Y eso le otorga la flexibilidad para unir las teorías y la investigación con lo novelesco.
Se trata de un superlargometraje con todas las de la ley, no solamente porque su duración es de 2 horas y 50 minutos, sino también porque el tiempo juega un rol importante: su joven protagonista retorna a su edad en la Tierra de 124 años, luciendo como un adulto joven (quien lo quisiera) para encontrar a su hija moribunda y muy envejecida.
Claro que el tiempo corre en la Tierra: no logré reconocer dos excelentes actores presentes en esta producción: Michael Caine y Ellen Burnstyn
Pero estos antecedentes son casi una anécdota, comparado con la extensa trama que sitúa a la NASA en una oculta operación en la búsqueda de un mundo que albergue a los terráqueos, cuyo planeta agoniza. Hasta ahí llega mi relato: toda la narración vale la pena verse visualmente, pero si quiere adentrarse en las complejidades de la astrofísica, le aconsejo no comprar cabritas, porque deberá concentrarse, sin sonoridades ni masticaciones indiscretas (ja,ja), en esas disquisiciones científicas, todas interesantes, que según investigadores como deGrasse, se aproximan a las teorías que hasta hoy se manejan.
Sólo añadiremos los mensajes presentes tras la trama: la destrucción de la Tierra, una verdad incómoda, dijo un candidato a Presidente de Estados Unidos, en la cual todos concuerdan, pero nadie está dispuesto a hincarle el diente si roza siquiera con sus intereses económicos.
No falta también el dilema ético del científico que debe resolver por priorizar la subsistencia de la especie o salvar a la actual población ¿Qué haría Ud?.
Y el guionista también se asoma a la mezquindad humana que se traslada al espacio, donde igualmente emerge el conflicto y la confrontación por sobre el beneficio comunitario.
En la destrucción de la Tierra, “Interestelar”, apela a las plagas y la contaminación. Pero habría que preguntar ¿Qué peor plaga que el propio hombre, destruyendo su hábitat?.
Recomendable, interesante, entretenida, es esta propuesta cinematográfica que hoy exhiben las salas, incluida la serenense, lo que ya es palabra mayor.
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