“Perdida”: Una Gran Metáfora
“Perdida” seguramente se inscribirá como una de las mejores producciones hollywoodenses del presente año, periodo que se ha caracterizado por una sequía de buenas cintas, al menos, las escasas que tenemos oportunidad de ver, por estar radicada en región, pero en general a Chile ha llegado escasa producción de buen nivel a través de los circuitos comerciales.
La crítica no ha hecho justicia a “Perdida”, o no se ha dado el tiempo para analizar y profundizar en las segundas lecturas, que son el leimotiv de esta cinta y que es una característica propia de un thriller, género cinematográfico al que pertenece.
Tampoco el público, al parecer adormecido por los efectos especiales y el cine caricaturesco y anecdótico, le ha premiado con su asistencia.
De hecho, en La Serena, todo indica que hasta el jueves de esta primera semana de noviembre estará en cartelera esta película de David Fincher, y apenas con una exhibición diaria muy de noche. Es una lástima porque ha sido una de las pocas oportunidades para aproximarse a un film con contenido, pletórico de mensajes, en que todo no es lo que se muestra.
Por todo este preámbulo, recomendamos ver esta creación.
La narración- cuyos detalles siempre trato de omitir- pareciera que nos conduce a una novela rosa o a la clásica historia- también en la vida real- de los matrimonios o parejas que tienen un inicio pleno de ilusiones y buenas intenciones y que a la vuelta de la esquina, tras algunas dificultades y el tedio de no darse el trabajo de nutrir la relación y alimentar la comunicación, comienzan a derrumbarse.
¿Qué tiene de novedad eso? Se preguntarán muchos, a quienes bastará con poner en el espejo su relación de pareja y no tener que destinar tiempo en concurrir al cine a que le cuenten lo mismo que ya está experimentando.
Claro, ninguna novedad, en la era de las relaciones negociadas, con intereses subyacentes, de conveniencia, sostenidas por miedo a la soledad, porque es mal visto no tener pareja, porque cuesta dinero separarse, también por falta de franqueza y valor para concluirlas, por no darse el trabajo de emprender una nueva búsqueda y también por quererse poco e intentar una nueva oportunidad.
Todas esas y mucho más son las razones de por qué muchas parejas permanecen en una relación plana, sin sentido, en la cual está a punto de aflorar lo purulento, lo descompuesto, lo rancio, lo tedioso y lo soporífero que aconsejaría la sana decisión de poner punto final.
Hacia allá nos lleva David Fincher, pero en lo formal, porque este director, de quien hablaremos en un espacio aparte para no interrumpir el hilo conductor de este análisis, en el fondo pretende una vez más hacer una disección del comportamiento humano enfrentado a las circunstancias y la oportunidad de capitalizar el poder en su propio beneficio.
En “Perdida” todo lo que se nos muestra como verdad es una gran mentira, tras la cual se ocultan odiosas realidades, las mismas que observamos en la vida real, y que también disfrazamos en grandes embustes. Para mostrar lo que no existe y hacer creer al entorno lo que no es. En eso estamos, en la cultura de las apariencias y de rentabilizar imagenes y realidades porque se nos enseñó que el mundo es una lucha de competencias.
En este largometraje, Fincher muestra lo que no es para que reflexionemos sobre las grandes mentiras que establecemos como soportes para que no se derrumbe el andamiaje que oculta muchas veces los fracasos.
Quienes no logren enganchar con el trasfondo de este filme, saldrán decepcionados del cine, porque sentirán que la trama no tuvo desenlace. ¿Y cuántas parejas mantienen una dañina relación, resignadas a esta suerte de suicidio anímico? El relato formal de esta película es meramente incidental y por lo tanto el espectador puede otorgar la interpretación que le parezca a su final. Porque en definitiva, se trata de relaciones tan frágiles y vulnerables que cualquier desenlace es posible.
Lo profundo es la crítica que este filme hace de la sociedad, de cómo reaccionamos frente a aparentes circunstancias y estamos dispuestos, sin ninguna culpa o responsabilidad, a condenar publicamente. Es un retrato de la dinámica grupal en torno a un hecho del que desconocemos todas las circunstancias y pormenores.
Los medios de comunicación no terminan bien parados en esta cinta. El cine nunca ha sido muy generoso con el Periodismo, pero la ironía con que se describe aquí el trabajo de la prensa, ésta se la merece. Porque están muy bien retratados los “rostros” de la Televisión que especulan y rentabilizan lo escabroso para nutrir el morbo de las audiencias, sin freno por el respeto a la privacidad y desplegando un gran descuido por llegar a la verdad ¿Algo diferente a los formatos de espacios de farándulas y shows realities?
Tampoco es muy pulcro el trabajo policial, extraviado en su afán y apremio por solucionar el caso. Pero también es uno de los puntos débiles de la cinta, porque estimamos que el director cae en un exceso incoherente con la apenas sospecha de resolver la pérdida de una persona.
Aun así, resulta envidiable el celo y despliegue de recursos de equipo y funcionarios policiales que es tan ajeno a nuestra realidad.
¿Es posible manipular la opinión pública a través de constructos falaces para fines espurios? Claro que sí. Y no se necesita ser tan perverso: solamente saber hacerlo. Aquí todos dan palos de ciegos, a excepción de la siniestra esposa que sabe muy bien dónde quiere llegar. La actriz Rosamund Pike, quien hace el rol de “villana”, otorga magistral receta para instalarse como la todopoderosa de una pareja con una relación tóxica y degradante.
Como todo buen thriller, en “Perdida” todos pierden. Incluso algunos espectadores se extraviarán en la maraña del relato. Quien definitivamente gana es Fincher, que ha anotado otro buen registro a su filmografía.
“Perdida”, por el recoveco que se analice, es una gran metáfora de la vida real.
El Director
De David Fincher no hay más que presentar su filmografía para concluir que estamos frente a un realizador que apunta sólo a éxitos y que muestra gran oficio.
“Perdida” se suma a sus otros éxitos, entre los que se cuentan “El Juego”, también un thriller; “La Chica del Dragón Tatuado”; “El Curioso Caso de Benjamín Button”; “Zodiac”; “El Club de la Pelea”; “Red Social” y la tercera secuela de “Alien”.
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