Grotesco Espectáculo en el Hemiciclo

Tras sucesivos episodios, cada uno más grotesco que el anterior,  aun parece no llegar al piso la ramplonería- chabacanería plena- que el sector político exhibe sin ningún pudor a vista y paciencia de la Ciudadanía.

La semana reciente, tal representación fue de conjunto protagonismo de la Cámara de Diputados y del Ejecutivo y ambos asumieron que los chilenos debían tragarse sin mayor explicación- porque no la hubo- el tremendo sapo que significó la subasta de cargos al mejor postor con que se transó la mesa de la Cámara.

El “martillero” de este remate fue el Ministro Secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde, y el mejor postor resultó ser el Diputado Gaspar Rivas. Este es un parlamentario que ha transitado por Partidos de contradictorios colores y ha ofrecido vulgares episodios en el transcurso de su “trabajo” legislativo.

Rivas es el más apropiado ejemplo de lo necesario que se hace ir a una Reforma al Sistema Electoral- un tema que planteo en el artículo de esta semana- para evitar que personajes como él ocupen un sillón que debiera ser asignado a  congresistas que entreguen un aporte a la labor parlamentaria. Se hace  necesaria una mejor masa crítica de  diputados- que los debe haber-  capaces de avanzar hacia una legislación focalizada sobre los conflictos vitales que vive el país.

De este lamentable episodio no escapa de responsabilidad el Gobierno que prometía emprender un nuevo tipo de política y que intervino en esta oportunidad en la votación para que se eligiera una testera afín a sus intereses. Así llegó a la Presidencia la diputada del PC Karol Cariola y los  segundos cargos de vicepresidencias fueron entregados a quienes aportaron el voto a cambio de favorecer la lista del Oficialismo.

Más claro es decir que La Moneda metió la mano en la urna de otro Poder, el Legislativo, y manejó la votación. Tal testimonio fue del propio Gastar Rivas, quien  desprovisto del menor atisbo ético relató que el cargo  de primer vicepresidente le fue ofrecido por el  Ministro Secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde, quien en  la jornada del pasado lunes sostuvo una dinámica de negociaciones con parlamentarios.

¿Qué hacía Elizalde  en el hemiciclo? Lo que luego develó el diputado Rivas: el ministro estaba oficiando de “martillero” en el remate de cargos, y  por eso no estaba en La Moneda cumpliendo sus labores, que entre las principales está ser el puente entre la Ciudadanía y la Presidencia sobre temas sensibles que la afectan.  La misma tarea más incumplida del Gobierno.

Una mayoría pensará-  y tiene razón- que esta nueva bufonada política  carece de importancia, que es una más que se circunscribe en el improductivo trabajo parlamentario. Pero es válido elucubrar sobre la probabilidad que en proyectos y propuestas de real interés e importancia ciudadana pueda estar ocurriendo lo mismo, que  éstos se decidan a mano en urna, por parlamentarios que constituyen un “poder comprador” a cambio de miserables cargos y el compromiso de votar en una u otra dirección. El Congreso funciona sobre la base de múltiples Comisiones y la elección de sus Presidencias se prestan para tentadoras ofertas. Las Presidencias  de estas Comisiones otorgan apetecidas pantallas mediáticas, un puente para estar presente en el consciente electoral.

Tengámoslo claro de una vez: estamos eligiendo muy mal a nuestros representantes. No les exigimos conocimientos, experiencia, preparación y luego demuestran nula ética para ejercer el cargo.  Hay en el clima parlamentario abundancia de liviandad para ejercer las funciones  y ausencia de sanciones en comportamientos abiertamente censurables.

Tuvimos la oportunidad de aprobar un proyecto de Constitución que planteaba disposiciones para disminuir la cantidad de congresistas, establecía sanciones  y buscaba  evitar la fragmentación parlamentaria que nos trajo este circo. La ley cursada en el segundo periodo de la expresidenta Bachelet es deficiente, permite ser elegido con una muy magra votación.

Pero la Derecha, el sector que debió actuar unido en esa propuesta constitucional que, efectivamente, presentaba algunos ripios, todos ajustables a posterioridad, generó lo que todos sabemos sucede en la Derecha: la tensión de divisionismos, resultado de ambiciones y codicias que les conduce a una derrota.

Ese único inciso de Reforma en el Sistema Electoral hubiese valido la aprobación de la nueva Constitución. Improbable con la calidad de Parlamentarios que tenemos lograr una reforma similar para desestimar la actual legislación que favorece una microrrepresentatividad y no establece barreras para la creación de Partidos. Hoy la Cámara cuenta con colectividades con un Parlamentario y el Partido de la Gente que decide votaciones para una u otra tendencia dependiendo donde  está la mejor oferta, cuenta  con apenas dos diputados.  

Pero bueno, en estas circunstancias el Gobierno sentó en la testera del hemiciclo a una representante del PC, con la gran paradoja que es la colectividad que amenaza con recurrir a la calle para presionar por lo que no logra en la sala. 

Esta comedia de equivocaciones no concluye con  esta bufonada. La Oposición- más específicamente el Partido Republicano- no esperó 24 horas, para presentar una censura a la Presidencia por el episodio aquí relatado. Esa es otra payasada, y da lo mismo su resultado.

Más productivo sería que retornaran a sus asientos y se enfocaran, por ejemplo, en proyectos sobre Seguridad sobre los cuales  una empresa analista llegó a la conclusión que las 2 propuestas de mayor importancia, una- Defensoría de las Víctimas- lleva ya 1.200 días de tramitación y la segunda sobre Fortalecimiento de la  Inteligencia Estatal está próxima a superar las 2.000 jornadas. Tampoco avanza el que regula el uso de la fuerza por la Policía, cuyos efectivos siguen enfrentando la Criminalidad expuestos a que luego le acusen de violación a los DDHH. Este último será de difícil avance mientras el PC pautee a La Moneda en esta materia.

En eso podrían entretenerse los parlamentarios, en aprobar leyes para combatir la indefensión en que vive hoy la Ciudadanía.

Les invitó a leer ahora la columna publicada en el Semanario “Tiempo” donde abordo la agenda del PC con su insistente llamado a traspasar a la calle la labor legislativa. Talvez ahí está la clave de por qué la Seguridad es un tema sobre el cual se avanza a pasito lento.

Oportunismo Incubado

Artículo publicado en el Semanario “Tiempo”  19/04/2024

¿Cuántos chilenos se declararían nostálgicos de los sucesos de Octubre del 2019?

Violencia, saqueos y destrucciones varias son suficientes razones para que una gran mayoría rechace repetir  tales episodios.

Sin embargo, hemos continuado escuchando voces del Partido Comunista llamando  a la movilización social. Se sumó ahora Juan Andrés Lagos, asesor del Interior, ministerio entre cuyas tareas está garantizar el Orden y la Seguridad y este asesor añora la movilización. Vaya contradicción: es partidario de tensionar la calle que a él le corresponde mantener en tranquilidad.

En el Congreso del PC, su líder, Lautaro Carmona, explicitó la necesidad de tensionar la movilidad social “como una tarea del Partido en todas sus estructuras y frentes”.

Movilización a la que no colocan apellido, pero bien sabemos hacia donde se dirige. En las filas comunistas hay insatisfacción y nerviosismo cuando ya iniciado el segundo tiempo del actual mandato, del cual el PC participa en primera línea, el Programa propuesto no presenta avance.

Los comunistas  pretenden que sea por la razón o la fuerza que  el país apruebe sus reformas que estiman obstruidas por la Oposición.

En parte tienen razón, pero la Ciudadanía tampoco clama por la aprobación de esas reformas y no digamos que los chilenos tienen un corazón insuflado de Derechismo.

Los chilenos están focalizados en sus conflictos cotidianos que aunque suficientemente voceados desde distintos frentes, el sector político no atiende por 3 razones.

La primera es que el Gobierno intenta a ultranza que sus propuestas sean lo más fidedignas a lo propuesto y encuentra férrea Oposición.

Lo segundo es que el sector político está demasiado enfrascado en rencillas internas y dominios de Poder generados por un Parlamento fragmentado y se hace necesaria una Reforma electoral.

Lo tercero, también consecuencia de la segmentación, es que el actual sistema facilitó el caudillismo electoral y bajó la plusvalía del voto. Con pocos sufragios tenemos diputados que carecen de altura en conocimiento para ejercer el cargo con la calidad que requiere hoy Chile.

El anterior no es un razonamiento elitista. El deber profesional y ético exige en el ejercicio parlamentario  la preparación suficiente para lo mandatado y comprometido. Y eso alcanza mayor relevancia hoy por la compleja crisis que vive el país.

Con la desvalorización congresista, el PC encontró un nicho para torcer la nariz a la Democracia. Intentará avanzar con las Reformas por el lado y con la calle.

Favorecido justamente por una mala Oposición que lograría mayor capitalización electoral si se concentrara en propuestas consonantes a las encrucijadas ciudadanas.

Así, está en la mesa la tentación para que el Marxismo confisque la función congresista, presione con su calle incondicional por reformas que profundizarían aun más la decadencia nacional.

Todo un Oportunismo incubado por el propio mal comportamiento de los congresistas.

Breves Titulares de otros sucesos

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