“El Irlandés”, un imperdible de la cartelera en salas y plataforma

Scorsese y sus novelescos personajes del convulsionado EE.UU. de los ´50 a los ´75 van camino al Óscar

El-Irlandes-Cines-Perú-Netflix-900x600Aunque resulte contradictorio, el cine nos lleva a definir algunas de sus producciones por lo que no son.

“El Irlandés” la última realización del celebrado director Martín Scorsese, puede ser uno de esos ejemplos. No es una biografía, como su título y su narrativa parece insinuarlo, al ser relatada por  el protagonista, el mafioso Frank Sheeran, interpretado por Robert De Niro. El personaje en definitiva no es sino el puente  que da lugar a una excepcional filme sobre el azaroso cuarto de siglo que va desde los años 50 a 1975 con el dominio del hampa sobre las convulsionadas calles de Estados Unidos y que culmina con la desaparición del sindicalista Jimmy Hoffa.

El gremialista, líder indiscutido en la época del poderoso grupo de los camioneros, está convertido hasta el día de hoy en una leyenda, no sólo por sus vínculos con la mafia de Nueva York. También  con los ocultos lazos que culminaron con los asesinatos de los hermanos John y Robert Kennedy, y su propia desaparición, un misterio aun vigente. Ambos- Presidente y Procurador- se insinúa en el filme- perturbaban los objetivos del hampa y el sindicalismo corrupto, aun cuando tampoco logra despejar, el entreverado tejido de ese Gobierno y el rol que pudo jugar la mafia en su ascensión al  poder y luego su letal caída. Ese es también un episodio, como todos los sustentados en la vida real que se incorporan a esta épica, que retrata esos álgidos años de la nación más poderosa del continente americano, vistos desde la mafia y el poder.

A partir del relato de Sheeran, se despliega en la pantalla este gran largometraje de 3 horas 40 minutos donde la reflexión nos puede llevar al análisis de los antivalores planteados  por sobre la historia de mafiosos cumpliendo los roles asignados en el predominio del crimen organizado.

Un elemento importante que muestra la cinta es el costo familiar que pagan quienes se internan en el hampa y que generalmente son vistos en las filmografía como individuos exitosos en el poder bajo la presión de las armas y la muerte. Si los gánsters representan la anomia (sin ley, orden o estructura) o más simple y cercano, “sin Dios ni ley”, sus esposas son vistas a ojos del cine o como seres ajenos a las actividades de sus esposos (“El Padrino”) o como sobresalientes ejemplos de frivolidad y excesos (“Casino” del mismo Scorsese), “El Irlandés” da un vuelco a esos estereotipos en la relación del protagonista con su familia y particularmente sus hijas, quienes  al final de su vida le enrostran a Sheeran, el gran precio que pagaron comos hijas de un mafioso.

Las  escenas al final de la cinta, cuando Sheeran acude a una oficina bancaria en un postrer y fracasado intento por recuperar el vínculo con su hija más añorada y la conversación que sostiene con otra de sus cuatro niñas, quien le enfrenta el doloroso costo que vivieron siendo hijas de un mafioso, están muy bien logradas, en tanto Scorsese relata dos momentos dramáticos sin estridencias, sin histrionismo, que casi no hemos visto en producciones del género.

Ambos pasajes contrarrestan varias escenas en que se observa al irlandés en la tranquilidad y el refugio de su casa compartiendo con su clan como un señor que  retorna luego del trabajo, a cuya actividad el grupo permanece  deliberadamente distante. Ese es un antivalor siempre presente en películas de esta temática.

La soledad, el olvido, la vejez, el deterioro y la cárcel son elementos que tienen mayor relevancia en este filme gansteril, a diferencias de otros donde pareciera que el crimen no paga. Tal vez porque la película, se ha dicho, ha sido fiel al libro “Dicen que usted pinta casas”, basado en las confesiones de Frank Sheeran.

Una segunda amoralidad es el desprecio y la indiferencia por la vida de quienes se atreven a desafiar a clanes del crimen organizado. Frank Sheeran es un sicario que ya internado en la trama del hampa, sustentado por el poderoso Russell Bufalino (interpretado por el extraordinario Joe Pesci) y luego traspasado como el guardaespalda de Hoffa, no tiene otro camino de cumplir los mandatos irrevocables de ir eliminando a quienes se desviaron u obstaculizaron los objetivos del hampa. Recordemos también que los irlandeses han sido históricamente vistos en Estados Unidos  como una ciudadanía de segunda clase.

El perfil de Sheeran, como ejecutor de enemigos capturados en la Segunda Guerra Mundial, le sirvió como anillo al dedo a la mafia y lo detectó el ojo experto de  Bufalino, tras recibir el antecedente además de estar sirviendo ya al crimen organizado al que le suministraba piezas de carne que él robaba.

El rostro imperturbable con que De Niro da vida a su personaje, da  lugar a duda si Sheeran disfrutaba o al menos le “exaltaba” su “trabajo”. Creemos que él definitivamente quedó marcado por la experiencia en el “oficio” desempeñado en la guerra.

Un tercer antivalor se relaciona con la traición, un continuo entre las camorras y que en la película de Scorsese se expresa como un fuerte golpe a la inmoralidad, cuando esta traición proviene de quien la víctima ha depositado su plena confianza. No relataremos nada sobre ese episodio, uno de los más intensos en esta extraordinaria realización de Scorsese, sobre la cual muchos apostamos a que podría aglutinar varios Óscar y galardones asociados.

Partiendo por Al Pacino, cuya interpretación de Jimmy Hoffa da cuenta que el paso de los años no han restado su talento extraordinario. Sería su segundo Óscar, tras el primero como protagonista en su actuación en “Perfume de Mujer”.

Si  sus decisiones que rubricaron su fin fueron como se presentan en la película, dan cuenta las férreas burbujas que encapsulan a personas que tienen el poder y no logran aceptar, percibir y admitir que los cambios y/o la cuota del dominio que tuvieron en sus manos ya pasó. Algo muy consonante con los acontecimientos de Chile hoy, donde la brújula de cambios- esperemos- llegue a un punto de equilibrio sensato y en beneficio del país.

No es la primera experiencia de Pacino en películas de gánsters.  Mencionemos “El Padrino II y III”, Scarface”, “Carlitos Way”. Sí es primera vez que participa de una conjunción estelar con De Niro y Pesci, una trilogía con méritos para llevarse, cualquiera de ellos, las  mayores preseas de la cinematografía.

Scorsese también se alza para obtener su segundo Óscar, tras los logrados en 2006 con “Los Infiltrados” como Mejor Película y Mejor Director y otros 2.

Tampoco están lejanos los mismos premios a reconocimientos tecnológicos como el uso de dobles y triples cámaras para  “adecuar” a los protagonistas al paso de los años. El Óscar a la Mejor Fotografía podría rondar a “El Irlandés”.

Pero eso está por verse, ya que a las carteleras chilenas no han llegado los otros filmes candidatos s este galardón.

De momento, un imperdible es  “El Irlandés” en la calificada trayectoria de este director norteamericano.

Absolutamente recomendada de un maestro versátil en la cinematografía,  pero que cuenta con otras películas de la misma categoría que mencionamos si no las ha visto: “Buenos Muchachos”, “Casino”, “los Infiltrados”, entre tantos otros títulos suyos de distintas temáticas.

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

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