Al reconocimiento de Bachelet a la sistemática violación a DD.HH., ahora se descuelga Pepe Mujica del régimen madurista
Alejandro Navarro sigue como sólido defensor en tanto en el PC evidenció contrapuestas posiciones
Aunque desde sus propias afinidades políticas, la ex presidenta Michelle Bachelet ha recibido duras críticas por el contundente Informe que acusa la violación a Derechos Humanos en Venezuela, la hoy Alta Comisionada para DD.HH de Naciones Unidas permanece aun como única opción presidencial del ala izquierda en la próxima contienda política. Es la contradicción del mundo político que opina como más le conviene: no admite la crisis venezolana pero a falta de una figura emergente en su flanco, aun añora a Bachelet con la banda presidencial.
El texto emitido tras la visita de Bachelet a Venezuela este mes que finaliza recibió este fin de semana el último disparo proveniente del senador Alejandro Navarro, defensor acérrimo del Gobierno de Maduro.
El parlamentario, sin embargo, evitó referirse al documento, y tras elogiar a Maduro, Chávez y Diosdado Cabello, hizo un giro incomprensible para señalar que “la Constitución chilena es maloliente”, una expresión que proveniente de un senador ha generado amplio rechazo en el país, porque habría que preguntarle que ha hecho él por modificar la Carta vigente si le resultaba tan fétida.
Pero no era esa su preocupación, fue uno de los oradores en Caracas en el Foro de Sao Paulo.
Su participación ayer domingo ratifica que para la izquierda chilena, en particular la crisis venozolana, continúa siendo una piedra en el zapato por las contrapuestas posturas que han contribuido a profundizar la desarticulación de la alianza que llevó a Bachelet por segunda vez a La Moneda.
Su informe sobre la situación en Venezuela ha contribuido a configurar el que sería el definitivo distanciamiento del Partido Comunista con las restantes coaliciones de centro-izquierda, lejanía gatillada principalmente por las discordantes posturas con la Democracia Cristiana.
El PC ha sumado críticas al Informe Bachelet, asegurando que es carente de antecedentes en los que ellos estiman es el principal gatillante de la crisis venezolana, el bloqueo económico, y no reconocen la denuncia de la exmandataria sobre las violaciones, torturas y situación de presos políticos, y otras conductas reñidas con el respeto a los Derechos Humanos.
Lo más virulento desde el PC contra la expresidenta provino del presidenciable, Daniel Jadue, quien la acusó de apoyar el golpe, la intervención y la invalidación preventiva de las elecciones en ese país.
Aunque luego se disculpó con Bachelet, sus expresiones dan cuenta de una definitiva desarticulación del otrora bloque Nueva Mayoría, pese a todos los llamados de algunos de sus líderes para actuar en conjunto frente a los proyectos que es necesario avanzar en el país.
Pero la situación venezolana ha contribuido a exteriorizar un quiebre entre los líderes comunistas de vanguardia y la antiguas generaciones, algo inédito en esa colectividad, cuyos trapitos al sol quedan en la intimidad del debate. Las divergentes opiniones sobre el conflicto del país petrolero revela por primera vez un PC dividido.
Bachelet sigue sonando como presidencialista para un tercer Gobierno, pero eso está en el pensamiento y la probabilidad de una coalición que hoy carece de liderazgo y de una figura sólida que cumpla ese rol.
Además que tras la experiencia de su último Gobierno, es altamente improbable que la exgobernante tenga entre sus planes retornar a La Moneda. Desde su actual cargo se ganó la enemistad de Maduro, quien la desgnó como “enemiga” de Venezuela, entre otras tantas descalificaciones que ha seguido emitiendo en estas semanas.
Pese a la incondicional lealtad de la izquierda chilena con el régimen de Maduro, su aislamiento del mundo democrático va avanzando. Hoy lunes el ex Presidente de Uruguay, Pepe Mujica, otrora defensor madurista, y el candidato del Frente Amplio de ese país reconocieron que el gobierno de Caracas es una dictadura.
Quienes aun le defienden no ven la enorme emigración de venezolanos cuya proyección hacia fines de año será de 5 millones de personas, un dilema para los restantes países del continente hacia donde se dirige preferentemente este éxodo como la evidencia más incuestionable que tan masivo flujo de nacionales en busca de un nuevo destino constituye un indicador de la grave crisis que vive Venezuela.
Les invito a leer la columna que preparé para el Semanario “Tiempo” recién emitido el Informe de la Oficina que dirige Bachelet, donde no visualizamos una salida al conflicto.
¿Y ahora qué?, tras el Informe Bachelet
Semanario “Tiempo” 12/06/19
Con muchas expectativas fue esperado el informe que finalmente emitió la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ex Presidenta Michelle Bachelet, sobre la situación cívico-política que acontece en Venezuela.
El interés con respecto al documento se centraba en los matices de su contenido y qué duda cabía que en Chile generaría toda suerte de interpretaciones según el prisma ideológico que lo revisara.
Concluida esa incertidumbre sobre la visión de una autoridad que vivió su propia experiencia en materia de Derechos Humanos y que para Chile además adicionaba su calidad de dos veces al mando del país, no queda sino ahora el vacío de una suerte de estatus quo en una nación en que todos concordarán que atraviesa una gravísima crisis.
De otra forma no se explica el enorme éxodo de su población dispuesta a dejar atrás su patria, su historia, su familia y todo lo que ha construido y que le es familiar y afectivo.
Eso lo vivió Bachelet y miles de chilenos, muchos de los cuales no lograron retornar al cabo de tantos años, porque significaba quebrantar una familia cimentada en el exterior, entre otras razones para no regresar a ese valor indeleble e incorpóreo llamado la madre patria.
El Informe Bachelet no es sino la situación actual conculcada en Venezuela en materia de libertades, participación y derechos cívicos, algunos tan básicos como el derecho a la alimentación y la presencia de medidas coercitivas y vulneraciones.
Su crisis nos impacta, primero en lo humanitario, y también en la intensa migración, siendo Chile el segundo destino para familias que vienen a sumarse a nuestra fuerza laboral.
Sólo en materia de visas otorgadas, es decir venezolanos con trámites regulados, suman 145.449 en 2018, versus los 46.529 permisos a peruanos, que era nuestra principal población extranjera.
En los últimos 14 años, Chile además ha experimentado una explosión de corriente migratoria elevándose más de 10 veces en el periodo el número sólo de extranjeros regulados.
El Informe Bachelet afirma que ya hay 4 millones de personas fuera del país y plantea su preocupación por la población indígena así como el sufrimiento que experimentan los migrantes entre los cuales cita, carencia de condiciones de migrantes regulares, vidas indignas, explotación laboral, discriminación y xenofobia. El acápite 71 del documento describe de manera dramática las condiciones del éxodo de la población.
Por eso aludimos al vacío post informe porque este no representa ninguna capacidad de resolución, ni hay tampoco atribuciones de la propia ONU para resolver la situación venezolana.
Hay en el texto 10 recomendaciones y otras 13 invitaciones a modificar la conducta del Gobierno que lamentablemente caerían en un vacío, en un saco roto como es la expresión chilena.
Tras el rechazo del informe por parte del régimen de Maduro, hay que preguntarse ¿Y ahora qué?
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