La Clase Media: ¿Quién se atreve a Definirla?

¿Y Por Qué Interesa tanto a los Políticos?

genteLes invitamos  a revisar nuestra columna  titulada “La Sufrida Clase Media” publicada hoy en el Semanario “Tiempo” de La Serena. La clase media hoy está de niña bonita de los políticos que ponen el ojo donde visualizan opción electoral. Pero lo que al ciudadano interesa es cuánto le reporta pertenecer a la clase media. Eso depende del nivel en que se encuentre en la heterogénea franja de clase media que va desde aquéllos que  salieron de la pobreza, una posición extremadamente frágil,  a aquellos que están emergiendo gracias a su especialización y actividades y  llega hasta quienes viven una situación bastante acomodada, los menos. Tiene un perfil muy distinto a lo que antaño se entendía por clase media y diametralmente diferente a lo que piensan políticos y empresarios, es la clase media. Hay clase  media que va de a pie, otra que logra acceder a un vehículo y también a quienes no sólo biciclitean  rumbo al trabajo, también “bicicletean” para llegar a fin de mes. En definitiva un múltiple prisma de lo que es ser clase media. La columna es, por requerimiento de extensión, de un tamaño menor a lo que ofrece este tema, y en definitiva es una invitación a revisar e investigar más  allá sobre sus múltiples aristas.

La Sufrida Clase Media

Semanario “Tiempo” – 17/05/2019

 

Bastó que Andrónico Luksic demostrara con su frase un nulo conocimiento de lo que es ser clase media en Chile, a la que definió como “viajera, con segundo auto y casa en la playa”  (¿?) para que se generara el debate sobre este complejo segmento ciudadano.

Fue  lapidado por redes sociales, pero ¿quién podría acertar a definir  con precisión a esta fracción calificada de “sufrida” y “olvidada”? Eso no obvia que el empresario  se situara como el paradigma de la lejanía entre nuestras clases sociales.

Ésta era una discusión latente. La clase media es  el blanco al que pretende apuntar el actual Gobierno, en tanto la DC está haciendo esfuerzos para retornar al corazón de este heterogéneo, volátil e indefinido grupo.

La primera y más obvia razón de esa inclinación es que aquí se sitúa el mayor número de votantes, según el cálculo del Instituto de Libertad y Desarrollo que estimó el crecimiento de la clase media en 40 puntos porcentuales, transitando de 23,7% a 64,3% en representatividad demográfica. El organismo siguió el criterio Ocde para situar en esta clase social a quienes sostienen un poder compra/día  entre US $ 10 y 50 dólares.

Convendrá el LyD que en ese poder adquisitivo hay una activa participación de endeudamiento vía tarjetas de crédito, líneas crediticias y tentaciones varias para mantenerse en la digna clase media.

Esa es la diferencia con la clase media de antaño que dicho, en términos simples, vivía más “de verdad”. No estaba endeudada, disponía de ocupaciones estables y un comportamiento más republicano.

Con todo, no tiene nada que ver con el imaginario de Luksic, y va desde quienes viven con el abdomen apretado y una cartelera de tarjetas que les permiten “bicicletear” hasta aquellos cercanos al retrato del empresario.

Hay una interesante investigación (2013) de 15 académicos de la Universidad de Chile titulada “La Frágil Clase Media”, título que dice mucho.

Copiaré apenas un par de líneas de  la descripción que hacen “… a menudo actúa pragmáticamente según las circunstancias y busca en la educación el consumo conspicuo y la redes de pares los recursos necesarios para mantener su estatus”.

La publicación, resultado de unas jornadas, tiene juicios que retrata algunos sectores. Cita a la investigadora Emanuelle Barozet quien se refirió a una clase media “chatarra”, ajena a la cultura libresca, asidua a los mall y a sus compras inútiles y habitantes de edificios gigantescos”. Un segundo profesor señaló que “busca diferenciarse de lo popular y tiene una diferencia problemática con la herencia indígena”. El texto es más que estos párrafos, lo recomendamos.

Pero no podemos olvidar una gran mayoría de clase media fruto de la constancia, la responsabilidad y el esfuerzo, hoy tan vilipendiado como el mérito, todas cualidades que nos llevan a la raíz de esta sufrida clase social.

Y que para los políticos representa una incógnita en sus cálculos electorales.

 

 

 

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

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