Los Polémicos cambios y el zarpazo a los niños en el tradicional juego de Semana Santa
De una simple travesura de niños, la tradicional Quema del Judas, cuya ciudad pionera en Chile fue el Puerto de Valparaíso, está derivando hacia los nuevos tiempos y con ello se está apartando del relato original vinculado a la traición del cuestionado discípulo de Jesús que por 30 denarios, tetradracmas o estateros, no está clara la moneda de pago, vendió a su maestro dando lugar a su crucificación.
La Quema de Judas es una costumbre ampliamente extendida en ciudades españolas. En Chile, se estableció en el siglo XIX en Valparaíso (1846 más menos) y un siglo después (1946) llegó a Iquique.
Pero 5 años antes, en 1941, se sumó el Cerro Castillo de Viña del Mar, donde los vecinos del Palacio Presidencial, establecieron un tribunal, que juzgaba a Judas, teniendo en cuenta los acontecimientos negativos del año anterior y luego se procedía al dictamen y la quema del muñeco.
En las tres ciudades costeras han causado polémicas las últimas quemas porque del tradicional muñeco intentando vincularlo con la figura bíblica, se han derivado a Judas con rostros emulando políticos y empresarios contemporáneos.
El puntapié inicial para este cambio lo dio hace unos 8 años el Centro Cultural de Playa Ancha (Valparaíso) donde primero se recurrió a la figura del Intendente de la época. Dos jefes regionales han pasado por la simbólica quema de un muñeco.
Se han sumado uno que representaba a Andrónico Luksic, Donald Trump, Sebastián Dávalos y el pasado año a José Antonio Kast.
En Iquique y en Viña del Mar se repitió la figura de Trump.
Sea cual fuere la figura que represente, no compartimos esta “actualización” del tradicional juego y daremos nuestros argumentos.
Se está restando un juego tradicional propio de niños, y cuya enseñanza era poner en relevancia la traición como un anti valor. Eso estaba por sobre la quema que en sí es cuestionable, pero como la figura ardiendo tenía unos complementarios a los que ya nos referiremos, no alcanzaba para la dimensión del entendimiento infantil la destrucción de un muñeco.
Contemporizar con una persona que trasciende hacia la notoriedad no cabe sino en un discurso de odio que sutilmente se ha ido instalando en nuestra sociedad y que no es para nada positivo incorporarlo al tradicional juego infantil. Claramente por decisiones de adultos.
Me quedo con la quema del Judas tradicional, que era organizado y protagonizado por los niños y que hoy muchos de los que se realizan en los cerros de Valparaíso están ahora en manos de mayores.
El muñeco que representaba a Judas era confeccionado por los niños del barrio quienes iban por las casas recolectando ropa dada de baja y las monedas que se colocaban en una bolsa a la cintura. La figura era paseada en un burro o en una tradicional ”chancha”, el humilde carretón antesala de los actuales skates. Las chanchas eran el tradicional juego o “medio de transporte” que se desplazaba por las empinadas calles porteñas.
La figura era quemada al caer la noche del sábado, tras ser balanceada como acróbata para “encender” el ánimo de los espectadores. Como llevaba en su interior cargas de cochayuyo del más seco, en medio de las llamas, explotaba en un peligroso juego de restos que caían en medio de niños que se afanaban en conseguir las monedas que caían al suelo.
Cuento todo esto en pasado porque vi algunos videos de estas contemporizaciones mediante complementos de orquestas, tambores y bingos que se apartan del tradicional juego infantil y que claramente responden más a un jolgorio de adultos que de niños.
Recuerdos de una Semana Santa que hoy se mezcla con nuestra cotidianeidad e intolerancia actual. Las nuevas generaciones se sorprenderán al saber que en esta conmemoración religiosa, las iglesias tapaban a sus santos con un paño negro en señal de duelo, los cines concentraban sus carteleras solo en películas bíblicas y la radio difundía música sacra.
Hoy sólo se habla de las vicisitudes del fin de semana largo, de la oportunidad del descanso y de viajar.
Todos signos de una Iglesia que ya no es la institución que determina la conducta ciudadana, cada vez más alejada de una organización que lo ha defraudado.
Ya hablaremos de eso en una siguiente crónica publicada hoy en el Semanario “Tiempo”. De momento, apostemos cuál será la figura que reemplazará al tradicional Judas Iscariote de adultos que lo han chilenizado. Yo haré mis especulaciones internas con figuras de diestra o siniestra que reúnen méritos para ser desbancadas de sus cargos pero nunca para sumarme a un discurso de odio que como sociedad civilizada que pretendemos ser no nos retrata positivamente. Simplemente para hacer un examen interno de autoridades que si bien no merecen en ningún caso ser quemadas, debieran hacer su propia hoguera destruyendo sus malas acciones.
Comments
No comment