A 20 años de la Asunción al Poder de Hugo Chávez  ya no queda nada para celebrar

Horas cruciales vive  Venezuela a 20 años de la asunción en el poder de Hugo Chávez, quien el 02 de febrero de 1999  logró llegar al Palacio de Miraflores ungido como Presidente, tras una serie de escaramuzas que lideró desde 1982.

Pudo haber cumplido 4 periodos presidenciales,  pero a inicio de su cuarto mandato en 2013 falleció vencido por un agresivo cáncer, dejando en el poder a su Vicepresidente, Nicolás Maduro.

Con menor experiencia y agudeza política que su antecesor, Maduro parece enfrentar el término de un conflictivo quinquenio a cargo del Gobierno, tras una severa debacle en el otrora próspero país y acusaciones de incurrir en prácticas antidemocráticas para continuar en la Presidencia.

A 2 décadas del proclamado sueño bolivariano decretado por Chávez para instalar el proceso que él denominó “Socialismo del Siglo XXI”, Venezuela vive su peor clima político con un Presidente encargado, Juan Guaidó, y Maduro resistiéndose en el Poder, aun con las Fuerzas Armadas conteniéndole.

Después de 20 años  de la promesa de Chávez  para conducir en el continente la unión bolivariana, por la catastrófica situación que se observa, no hay nada ya para celebrar y en cambio hay magnas manifestaciones de la Oposición, clamando para que Maduro abandone Miraflores.

En Chile, miles de  venezolanos autoexiliados han participado de las movilizaciones representando a los casi 3 millones de ciudadanos  distribuidos  en el continente, huyendo de la crisis que vive el país.

Agendalternativa elaboró un artículo para el Semanario “Tiempo”, publicado el viernes recién pasado sobre  esta etapa trascendental que vive Venezuela, y la preocupación mundial que esta crisis sea superada sin el registro de más víctimas y la amenaza de una guerra civil.

Les invitamos a revisar este artículo con el que nos sumamos a la inquietud internacional por la situación de Venezuela.

Una Riesgosa Paridad Presidencial

Semanario “Tiempo”  01/02/2019

Maduro ha expulsado al Periodismo Internacional para evitar el testimonio en la escalada del desastre social, económico y político que vive el país.

La decisión se vincula a los 2 acontecimientos clave en lo que – ahora sí- pondría término al catastrófico quinquenio de Maduro.

El primero ha sido que gran parte de la comunidad internacional ha calificado como ilegítima su segunda asunción al poder.

El segundo suceso ha sido la proclamación de Presidente encargado a Juan Guaidó, como líder de la Asamblea Nacional.

No hay precedente en la coexistencia de 2 Presidencias paralelas, sólo una escaramuza del actual Presidente de México Andrés López Obrador, quien mantiene una posición neutral en el caso de Venezuela, y que en 2006 intentó “asumir” la Presidencia de su país en protesta por lo que estimaba era un fraude electoral.

Difíciles sí son los periodos que median entre la elección de un nuevo mandatario y el término de la Administración que le antecede. En Chile, obviamente el más conflictivo fue la compleja transición de la dictadura con Pinochet y militares aun no bajándose del poder y el primer Gobierno democrático de Patricio Aylwin.

El actual Presidente argentino Mauricio Macri vivió una pesadilla con una Cristina Fernández que optó por no entregarle el mando e incurrió en argucias politiqueras cuya intensidad sólo han sido aquietadas por su situación judicial.

Pero lo de Venezuela es muy diferente. En estos 5 años de la Administración de Maduro,  ha devenido de un país próspero, refugio de muchos exiliados chilenos, a un pueblo carente de alimentos, medicinas, y enfrentando alta delincuencia, corrupción, caos económico, represión en libertades básicas y de expresión.

Suma medios de comunicación fuera de circulación, e institucionalidad reemplazada por Maduro con otra afín al gobernador. Y perturbadores circuitos del Gobernador recorriendo Caracas blindado por los Altos Mandos de las Fuerzas Armadas, escenas que sólo dan cuenta de una ciudadanía reprimida e intimidada.

Guaidó representa a la Oposición que está buscando distintos cauces para evitar la amenaza de una guerra civil. Ha sido reconocido internacionalmente y ha procedido a hacer designaciones.

Pero no culpemos sólo a Maduro ni a Chávez del drama venezolano porque Venezuela es el más prístino ejemplo en la perpetuación de bolsones de pobreza aparejados con una desigualdad que hace surgir figuras populistas y promesas que concluirán en calamidades.

Las horas difíciles de esta nación petrolera son tal vez las más  críticas tras casi 2 décadas y resulta incomprensible que el portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas proclame  la cifra de 40 muertos y 850 heridos en los últimos enfrentamientos y a la vez estime que aún no hay condiciones para una intervención.

¿Nada de esta tragedia es aun suficiente para la ONU que entre sus objetivos tiene la defensa de los Derechos Humanos?