La V Región- específicamente la zona de Quintero y Puchuncaví- una vez más salta a titulares de medios y una vez más es por los negativos episodios asociados a la salud de sus pobladores como consecuencia de la emanación de gases tóxicos desde su nocivo cordón industrial.

Y como no ha de ser así, si es  una zona cercada por 15 centros industriales, que hoy intentan eximirse de toda responsabilidad en  las más de 300 personas que han debido ser atendidas por complicaciones respiratorias.

Las responsabilidades- de acuerdo a fuentes  oficiales- apuntan a la petrolera Enap. En los 2 episodios ocurridos en 2011 y 2012 en la localidad de La Greda, fue la División Ventanas de Codelco la que admitió culpas. La Escuela de La Greda  debió ser trasladada a distancia de Codelco y de la termoeléctrica AES Gener- porque  los niños se desmayaban a consecuencia de la  contaminación.

En 2013 nos inspiramos en estos escolares- cuyos derechos a vivir en un entorno limpio estaban conculcados- para redactar un artículo con el símil ocurrido a propósito de la sequía que por una década vivió la IV Región analogando con la comuna de Punitaqui, donde simplemente se careció de agua para atender las más cotidianas acciones  en que se requería el vital elemento.

Nuestro enfoque central era el drama de vivir en Región y a 5 años de ese artículo comprobamos que nada ha cambiado en la zona de Quintero y Puchuncaví, una de cuyas localidades es La Greda.

Porque nada ha mutado para muchas regiones en materias asociadas a  entornos tóxicos, conectividad, salud, pobreza y un conjunto de carencias que menguan su calidad de vida.

Enap se resiste hoy a admitir su participación en esta intoxicación masiva. En los episodios de La Greda se  estableció la responsabilidad de la División de Codelco y un fallo de tribunales le condenó a cancelar $ 164 millones en beneficio de esa localidad, cuya nueva escuela ha definido su sello en el sector medioambientalista. Nos parece muy bien que  a partir de su drama, la Escuela de la Greda vea una oportunidad para participar en el proceso de reversión de un problema, cuya solución hoy debe ser un compromiso de autoridades de distintos niveles sectoriales, así como de las empresas concurrentes en la emanación de gases tóxicos.

Hace 5 años el artículo en que comparábamos la Greda y Punitaqui unidas por dramas de necesidades básicas y de calidad de vida lo titulamos “El Drama de Ser Región”. Seguramente podríamos usar este título en una versión 2, 3 y 4, las carencias regionales son múltiples. Porque enfaticemos que lo ocurrido en la Greda fue en los años 2011 y 2012- hace 7 años- pero esa distancia es aún mayor. Los antecedentes indican que hay presencia de contaminación desde hace 50 años.

Las regiones siguen insertas y continuarán estando en un carrusel de necesidades que  son apremiantes, pero indiferentes a la acomodaticia y conveniente cultura del  mundo político.

El Drama de Ser Región

Publicado en Noviembre de 2013

La Greda, una humilde localidad situada en Puchuncaví, (V Región) es vecina a Fundición Ventanas de Codelco, cuyo funcionamiento arruinó la agricultura local y ahoga a sus pobladores con polución. Eso hace  una empresa Pública.

La autoridad corrió varios kilómetros la escuela porque los niños enferman de contaminación. Los pobladores aseguran que el nuevo establecimiento no está a resguardo de la suciedad que ningún chileno se merece. Muchas veces crucé ese sector y era un paraje desolador, parecía arrancado de un filme sobre el fin del mundo. No exagero. Todas  las mejoras en esa Industria de la Contaminación no han ayudado mucho al punto que los pobladores se desmayan. Y porque a La Greda le añadieron una Termoeléctrica. ¿No será mucho?

Pero la tragedia de los niños de la Greda no es su vecindad con una Fundición y una Termoeléctrica. Su mayor drama es situarse en una  de las 14 regiones cuyos problemas no generan mayor impacto.

En la IV Región se cumplió ya el octavo año de sequía, pero vibramos con otros acontecimientos: la “Roja” o debates presidenciales que mucho no aportaron, han sido temas de mayor interés. Punitaqui está dramáticamente unida con La Greda. En esta última se ahogan con la polución; en Punitaqui literalmente se mueren de  sed. Es una de las tantas localidades interiores de Coquimbo asoladas por la sequía. ¿Y a quién preocupa definir y emprender una solución más radical? Los bonos sequía distribuidos son meros paliativos.

Punitaqui vive la guerra del agua, abastecida a punta de camiones aljibes, con escuelas sin el recurso vital y con un complejo de embalses que ya llegó a su cota mínima.

Punitaqui es una de las zonas empobrecidas de la IV Región, pero esta sequía que no amaina, la ha llevado a una mayor precariedad. Ya no vale mirar al cielo e implorar por pluviosidad. ¿Buscar en napas subterráneas? Los especialistas deben hacer su trabajo.

La IV Región es promovida como la de cielos más limpios. Bien por la Astronomía y el Turismo. Pero en rigor, tendríamos que decir que  es también una de las regiones con suelos deplorables, producto de la sequía, la erosión, la desertificación. Y también con sus ya escasos cursos de agua muy contaminados por la actividad minera.

Por paradoja, en ese deteriorado suelo está oculta la “solucionática” a tan dramática “problemática”. Invento una rima,     mientras en La Greda se ahogan y en Punitaqui tienen Sed.

¿Qué será peor? ¿Mi ridícula rima o el drama de ser pobres comunas regionales? Claramente lo último, a pesar de lo grotesco de mi rima.