Números sólo números primarán en la jornada electoral de este domingo.
Pesará más que en elecciones anteriores el número de votos que cada candidato capture. Porque el mapa de postulantes enfrenta a Derecha con centro-izquierda e izquierda radical. El gran vacío está en el Centro, una curiosidad porque estimamos que si algún candidato la representara, hubiese movilizado más votantes que el que se espera, proyectado en un 43% del universo total. De esa magnitud es el divorcio entre políticos y ciudadanía.
La suma que concentre Piñera dará la señal de sus posibilidades para vencer en el balotaje.
El segundo que le enfrentará- que según los sondeos es Guillier- deberá marcar tal número de preferencias que no lo distancie del abanderado de Chile Vamos.
En eso ha sustentado el ex rostro de televisión la agresiva campaña que protagonizó en estas últimas semanas, cuando se convirtió en francotirador contra Piñera, de quien no puede distanciarse en número de votos.
Y conjuntamente, pensando en el balotaje, explica que el mismo Guillier en estas mismas últimas semanas haya tratado con guante de seda a los restantes candidatos de la centro-izquierda, a quienes tendrá que recurrir para el repechaje, cuando deberán sumarse esas tendencias y cumplir su mantra del “Todos contra Piñera”.
Por eso, el equipo de cómputos de Guillier no sólo estará ocupado de las cifras que obtenga el abanderado: también deberá preocuparse por cuanto suma Goic, MEO y Sánchez, porque la sumatoria, sería el capital para el 17 de diciembre.
Y también hará la suma de Piñera más Kast, que es el activo de la Derecha para la segunda vuelta, de la cual sólo se descolgarían los ultra ultra derechistas, un guarismo muy menor.
La ficción de un triunfo en primera fase es una quimera por la cual nadie apuesta- sólo algunos fanáticos- y significaría el derrumbe de las empresas de sondeo, al igual como cayó el “histórico” Censo de Piñera.
A diferencia de la Derecha, la centro-izquierda deberá esforzarse para que todos se sumen a la causa, reparar las heridas dejadas por los mordiscos y los tarascones de esta campaña y ponerse a la foto con cara de Unidad.
Porque a partir de la danza de cifras que comenzará a configurarse a partir de las 18:00 horas en adelante, cambiarán los discursos, las miradas, los abrazos y los desprecios.
Tampoco quedará a la retaguardia para contabilizar en la jornada del domingo, el número de parlamentarios elegidos por las colectividades y alianzas, porque ellos también formarán parte del atractivo, con que a partir del día 20 se negociará la asociación para el balotaje.
Otra complejidad será unir el aceite con el vinagre, o la Democracia Cristiana con el PC, que tan mal se han llevado en el actual Gobierno, y lo mismo con el Frente Amplio, conglomerado difícil de adherir a este Pacto.
Pero la política está plena de volteretas, este sector no requiere ni siquiera de un trampolín, para su vuelta de carnero, si la carnada es el Poder.
Ya veremos cómo cambian la retórica porque la coherencia y el apego a las doctrinas propias son virtudes del pasado.
El lunes 21 se borrará el pizarrón para escribir la segunda etapa del cambio del Ejecutivo y la campaña que ayer culminó dejará una estela de mayor intensidad en la violencia verbal que vino de los propios candidatos, al entrar en vigencia la nueva ley que restringió los excesos en propaganda y limitó el presupuesto.
De tal agresividad comentamos en la columna publicada hoy viernes por el Semanario “Tiempo” y que les invito a revisarla:
Amarga Cosecha
Semanario “Tiempo” – 17/11/2017
El atentado sufrido por el senador y candidato Fulvio Rossi en Iquique debiera ser un hecho suficiente para llamar a la reflexión a la clase política sobre la amarga cosecha que está significando el enfrentamiento, la descalificación y la consecuente polarización que ellos se han encargado de instalar.
El propio Fulvio Rossi hizo de la odiosidad contra las migraciones un pilar de su campaña, uno de los flancos que habría que investigar en ese atentado.
Liderados por el diputado Hugo Gutiérrez que pidió que el hecho se investigue como autoatentado, muchos activistas de redes sociales tampoco le creyeron a Rossi reforzando el enrarecido clima existente en torno al senador.
La interpretación que se le otorgue al hecho es mala.
La violencia ha caracterizado a esta campaña que según todas las proyecciones no culmina este domingo. Continuará con mayor intensidad las siguientes 4 semanas donde los 8 candidatos de esta primera fase se reducirán a 2.
Eso en lo formal porque algunas de las fracciones que no pasen al balotaje se parapetarán en el triunfador de la centro-izquierda para cumplir lo prometido: “Todos contra Piñera”.
La simple frase es una señal que el nivel de agresiones no mermará y los políticos continúen sin tomar conciencia que estando situado en la mayor vitrina de exposición en cuanto a comportamiento, resulta irresponsable el espectáculo que han ofrecido al electorado durante este primer tiempo.
Tampoco perciben que para la sociedad tales conductas constituyen un modelo a seguir.
Si nos guiamos por los calificativos atribuidos a los abanderados y que han sido emitidos por los propios contrincantes este domingo hay entre los 8 candidatos a Presidente de la República un estafador (Piñera); un estúpido y fascista (Kast); un “castigo” (Guillier); una líder odiosa (Goic).
El candidato Marco Enríquez convirtió las descalificaciones en una estrategia de su campaña; Eduardo Artes se negaba a saludar a los abanderados de derecha y Navarro lanzó monedas a uno de ellos.
Todos los candidatos llamaron, tras el atentado a Rossi, a “frenar” la violencia, haciendo abstracción de sus reprochables conductas, como si ellos no hubiesen incurrido en un discurso agresivo y descalificador.
Así, la clase política suma descrédito por su discurso jacobino y por la facilidad con que se desprende de su propia irresponsabilidad en materia de violencia.
Otra fase nos espera a partir del día 20 cuando la rearticulación de la centro izquierda en preparación al balotaje no estará exenta de un entorno enrevesado para imponer condiciones en la lucha por el Poder.
Para este domingo la abstracción está cifrada en un 43% y una de las múltiples razones para esta ausencia en las urnas es que una vez más los políticos han desincentivado al elector por sus conductas.
Hacer es comunicar y de nada valen elocuentes retóricas ni cantos de sirenas.
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