El Dinero Propio, el Irreal y el de todos los Chilenos
Chile, País del Consumo, podría titularse un artículo sustentado en un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) que sitúa a nuestro país a la cabeza de los hogares más endeudados a nivel continental.
Lo cierto es que el resumen del Diario “El Mercurio” está bastante descontextualizado y se limita a señalar algunas de las razones de ese endeudamiento, por cierto, muy desde el prisma empresarial.
En esa línea señala que una de las explicaciones sobre el compromiso de pagos de los chilenos hay que situarlo en el gran desarrollo del área financiera del país, en rigor, de la industria bancaria. Esto último mirado desde el aspecto “bondadoso”, porque si calamos más profundo, el bombardeo para endeudarse es feroz. Incluye a los jóvenes apenas ingresan a la universidad, como si en ese rango tuviesen ingresos propios.
Observe cuando se abren las billeteras para cancelar el supermercado, el arcoíris de tarjetas es impresionante, y para ello no se necesita ser un potentado. Quienes, por lógica, caen en la tentación del paraíso que ofrece el instrumento más facilitador de deuda- las tarjetas de crédito- son aquellos que deben montar en bicicleta para llegar a fin de mes.
Por lo tanto, para analizar el liderazgo que ejercemos como nación endeudada habría que conocer también la calidad de la deuda, en qué nos endeudamos; con compras a largo plazo como puede ser la vivienda propia, que en rigor es una inversión o simplemente nos tentamos con adquirir una pantalla XL para ver a “La Roja” que no brillará en Rusia, o una 4×4. Estos bienes podrían ser imprescindibles o simplemente aterrizar: aún tengo un aparato TV tradicional aunque me tilden de cavernaria y viajo muy cómoda en un vehículo nada de pretencioso. El drama es mirar para el lado y-absurdamente- envidiar los bienes materiales del vecino ostentoso.
La calidad de la deuda es importante.
También otro elemento interesante es la morosidad que estamos registrando los chilenos. Esa información no la contiene el artículo y es un indicador para precisar nuestro nivel de disciplina en cuanto a administración de gastos viables de acuerdo a nuestro bolsillo.
Y también lo que mencionábamos, la necesidad de endeudarse para subsistir, en hogares cuyos ingresos son precarios, con empleos también precarios o con muchos chilenos incorporándose a emprendimientos dado el bajo nivel salarial del país. En estos momentos escucho un programa radial con un abogado- Ricardo Ibáñez- que se ha situado en una exitosa plataforma para atender a deudores complicados. Claro, apunta a un nicho que prolifera.
Y en estos precisos instantes se refiere al tema, aclarando el vacío que había señalado: son 6 millones los endeudados- dice- y sólo 1 millón de ellos incurre en crédito hipotecario.
Agrega que el resto- 5 millones- se endeuda en créditos de consumo.
Cruza otro dato: los trabajadores del país son 7 millones 500 mil aproximadamente, como un dato referencial para señalar que medio Chile vive de la deuda.
Como ejemplo, precisa que la adquisición de un auto de $ 10 millones, puede pagar hasta un 82% en interés, si se adquiere a crédito: pavoroso.
Ibáñez llega también al punto que ya había indicado antes de escucharlo: la realidad socioeconómica de los trabajadores con sueldos precarios que les obliga a endeudarse.
Colateralmente aborda lo lógico: quienes ganan con este nivel de endeudamiento de consumidores son los superpoderosos, cuya concentración permite que sean más ricos por las ingentes sumas que retornan los intereses.
El abogado se refiere también a las tentaciones, algunas absurdas, como los “Día de…”: ya llega la Navidad y Año Nuevo y salimos recién de Halloween. Para los primeros meses del año próximo nos tientan con las vacaciones y el Día del Amor. Ese tema lo hemos abordado en nuestros primeros artículos desde 2013 y ninguno de ellos ha perdido vigencia.
Recuerdo haber ingresado a un supermercado el mismo Día de Halloween y ya estaba pletórico de artículos navideños.
El informe del FMI señala que el nivel de deuda de hogares chilenos asciende a 42% del PIB, el mayor de América Latina, seguido por Panamá (38%) y Costa Rica (35%).
Curiosamente, Argentina un país que ha pasado por muchas vicisitudes económicas en estas últimas décadas, muestra apenas un 4% de endeudamiento. Alguna explicación habrá para ello, pero también es un país con una capital donde hay que caminar para encontrar una farmacia. ¿No estarán cruzadas ambas circunstancias y que las deudas representan mucho dolor de cabeza y en Chile se levanta un dedal y se enfrenta a una farmacia pletórica de clientes: otro negocio de enormes ganancias.
Estos son los artículos que yo llamo “amor de pareja”: sé cómo los empiezo pero no tengo idea como terminan: de la deuda llegué a las farmacias bonaerenses.
Hay más disquisiciones relacionadas con el tema de los chilenos agrandados gracias a las deudas, entre los que se incluyen nuestro propio Gobierno y los candidatos presidenciales, cuya fiesta terminará este domingo para 6 de ellos. El dinero que gastan es el nuestro. Sobre ese foco, elaboré para el Semanario “Tiempo” un artículo titulado “Los Beverly Ricos”. Les invito a leerlo:
Los Beverly Ricos
Semanario “Tiempo” – 10/11/2017
Hace algunas décadas, cuando la televisión ofrecía programas creativos y de humor blanco uno de los favoritos era la serial “Los Beverly Ricos”, que retrataba a una familia campechana enriquecida tras el hallazgo de un pozo petrolero y sus aventuras por el rutilante barrio hollywoodense.
Parangonamos con Chile, pero el Chile real no está sentado en un pozo petrolero, porque un debilitado crecimiento aun se mantiene en 1,7% y la deuda fiscal está disparada en más del 25% del Producto se elevaría al 30% en 2020, según proyección del FMI.
En las decisiones de quienes deciden nuestras finanzas, danzan los gastos en millones de dólares- ya casi no estimamos en el humilde $. Al igual que las balas locas, los desfalcos, portonazos, la violencia y las descalificaciones, los millones ya sea en dólares o pesos se han integrado a nuestra cotidianeidad.
En materia de desfalcos, el Pacogate asciende a la fecha por sobre los $ 26 mil millones.
10.000 millones de dólares costará la visita del Papa de la pobreza.
Más modesto pero definitivamente un derroche, fue el viaje express de $ 35 millones de la Presidenta para ver perder a “la Roja” en Sao Paulo. Hubiese salido más barato una megapantalla en La Moneda.
US$ 64 millones- con US$ 18 millones para la postergada señal cultural- saldrían de los bolsillos chilenos para inyectar a TVN y seguir financiando sueldos millonarios de “rostros” y ejecutivos, todos con ingresos mensuales sobre $ 10 millones, que, además de una bofetada a los magros salarios medios chilenos, no los valen ya que el Canal está en quiebra.
En esta línea de vulgar ostentación, los candidatos presidenciales también iniciaron una batalla para liderar en los programas más abultados en millones de dólares.
No tiene otra explicación la astronómica cifra oficial que en un comienzo anunció Guillier, US$ 21.000 millones. Llamado a explicar de dónde sacará tanta plata, precisó que sólo US$ 10.000 millones eran programas fiscales, y el resto era “ropa prestada” de inversión privada.
Así dejó con la vara más alta a Piñera y sus US$ 14.000 millones, cifra sobre la cual debe dar explicaciones más amplias ya que promete rebaja tributaria y pone toda su fe en la mayor inversión y el crecimiento.
Ergo, una baja impositiva favorecerá a empresarios.
Le sigue de cerquita Beatriz Sánchez, quien apuesta a que algo del gasto programático de US$ 13.700 millones se los extraerá a los “superricos” como motejó al concentrado número de potentados chilenos que pagaría impuestos focalizados.
De la evasión tributaria, precio del cobre más alto, y reasignaciones saldrán los US$ 10.000 millones que promete Carolina Goic.
Kast amenaza con sacar a los operadores políticos del aparato estatal para su alcancía de US$ 9.700 millones, en tanto Artés y Navarro juegan al misterio: no se conoce su presupuesto.
Los Beverly Ricos, el alter ego de Chile.
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