Por un puñado de $ trabajan muchos chilenos
¿Qué futuro jubilazo le aguarda al universo del 71,4% de los hoy ocupados que perciben un salario de o inferior a $ 517.580 mensuales?
Ninguno muy cuantioso que le permita vivir con dignidad, que les compense por los 30, 40 o más años trabajados, que puedan disfrutar en sus últimos años de un descanso sin preocupaciones económicas.
Esa exigua cifra de $ 500.000 y algo es el sueldo promedio resultante en la Encuesta de Ingreso 2016 elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas y que considera a los 7 millones 800 mil ocupados en Chile.
Y si piensa que ese es el menor guarismo que aportó el sondeo, se equivoca, porque representa el sueldo promedio, que llevado a la mediana, esto es el cálculo por deciles o quintiles, es decir la estimación que recoge la dispersión entre muy pobres y muy ricos, esa cifra queda reducida a $ 350.000 como valor mediano salarial del país.
La importante reducción de sueldo promedio por sobre los $ 500.000 a los aún más exiguos $ 350.000 no hace sino reflejar la enorme desigualdad existente en el país, donde el 50% de los empleados perciben la suma mediana, que les condena a vivir con precariedad, endeudados y otras estrecheces.
La encuesta- como siempre- se hace cargo de otras inequidades, porque si retornamos a los sueldos promedio, en el desagregado de varones, éstos perciben $ 601.311 en tanto las mujeres reciben un sueldo de $ 410.486, suma que representa una brecha de género en desmedro de éstas de un -31,7%.
En el pináculo de sueldos más elevados se sitúa un muy discrecional 1,2% de ocupados con $ 3 millones y más en tanto un 9,7% de chilenos con ingresos mayores a 1 millón de pesos.
En los tramos menores se sitúa un 20,5% de ocupados ganando entre $200.00 y 300 mil pesos; un 17,3% entre 300 y 400 mil $ y de $0 a 100.000 hay 11,9% trabajadores.
Analizado el comportamiento por regiones, 10 de las 15 regiones no lograron superar el promedio nacional de 517 mil pesos.
Aún peor, 9 de las 15 regiones no lograron remontar la cifra mediana ($ 350.000).
Los mayores promedios se sitúan en Magallanes y Antofagasta, en tanto la Araucanía- además de su crisis de convivencia- refleja los menores promedios de salarios, aun cuando logró en 2016 las mayores alzas de ingreso, y eso da cuenta de la profundidad de su realidad económica.
La Región de Atacama ya en 2016 estaba recogiendo la crisis del cobre, porque registra las mayores bajas salariales.
En el universo total, el 68,7% de ocupados son asalariados, en tanto el 21,6% es trabajador por cuenta propia. Los primeros ganan dos veces más que los independientes, de manera que no es para celebrar que se eleve la cantidad de trabajadores autónomos.
Los empleadores a su vez obtienen sueldos 2,2 veces superiores a los asalariados y los profesionales universitarios superan 2,5 veces el ingreso de aquellos calificados con enseñanza secundaria.
La brecha entre los tramos es abismante porque los directivos y miembros del Poder Ejecutivo ganan 7,3 veces que un trabajador no calificado.
¿Qué conclusiones es posible obtener de este “bello” perfil salarial?
Lejanamente es el único, pero este es uno de los factores de bajas pensiones, entrecruzado con varios que está en manos de legisladores y el Gobierno hacer una cirugía inmediata, me refiero a las comisiones que obtienen las AFP que debieran disminuir.
¿Por qué no se aborda su estudio?
Otro elemento de bajos salarios es la cultura mezquina de la clase empresarial- incluidas la gobernante y legisladores- para generar escalas de sueldo más distributiva en el sector privado y el público, para propender a un país más igual- y finalmente un tercer factor debiera conducir a mejorar la calidad de la Educación, y a preocuparse por los niveles básicos, medios, técnicos y la capacitación de los menos calificados.
Todo lo anterior expresa mezquindad e indiferencia por no emprender acciones que forman parte de estrategias en políticas públicas.
Esta encuesta vino acompañada con otra noticia, el alza hasta el 8% de desempleo en el Gran Santiago, una de las mayores plazas de ocupación ahora que la minería está en crisis.
Esperemos que estas cifras estén en el velador de candidatos, empleadores y grandes empresarios y que les quite el sueño.
En ellos y quienes tienen en sus manos generar las escalas de sueldos debe generar la solidaridad porque intentar legislar en reformas previsionales para que la solidaridad emane de los propios trabajadores y no hacer la relación que la mayoría de los ocupados obtienen salarios de miseria es que están viviendo en una burbuja alejada del Chile real.
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