He ahí la Cuestión
El Dilema de Shakespeare en la Enseñanza de la Filosofía
La gran polvareda de críticas y oposición que ha levantado el ambiguo anuncio del Ministerio de Educación sobre cambios curriculares que se avecinan en el programa de Enseñanza Media que alterarían el protagonismo que tiene la asignatura de Filosofía, constituye una señal muy esperanzadora en cuanto a que son más de lo que se piensa quienes están por mantener la Calidad como uno de los ejes en la formación de las nuevas generaciones.
Las explicaciones entregadas de parte del Mineduc no satisfacen, caen en el eufemismo de justificar los cambios con ampliar esta asignatura hacia la enseñanza técnico profesional y también con refundirla con otras materias.
En el actual currículum ya es ambigua la enseñanza de la Filosofía, pues está fusionada con Psicología y entre ambas hay grandes diferencias hasta de perspectivas y profundidades por cuanto la Filosofía nos focaliza en la universalidad del pensamiento humano y la Psicología nos lleva hacia la parcialidad de la conducta humana y se asocia con la neuro-ciencia.
El Profesor Agustín Squella, uno de los especialistas más calificado en Filosofía del Derecho, en su columna para abordar el inquietante anuncio ministerial, plantea la justificable sospecha que hoy en nombre la Filosofía algunos colegios imparten cursillos de auto-ayuda y hasta del denominado coaching que le hacen exclamar el ¡Dios nos Libre!, en tanto otros planteles- dice él- podrían estar usando las horas dedicadas a la formación sobre el pensamiento reflexivo y la cosmovisión del ser humano, para leer a Harry Potter.
Recomendamos la columna de este catedrático, abogado, filósofo y periodista ( http://www.elmercurio.com/blogs/2016/09/23/45232/Que-filosofia.aspx ) porque va al meollo del asunto al cuestionar hoy qué se enseña por Filosofía en Enseñanza Media y cómo resolver en la selección de los contenidos curriculares la gran universalidad de materias que abarca su estudio.
Como sea, intentar desleír la Filosofía y hacerla invisible en los programas es no entender nada de las actuales carencias existente en la formación de los jóvenes, como lo es la necesidad de cultivarles una visión crítica y reflexiva. Es a la vez una gran descalificación de esta disciplina en la relevancia que adquiere como punto de partida para comprender el mundo y todas las restantes asignaturas que contribuirán a una formación integral del estudiante.
Todo eso planteamos en la columna que escribimos para el Semanario “Tiempo” en vísperas de Fiestas Patrias y que hoy les invitamos a leer y a sumarse a la oposición para que la Filosofía desparezca en su gran protagonismo curricular.
Un Salto al Vacío
Publicado en Semanario “Tiempo” el 16 de septiembre de 2016
¿Qué trascendencia tiene la Filosofía en los planes de estudio?
Pregunta pertinente a propósito de la manifiesta intención del Ministerio de Educación para exiliar a esta disciplina de la Enseñanza Media.
Las justificaciones para tamaño disparate son eufemísticas. El Mineduc se defiende señalando que serán más los alumnos incorporados al estudio de la Filosofía porque se integra como materia obligatoria en la enseñanza técnico-profesional.
Pero omite destacar que la Filosofía estará emulsionada, “licuada”, en una nueva asignatura que llevará toques de Ética y Educación Cívica, denominada Educación Ciudadana.
Eso huele a receta culinaria de algún programa misceláneo de televisión.
Argumenta carecer de espacio para la Filosofía como asignatura independiente y disciplina eje.
Restaríamos una base importante en la construcción del pensamiento, en definitiva, alienamos al ser autónomo.
Justamente lo que más requieren hoy los jóvenes es que se encanten en el pensar y en el reflexionar. Llevarles a adquirir una visión crítica, pero tolerante y participativa del mundo en que viven.
Todo eso se lo otorga la Filosofía en el sustento del conocimiento, en cuyo acopio, hoy gracias a la tecnología, los estudiantes debieran ser los propios investigadores como eje de su autoaprendizaje.
Y las aulas convertirlas en centros de debates. Hoy enfrentamos a una mayoría ciudadana carente de opinión trascendente porque no ha sido cultivada en el pensar, inferir y discurrir con visión crítica.
Por eso, es eufemística la explicación del Mineduc sobre falta de espacio para Filosofía.
El pensamiento, la reflexión, nuestra capacidad de aprehender el mundo, sus valores e imperfecciones nos distinguen de las restantes especies.
Esa gran diferencia ha estructurado las civilizaciones.
Y en eso la Filosofía ha contribuido de manera significativa.
Eliminarla es un salto al vacío, al dar la espalda al pensamiento construido a lo largo de la Historia.
Desestimarla nos lleva a un individuo enajenado, ya presente en jóvenes absortos en chateos y “comunicación” insustanciales.
Platón los vio confinados en una caverna.
Descartes dijo que pensar era existir.
La literatura advirtió de los males sociales que nos llevan a la alienación y al dominio de unos pocos.
Huxley lo anticipó en “Un Mundo Feliz”.
Kafka remitió al individuo al nivel de un insecto.
Lo más tenebroso, Hitler tomó esta ficción y la hizo realidad.
Orwell también retrató a la sociedad dominada y alienada en “1989”.
La imaginó antes que surgiera la tecnología que es una maravilla, correctamente usada, y una tirana si nos llega a dominar.
Como ya lo han hecho el Consumismo y el Materialismo.
Que no sea el Mineduc el que dé la próxima palada para enterrar al individuo pensante, su más indispensable soplo para estar vivo y distinguirse del resto de los animales.
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