Convulso debut tuvo el nuevo ministro del Interior, Mario Fernández, con una metrópolis colapsada, aunque ese no es su problema, pero sí lo son los violentistas, cuyo paso destructor pisoteó ayer uno de los valores apreciado por el flamante jefe de gabinete: una icónica figura del catolicismo destruida en plena Alameda.
Tal vez estará preguntándose en qué zapato chino se involucró.
Hasta ahí el comentario sobre el nuevo titular del Interior, que los acontecimientos aportarán posteriores análisis.
Cerremos el Capítulo Burgos.
¿Es posible enfermarse a consecuencia de un mal clima laboral?
Claro que sí: es causal de stress, depresión y agotamiento. Esta última es la explicación que citó el ya ex ministro Jorge Burgos para dejar la Moneda.
Y hay que creerle. Sólo calló el origen de su agotamiento.
El cansancio que acusó en sus siempre sinceras declaraciones derivó de tres vertientes: hostigamiento laboral, ninguneo y no encajar ni compartir algunos proyectos y decisiones presidenciales.
Su partida selló y puso punto final a los desencuentros que tuvo con la Presidenta- aun a pesar de las relaciones cordiales- y además con el ala más izquierdista de la Nueva Mayoría y con asesores cercanos a Bachelet.
Todo lo anterior da cuenta que en la Casa de Gobierno, el foco está en el juego de Poder más que en recuperar la economía y restablecer el orden público.
Las complejidades de Burgos para desarrollar su gestión en La Moneda derivaron de su militancia democratacristiana, la colectividad que más dificultades ha puesto desde el Oficialismo para avanzar en las Reformas porque ha planteado matices de moderación en los proyectos y ese mismo rol cumplió el ex ministro desde La Moneda.
Por lo mismo, muy poco se entiende que para la sucesión de Burgos, Bachelet haya designado un nuevo militante de la DC que representa un fragmento aún más conservador en propuestas valóricas.
A Mario Fernández, como tercer ministro del Interior en su Gobierno, le esperan desafíos complejos, entre ellos ordenar el trabajo interno como Jefe de gabinete y convencer a la mandataria que es necesario aplicar una estrategia efectiva en resolver los conflictos en la Araucanía, la Delincuencia y el Vandalismo. Tres nudos gordianos difíciles de desarticular.
Restablecer además lazos con el Parlamento, particularmente con la sintonía que requiere la Moneda con su conglomerado para avanzar en su programa.
De todas estas tareas depende que la mandataria recupere la confianza en la Opinión Pública y revierta las tasas de rechazo que registra en las encuestas.
Hoy se observa un status quo para continuar con el diseño programático anunciado al iniciarse el Gobierno.
Y adicionalmente, se percibe a la gobernante adoptando decisiones importantes en soledad, porque hay un gabinete disperso y un conglomerado desperdigado y que en estos meses se enfocará en las elecciones primarias y las municipales.
Tras esos resultados, comenzará a armarse el naipe de las futuras presidenciales.
Y eso es lamentable porque es Chile el que necesita ser recuperado, tras el retroceso económico y de la estabilidad seriamente amenazada por la segudilla de movilizaciones, desordenes y violencias que se manifiestan.
Recién iniciada la segunda etapa de la actual Administración se han dejado caer los síntomas del Pato Cojo y hasta algunos más radicales en el análisis han planteado el fin de la Nueva Mayoría, dado el piso de adhesión que arrojan las encuestas.
Tales apreciaciones han sido rápidamente desmentidas, pese al porfiado escenario que muestra claras señales de escasa cohesión.
Algunas de estas ideas planteé en el compacto espacio de la columna del Semanario “Tiempo” y que les invito a leer.
El Traje del Rey
Semanario “Tiempo” del 10/06/2016
Cuenta esta fábula que un rey muy vanidoso fue presa del engaño por un par de granujas quienes convencieron a toda una comarca ser capaces de confeccionar un traje para el soberano que sería invisible a los ojos de todos los inútiles para su cargo.
Mediante esta argucia pretendían apropiarse de costos y ganancias del vestuario, bajo la seguridad que, rey incluido, nadie se atrevería a manifestar que el traje no existía.
Así, el soberano circuló desnudo, sin que nadie se atreviera a advertirle, porque preferían proteger su cargo.
Una de las interpretaciones de este cuento se vincula a la soledad en puestos cupulares, que se manifiesta de forma particular en momentos de crisis.
Lo trasladamos a la complejidad que vive el Gobierno donde se observa hoy a la Presidenta prácticamente adoptando en soledad decisiones de importancia para la conducción del país.
La querella interpuesta por la mandataria contra Revista Qué Pasa y tres de sus periodistas es una decisión que da cuenta que la gobernanta la adoptó de forma muy personal, ya sea en soledad o sin escuchar las advertencias de su círculo más cercano.
En efecto, aunque este litigio impacta cuestiones de Estado, presenta señales inequívocas que fue una decisión adoptada en privado.
Probablemente esta querella debe ser una de las razones que precipitaron la renuncia del ministro Jorge Burgos, quien decidió poner término a una gestión que lo tuvo en permanente incomodidad.
La mandataria y el ex secretario de estado nunca evidenciaron amalgama perfecta y eso resultó muy explícito en el episodio en que la Presidenta decidió efectuar viaje sorpresivo a la conflictiva Región de la Araucanía sin comunicarlo a su ministro del Interior, aun cuando éste está a cargo de la seguridad pública.
La concurrencia del presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade, al Tribunal Constitucional para impugnar a título personal el control de identidad que fue impulsado desde La Moneda, marcó un nuevo hito en la crítica a la gestión presidencial proveniente de las propias filas que la llevó a La Presidencia.
El propio Partido Comunista ha mantenido su postura de tener un pie en la Moneda y otro en la calle, con parlamentarios que están con el Gobierno pero también con las protestas y justificando las movilizaciones que rechazan las Reformas.
Y el PC y la Democracia Cristiana han sido incapaces de superar sus diferencias al mantener una permanente dinámica de tensiones frente a las iniciativas que emanan desde la Casa de Gobierno.
Todo este escenario muestra señales de una mandataria actuando en solitario, particularmente en momentos que Chile atraviesa por una crisis económica que lo sitúan a nivel continental en una de las más bajas proyecciones en resultados de crecimiento en 2016.
Y en medio de este desbande, el “Chile, país de Todos”, aun no logra asomar.
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