Una Lección no Aprendida
La Implacable Presión del Sistema sobre el Individuo
El hombre abusado y burlado por el sistema ha sido fuente de inspiración para muchos guionistas y ha dado vida a atractivos thrillers que terminan normalmente con el protagonista sucumbiendo ante los poderes fácticos.
En algunos instantes de la trama- apenas un flash, un barrido- el personaje se convierte en el adalid que reivindica a la sociedad indefensa ante la injusticia y la arbitrariedad, la misma sociedad que no trepida luego en sacar provecho, ya sea a través del voyerismo, la indiferencia o la condena, para sumarse de forma coral a la inmolación del protagonista.
Esa es la trama argumental de comedias negras usadas generalmente por los cineastas para visibilizar la denuncia del individuo versus la sociedad y sus lacras.
La última propuesta cinematográfica que gira en torno a este eje temático comenzó a ser exhibida esta semana en los cines de cadena y es dirigida por la otrora precoz actriz Jodie Foster.
La Foster, tal vez siguiendo la marca de uno de sus primeros protagónicos adolescente- como prostituta infantil en “Taxi Driver”- se ha inclinado por dirigir producciones donde el argumento es la lucha por sobrevivir y no sucumbir en la agobiante mole urbana.
“El Maestro del Dinero” va por esa ruta y el drama del protagonista (interpretado por Jack O’Connell) se incuba en las irreflexivas e irresponsables sugerencias de un “gurú” cuya “fortaleza” profesional radica en ser “rostro” de un espacio financiero. También concurre en esta tragedia la ilimitada codicia del mundo de los negocios, cuya principal prioridad es el propio bolsillo de los agentes y las instituciones, aun a costa de expropiar los modestos ahorro de ingenuos y hasta modestos inversionistas.
Cualquier semejanza de este guion con los recientes casos de defraudación en pleno proceso en Chile que ya suman más de 6 financieras es…. absolutamente cierta. Aunque lamentablemente en Chile tendríamos que decir que la retahíla de ladrones de cuello y corbata se extiende a otras esferas y tiene como víctimas a todos los chilenos- particularmente los más modestos- a quienes ya no llegarán los programas y políticas sociales que pudiesen haberse desarrollado con los miles de millones que no se pagaron como impuestos.
Hecho este catártico paréntesis retornemos a “El Maestro del Dinero” que en el ámbito que comentamos tiene también como referente la película ganadora del Oscar “En Primera Plana”, ya comentada en estas páginas, con la cual tiene en concomitancia, los oscuros movimientos que invita a talentos ambiciosos y amorales a jugar con el dinero de otros en el frenético mundo de Wall Street, el submundo de las finanzas del país más poderoso.
Resulta interesante el comienzo de la película, con escenas donde la cámara se interna y recorre otro submundo: el de la informática, que ha hecho el milagro para estos casos de defraudación, invisibilizar el dinero y convertirlo sólo en impertérritas pizarras electrónicas, anunciando fríos guarismos que se elevan o descienden, según la estrategia más o menos inmoral u honesta de políticos y financistas que levantan o bajan el pulgar en la toma de decisiones que probablemente impacten mayoritariamente a los más indefensos del sistema que a sus propios bolsillos.
El tercer submundo, ya mencionado, son los carismáticos rostros de la televisión, que suman seguidores obnubilados por sus atributos físicos. Estos últimos pesan más que aquello que transmiten y que en muchas oportunidades carece de sustento.
Nadie más apropiado para interpretar en este filme el papel de conductor de televisión que George Clooney quien se sitúa entre los top 10 como los galanes actuales en los “ganchos” para atraer espectadoras.
El actor junto a Julia Roberts, quien ya no luce tan glamorosa, y eso le ha permitido adjudicarse roles de mayor carácter, vivirá su “viernes negro” cuando quede cautivo dentro de un set a manos de un ya desquiciado ahorrante quien ha perdido toda su herencia por seguir el “consejo” de Clooney.
Viene a continuación el esquema propio de estos thrillers que ya detallé y que bien vale la pena verlo, aunque no sea el mejor de este género, entretiene, mantiene el suspenso.
Una buena sorpresa como oficio actoral la da Jack O’Connell, a quien no le conocemos otros trabajos, cuya sólida perfomance opaca a Clooney.
Hay cinco filmes de similar línea que citaré y recomendaré brevemente.
“Tarde de Perros”, que lleva el sello de Sidney Lumet, sobre el asalto de un banco, un caso real, donde se produce la dinámica que señalábamos al comienzo: el público tomando palco para presenciar a este héroe interpretado por Al Pacino, quien fue a dar a la cárcel, en un acto desesperado por apoderarse del dinero y poder complacer a su pareja en un cambio de sexo. De la vida misma, en el diversificado abanico de las razones que se pueden esgrimir para salirse de la norma.
Lumet tiene en su filmografía una segunda película que coincide con “El Maestro del Dinero” al retratar en “Network” el submundo de la televisión.
En los años 90 es un aun joven Michael Douglas quien protagoniza “Un Día de Furia” representando al individuo acosado y a la vez marginado por la sociedad, condiciones que le precipitan al abismo de la desesperación y el estallido.
Esta cinta muestra algunos resquicios de la sociedad estadounidense que dan cuenta de cómo en una comunidad tan estructurada y normada, las emociones fuera de control y de un hombre hostigado por las circunstancias pueden convertir una rutinaria jornada en “Un Día de Furia”. La recomendamos.
Esta producción la dirige Joel Schumacher, un cineasta que si bien está diversificado, tiene varias producciones que se inscriben en el thriller y de él comentaremos rápidamente una segunda producción con matices de coincidencia con el “El Maestro del Dinero”.
“Cabina Telefónica” es una cinta de intriga, de un publicista fanfarrón y mentiroso (interpretado por Collin Farrell) que queda atrapado en una cabina telefónica, acosado por un francotirador en pleno centro de Nueva York, y que luego, siguiendo el esquema, resulta acorralado por la policía y el público.
Se trata de una cinta poco conocida, interesante en su desarrollo y en su final.
Además de Farrell, reúne en su elenco a Kiefer Sutherland, un talento perdido en el abrumador Hollywood y al gran actor de color, Forest Whitaker.
Recordemos también a “Mad City”, que protagonizan Dustin Hoffman y John Travolta. Este último, despedido de su trabajo en una decisión que estima injusta, en una decisión límite, toma como rehenes a niños al interior de un museo, circunstancia a partir de la cual se desata el drama.
Por último, el Cine chileno tiene una criolla versión, con una producción de los Años 90.
“Johnny Cien pesos” es un guion tomado de la vida real con delincuentes que quedan atrapados en un video club junto a sus rehenes en pleno centro urbano de la época, la calle Estado de Santiago.
Si le interesó ver “El Maestro del Dinero” y si reside en La Serena, donde las películas de cierta calidad sufren del mal de fugaz itinerancia por cartelera, le recomendamos verla esta semana. Registra apenas dos funciones diarias, señal inequívoca que pronto desaparecerá de la programación o se exhibirá a desquiciante horario pasada la medianoche.
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