Estimados lectores, mi espíritu viajero me lleva a un paréntesis con Chile y su acontecer.
Aprovecharemos el descanso de festividades y otros días para nuevamente endeudarnos (ja,ja) e invertir en el invaluable placer de viajar.
En unas horas más ya iremos rumbo a Francia en un apretado pero intenso viaje par visitar a familiares de mi hijo y recorrer ciudades que no responden al circuito tradicional, una atipicidad que siempre busco cuando viajo. La suerte en ese aspecto es que nos acompañarán franceses y esta circunstancia ya es un tremendo plus en términos de eliminar las barreras que tenemos visitantes cuando llegamos a un país y no logramos internalizar costumbres cotidianas. Esta posibilidad me interesa sobremanera, no quedarme en lo meramente turístico.
Francia aún está sacudida por la prolongada crisis de la Zona Euro, registra un 10% de desempleo y un nulo Crecimiento.
Los franceses enfrentan además un inquietante escenario político, con una figura presidencial que comenzó a caer casi desde que asumió y en cuyo desplome ahora contribuyen escándalos personales que además le han impactado en su relación con el electorado.
Al igual que Chile, se especula sobre prematuros postulantes a la carrera presidencial del 2017, y muchos apuestan a que Francois Hollande no podrá ir a una re-elección. Las últimas encuestas asignan un 85% de rechazo sobre el gobernante para que insista en un nuevo periodo.
En un escenario similar se sitúa el ex mandatario Nicolás Sarkozy, quien enfrenta una vorágine de acusaciones por dineros habidos en su última campaña electoral.
Todo ello ha permitido que Marine Le Pen, la líder del Frente Nacional, representante de la derecha gala, capitalice el descontento del electorado
En este país, el votante es pragmático y funcional, y no trepida transitar entre la izquierda y la derecha en sus gobiernos, recogiendo el espíritu europeo que se maneja muy bien en no permanecer atado ni a viejas consignas, ni a figuras y que ha sabido mirar hacia adelante, dejando atrás profundas heridas, como lo han sido los conflictos bélicos.
Por lo que señalo, aspiraba a visitar las playas que fueron escenario del desembarco el Día “D” en Normandía, zona que recorreremos, pero en el apretado itinerario privilegiaremos otros atractivos de esa zona.
Del Día “D” se cumplieron 70 años este 6 de junio recién pasado, cuando los aliados lograron el desembarco en ese sector costero dando inicio a la liberación de Francia y a la derrota del dominio nazi en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Ese capítulo cambió la historia europea y probablemente la del mundo.
Sobre ese episodio tuve la oportunidad de haber recorrido el Museo de la Segunda Guerra Mundial, situado en Nueva Orleans, ciudad con vestigios galeses y donde se construyó gran parte de pertrechos bélicos que los norteamericanos aportaron en el desembarco del Día “D” y aquellos usados en su participación en esa conflagración.
La compensación por no recorrer la zona del desembarco es amplia, porque dentro del programa estará el Monte de Saint Michel y su abadía, conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad, a la cual tuve un primer asomo en su análisis en un curso al que concurrí sobre arte medioeval y renacentista dictado por el arquitecto y doctor en estética, Cristian León. Ya escribiremos una nota sobre esta maravilla arquitectónica.
Esta edificación es un orgullo francés y particularmente de los normandos, origen de la familia de mi hijo.
Y como no, nuestra estadía coincidirá con uno de los festivales de jazz de renombre internacional. Allí estaremos disfrutando de grupos que no están en los circuitos chilenos.
Nos nutriremos de la dinamizante energía que cualquier viaje otorga: cercano, lejano, es el asomo a otras realidades y siempre retribuye.
No me ausentaré de la realidad chilena en esta página ya que publicaré las 2 siguientes columnas, la de esta semana y la próxima, que escribo para el Semanario “Tiempo”- a cuyos textos ya otorgué cierre.
Les invito a leerlas. La primera es mi visión del ciudadano que se ha quedado huérfano porque no tiene referentes en el mundo político. En el contexto político es donde ejercemos nuestros derechos ciudadanos y ahí se ha registrado un gran vacío de consonancia entre la población y quienes fueron elegidos para liderar y conducir el desarrollo del país.
La próxima semana analizaremos “La Ley de la Calle”, esa de la cual nadie otorga segura protección al ciudadano que desmenuzo esta semana: es una de sus tantas orfandades.
Como dijo Nicanor Parra: “Voy y Vuelvo”…espero (ja,ja).
Une fois de plus,…. Au Revoir.
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