La respuesta a esa inquietud es simple: Poder salir del fango en que el país está sumido por un mal Gobierno, el peor desde el retorno a la Democracia.
En estos 36 años, nunca ha habido mayor impacto en el destino de la Nación que el ocurrido en estos 4 años, porque jamás ocurrió un retroceso de niveles tan inquietantes, de gran incertidumbre en el futuro, que ha ido acompañada con la ruptura en la confiabilidad en nuestras instituciones, y ese es un factor inquietante.
Organizaciones públicas, privadas, y los Poderes del Estado, están jugando y rozando con la corrupción, alejándose de la seriedad con que se proyectaba Chile interno y hacia el mundo.
Reversar esa crucial ruta requiere de un Gobierno sólido para recuperar el tejido público y social; que demuestre probidad en el manejo de los recursos que aportan todos los contribuyentes; frenar por tanto el aprovechamiento que se ha hecho del erario, robando recursos dirigidos a los más desvalidos; detener el Crimen Organizado, cerrar con decisión las puertas a la Migración Irregular y generar las condiciones para atraer la Inversión y el necesario Empleo asociado.
En definitiva, dar una sólida respuesta a los agobios de los chilenos.
Se advierten señales de esperanza de cambios, creemos que los votantes entregarán su confianza en quienes prometen aportar con energía una respuesta a la crisis que hoy vivimos. Decepcionar ese horizonte y esa perspectiva significaría más que una simple frustración.
Eso llama a que quien sea elegido por la Derecha, reciba el respaldo y todo este sector partidario estará convocado a sobreponerse a intereses partidarios para participar en una adminstración de coalición.
Por la proximidad de esas elecciones, anticipo hoy la columna que publicaré el viernes próximo en Semanario “Tiempo”.
No son proyecciones de resultados, las preferencias están hoy muy abiertas, y ésta es una reflexión hacia lo señalado en el título; Qué se juega en Chile este Domingo, ese es el motivo de instrospección en estos días de víspera de una jornada trascendente.
Les invito a leerla:
Rentabilizar el Voto
El país está hoy a 48 horas en el inicio de lo que sería un punto de inflexión para un cambio radical en la conducción del país.
Esa es una información de certeza en la primera etapa de las elecciones presidenciales. A pesar de 8 candidatos en pugna por llegar a La Moneda, la casi evidencia es que uno de los que se elegirá para el balotaje de diciembre será de tendencia de derecha y los sondeos asignan altas probabilidades de imponerse a esa opción.
Su asociación con el punto de inflexión son los compromisos emanados desde los 3 candidatos de esas fracciones para ir subsanando los conflictos que llevaron a Chile por el despeñadero en materia de Seguridad, Economía, Vivienda, Salud, Inversión, Crimen Organizado, Inmigración y otros derivados.
Ha sido un retroceso que condujo a nuestra nación a un punto de involución que redimió los deshonrados 30 años. Es la gran paradoja protagonizada por la asociación FA/PC y la sumisión de la centro izquierda en el co-gobierno de estos 4 años.
Esta fuerza- FA/PC y Centro izquierda- es la que representa la candidata comunista Jeannette Jara y que por tanto nos invita a ir ya no por un despeñadero, sino caer en un precipicio y en un repliegue generalizado del Chile que algunos años se situó en cifras conducentes al desarrollo. Creer en sus promesas, sumar otro cuatrienio, es caer en la irracionalidad e incoherencia de la ingenuidad. Hundieron y fundieron a Chile en este periodo.
La jornada de este domingo la protagoniza y se pronuncia la Ciudadanía. El universo electoral de 15.709.102 votantes decidirá esta contienda de enorme significado y trascendencia. La profundización del daño infligido a la nación conduce a los sufragantes a buscar una fórmula contraria a la que hoy gobierna. Esta pulsión debe entenderla la Derecha como una responsabilidad y compromiso con el país.
El acto de manifestarse con el voto de toda la Ciudadanía habilitada es el mayor valor de democracia transferida a sufragantes, un llamado a ser responsable de los destinos del país hoy sumergido en una crisis acentuada y experimentada por la gran mayoría de chilenos.
El voto de este domingo vale no solo por la generosidad- en tiempos de estrechez económica- que se autoasignó el mundo político en la jornada electoral: la ciudadanía pagará $126.000 millones a candidatos y partidos. Su real legitimidad está en el acto reflexivo y responsable de simplemente pensar al momento de sufragar en el mejor destino que se merece Chile.
El mismo propósito tiene validez en las parlamentarias. Chile requiere de un Parlamento de congresistas prudentes, sensatos, juiciosos, dotados de experiencia, conocimientos y sabiduría. Calificaciones hoy muy ausentes y de los electores depende modificar el perfil de quienes legislan para el país.
Informarse antes de votar y no dejarse cautivar por “rostros”, “influencers” y vendedores de humos están entre las sugerencias para rentabilizar el voto de una jornada crucial.
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