Su primera gran  batalla- ahora no en la inmensidad del espacio- se juega este domingo, la denominadísima “Gravity”, cuando  la Academia Británica para el Cine y la Televisión entregue sus galardones.

Esta cinta postula por  11 estatuillas en esa competencia  y por un total de 10 a  los  Óscar.

Las denominaciones son más que merecidas. Es un filme que no se queda en la anécdota  ni  en la ficción sobre un acontecimiento de posible ocurrencia en el espacio. Nos habla  de mucho más, aunque desilusione a quienes optan por el cine de acción, romántico y  muchas  veces con cargas hedónicas.

La soledad y la vulnerabilidad de dos seres sometidos a  las leyes del espacio perfectamente puede trasladarse  a la soledad y la vulnerabilidad en la gran urbe.

Eso en lo temático. En realización tiene méritos de sobra para llevarse varias  estatuillas. No sólo por  el resultado estético sino por el apropiado  uso en todos los recursos técnicos y tecnológicos, pero lo que agradecemos, quienes  buscamos la  belleza en  una producción fílmica, es la discreción, propiedad y manejo que el director hace  de  los efectos especiales. No  apabulla, no hay un derroche atiborrante  de este recurso que  parece ser el juguete de moda de algunos realizadores.

Sesgadamente- porque no he tenido le oportunidad de  ver los otros  filmes en competencia,  algunos de los cuales aún no se exhiben- mi apuesta es que “Gravity” debiera adjudicarse varias estatuillas  de la cinematografía británica y también  de la norteamericana.

Esto fue lo que dijimos  al comentarla hace un par de meses.

Comentarios de desencanto escuché al salir del cine. Y es porque “Gravity” no es un filme que guste a todo el público que concurre a las salas de cine  que se caracterizan por el molesto “crunch,crunch” de las cabritas y de los desagradables destellos de los celulares. No se ajusta a  quienes buscan acción en tono agobiante y abrumador. No es una película de vaqueros del espacio- tema de los cuales hay varias propuestas- ni es la batalla campal de terrícolas  y seres salidos de  un cuento de fantasía. Tampoco responde al erotismo que muestra en abundancia  la filmografía gringa, en la mayoría de las veces con tan escaso matiz de intimidad y atmósfera. Un espectador graficó su desilusión al comentar que “ni siquiera un besito”. No, no hay nada de eso.

Esta propuesta del mexicano Alejandro Cuarón tiene sus fortalezas en lo visual y en el adecuado manejo y gran amplitud de recursos que ofrece hoy la tecnología  para hacer cine. La edición también  debe haber sido un enorme desafío y fue muy bien lograda. Todos estos elementos tienen un delicado y efectivo dominio de parte del director. Es la grandiosidad del Universo en un bello despliegue en el uso de cámaras y efectos especiales dosificados.

Añadamos la carismática actuación de George Clooney y una convincente Sandra Bullock- al punto que va por el Oscar-  en el rol que mejor sabemos interpretar las mujeres en la vida real: la resilencia  frente a  la adversidad.

Pero también hay otras lecturas en  esta cinta.  Consignemos en primer término que el drama se desata a partir de la nociva e irrespetuosa intervención del Hombre sobre todo ambiente al que llega. Y claro, para una propuesta estadounidense, los malos aquí son los rusos…nada extraño.

También está la pequeñez del Hombre cuando  asume el desafío de enfrentar la naturaleza que tiene sus propias leyes. En esta cinta,  el Universo impone su propias normas, tal vez para que el hombre aprenda que hay límites, que traspasados, le jugarán una muy mala pasada.

La Soledad del  Hombre está desplegada aquí  en toda su magnitud, aunque para ello no es necesario viajar hacia las Estrellas. Lo importante es que esa soledad pueda ser aleccionadora.

No es un filme apropiado para quienes padecemos de vértigo: la presencié aferrada a la butaca,  pero igual la repetiría en 3D.

Del Director

Gravity es dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón, quien ha logrado abrirse paso con eficacia en el cine hollywoodense, al punto que  logró dirigir una de las cintas de  la saga de Harry Potter. En “Gravedad”  este cineasta  le da impulso a su hijo Jonás, guionista de la película.