Una Nominación en la Cuerda Floja
Aun no surge humo blanco para nombramiento de nuevo Contralor
Nada le ha resultado fácil al Gobierno, que hoy se está jugando porque el nombre propuesto para Contralor General de la República, Enrique Rajevic, reciba la aprobación del Senado.
Hay renuencia incluso en la propia Nueva Mayoría y los llamados formulados no sólo en pasillos, al calor de un cafecito, en oficinas ministeriales, en reuniones que desconocemos, alejados del formal lobby, entre los llamados “sujetos pasivos”, en la cálida cocina a la que aludía el senador Andrés Zaldívar y también usando medios de comunicación, son una señal que a horas de que se realice la votación parlamentaria no se han logrado reunir los 22 sufragios, el piso para la aprobación de esta propuesta presidencial.
Las objeciones surgen porque el perfil del postulante no es impoluto, como debe exigirse al hombre que fiscalizará toda la administración pública- incluido el Gobierno- en cuestiones jurídicas, financieras y contables.
Y esa trascendental tarea exige una autonomía a toda prueba.
Además de su cuestionada mora por una beca cumplida en España, su paso como asesor, en repetidas asesorías en diversos ministerios, obligarían a este eventual Contralor inhabilitarse en proceso en que estén involucradas las reparticiones en las cuales prestó servicio en los últimos años.
Con respecto a la beca, él se ha defendido señalando que el requerimiento de cancelación nunca le llegó.
¿No será que quienes mejor conocemos nuestras obligaciones somos nosotros mismos? En fin……
El nuevo Contralor General- sea Rajevic u otro- tiene una vara alta. Su antecesor- Ramiro Mendoza- fue un fiscalizador que no se “cazó” con nadie, como exige el cargo. De bajo perfil, se fue señalando que veía en el país señales de corrupción. El era discreto para las calificaciones.
Hay un reproche proveniente de la Oposición y es que el corazoncito de este candidato palpita muy cercanamente al de la Presidenta Bachelet, como activo participante en sus campañas.
Pero esos no son sólo remilgos de oposición. También muy en reserva, la Nueva Mayoría no debe ver con buenos ojos, aunque no lo expresa, que Rajevic comparta posiciones con el ala más conservadora de la Democracia Cristiana.
Eso provoca urticaria en algunas fracciones de la NM.
Fue precisamente el ministro del Interior, Jorge Burgos, quien propuso su nombre y fue el propio Burgos quien puso su pecho al frente con esta nominación, señalando en las últimas horas, cuando aun no está segura la votación de aprobación senatorial, que asumiría la responsabilidad por el fracaso de esta postulación, si así sucede.
¿Qué habrá querido decir Burgos? ¿Qué pondría su cargo a disposición de la “jefa”? (así la nominaba Peñailillo).
Creo que muchos oficialistas saltarían de alegría con tal decisión, por cierto que aquellos que se disgustan con la política más conciliadora y gradualista de Burgos, el hombre de la bicicleta y enemigo de la retroexcavadora.
Precisamente el líder de la retroexcavadora, el senador Jaime Quintana, junto con la Presidenta del PS, Isabel Allende, han sido quienes han llamado a cerrar filas frente a la propuesta gubernamental y al consenso en torno al nombre de Enrique Rajevic.
¿Cómo es eso? ¿Y no era que la política de los consensos generaba acidez estomacal en círculos parlamentarios?
Pero no se preocupe, los políticos gozan de una especial elasticidad de pensamiento y no tienen ningún problema en instrumentalizar principios y comportamientos según les convenga.
Volviendo al nombramiento del Contralor- cuyo plazo para el pronunciamiento del Senado vence este jueves- su rechazo representaría, en efecto, un serio revés para el Gobierno y el propio bloque, en momentos que requiere remontar su profunda crisis y en instantes en que ha logrado detener- al menos frenar- la desaprobación ciudadana.
Veamos que sucede en la política criolla con respecto a este nombramiento en que ni los propios bloques son capaces de consensuar sus políticas y postulados.
La Oposición- la derecha que trata denodadamente someterse a una cirugía plástica que le borre sus profundas arrugas- no lo hace mejor: tampoco en este nombramiento están cohesionados.
¿Y cuándo no ha sido así?
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