¿Lagos o Bachelet? – Semanario “Tiempo”

Nota de la Editora:  las noticias transcurren vertiginosamente, con mayor rapidez a  veces que la que se quisiera para meditarlas. La siguiente columna  publicada en Semanario “Tiempo” el pasado día 5, pareciera estar obsoleta, a menos  en la medición del tiempo que hacemos los periodistas que trabajamos con la inmediatez y lo ocurrido ayer- a menos que  cuente con elementos que  justifiquen su continuidad-  es material obsoleto.
Lo expresado por el ex Presidente Lagos pasó rápido por  la velocidad de la informacion a que me refería. Y en buena hora para la Nueva Mayoría, a la cual debe haberle resultado un purgante.
Pero este fin  de semana  volvió a hablar del país y fundamentalmente de la infraestructura, que es el tema que a él le quita el  sueño y que en realidad  es un eje básico para su  desarrollo.
Lo hizo en un tono más mesurado, con menos elementos calificativos, sin entrar en la contingencia política, tal vez, buscando evitar la polvareda que generó la semana anterior.
Comparto con Uds. mi columna que está referida a Lagos primer capítulo. Del segundo, coincido con  todo lo expresado por el ex mandatario porque  otorga una visión integral de nuestras carencias en infraestructura, con una perspectiva integral del país. Se acordó ahora de las regiones, las grandes  olvidadascuando hay que optar entre los recursos existentes, como vamos planificando el país. Las prioridades en regiones se han materializado a fuerza de ser generadoras de recursos productivos importantes como la  minería, agricultura, forestal y otras.
 

¿Lagos o Bachelet?

 

Lagos y Bachelet Este título no es consigna política ni encuesta. Porque después de la potente intervención de Lagos que electrizó portadas,  pareciera que hay que estar o con Bachelet o con Lagos. En la Nueva Mayoría emergió la crítica por el flanco más inesperado, el amigo, se suponía.

Lagos se distanció así de su coalición, su forma de gobernar. Pero en rigor, el caballero que amenaza con su dedo nunca ha estado muy presente en el conglomerado.

No entender la reprimenda, es resistirse a admitirla. Quedó clara tras su intervención frente a empresarios, cuando habló como él suele  hacerlo, con voz fuerte y golpeada: pan, pan; vino, vino: sin eufemismos, medias tintas ni metáforas. No hay otra interpretación.

Simplifiquemos también al hueso, directo a la médula y recordemos que expresó  que le disgustaban las retroexcavadoras destructivas, que sigue siendo adicto a  las concesiones, que si insistían en mayor presencia estatal, habría que pedir más impuestos.

Para más baldes de agua fría, afirmó que  falta liderazgo.

Según Lagos, si el gobierno persiste en ir contra lo que  quiere la ciudadanía, deja espacio a la oposición para que lo capitalice.

Lo que más comparto con él, es el tremendo atraso existente en infraestructura si queremos ser competitivos y avanzar al desarrollo.

El de Lagos debe haber sido un golpe difícil de enfrentar para la Nueva Mayoría: un odioso dolor de muelas.

Algo así como cuando nos caemos y nos levantamos con toda dignidad, aunque las  rodillas  sufren como diablo.

Tenemos entonces ahora un país según Lagos y otro según Bachelet.

Claro, en medio del desorden y el campo de batalla en que han convertido el país los conglomerados de izquierda y de derecha, la potente voz de Lagos suena como el líder que llega a poner orden.

Pero no nos dejemos encandilar. El consolidó las transnacionales en nuestra infraestructura y las sigue defendiendo. ¿Más concesiones? ¿Bajo los mismos contratos leoninos que nos dejó el ex mandatario, que en infraestructura vial representan impuestos directos?

¿Avanzar en el Transantiago que subsidia todo el país porque los recursos “espejos” se descuentan de otros ítems?

La suya además fue una mirada centralista. De social tampoco tiene nada. Al ex gobernante preocupa la falta de pórticos electrónicos  para salir de Santiago, pero no le escuché ni un punto, ni una coma, sobre el pésimo transporte que debe enfrentar el ciudadano a pié de  regiones alejadas del centro: micros destartaladas, sogas por donde  se exponen niños y viejos ante la carencia de puentes. Una realidad más cruda que instalar pórticos electrónicos.

¿Y la década de sequía en esta región?

¿Algo sobre los ancianos y sus miserables pensiones?

Por  eso, no me pronuncio ni por Lagos ni por Bachelet, sino por el país que está allende del horizonte de los políticos, el real, el del día a día, el Chile tras la frontera metropolitana: el invisible.

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Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

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