La Débil Conectividad en Regiones

Chacao, el otro Cau Cau

 

Puente caidoUna afirmación que lanzamos al boleo en nuestra última columna del pasado viernes, sólo por intuición y/o secuencia lógica, en cuanto a que  el  postergado Puente Chacao (de casi  5 décadas sin construirse) podría sufrir similar suerte que  el desastroso Puente Cau Cau tuvo su respaldo en un ex ministro.

El ex titular de Obras Públicas, Sergio Bitar, afirmó ayer lo mismo. Citó  una  5  razones, entre ellas la incapacidad técnica del MOP para emprender el proyecto, y advirtió que si no se  reconsideran y replantean  algunos de  los componentes técnicos del actual proyecto, o más bien si así se ejecuta, habrá un retraso a lo menos en 2 años, en la puesta en marcha del Chacao, para el 2020.

O de lo contrario, aseveró que es factible exponerse a que-  al igual que el Cau Cau- el proyecto quede mal diseñado. Es decir, como afirmamos en  estas páginas con respecto al  Cau Cau, el dinero de todos los chilenos sirva de relleno en otro desaguisado y las responsabilidades se pimponeen entre los sucesivos Gobiernos, que ninguna autoridad asuma culpabilidad y nadie pierda ni el bono de  colación por el desastre.

Sí, porque frases vacías como “Caiga quien Caiga” no tienen referente en Chile, donde sólo se caen los puentes mal diseñados.

No sólo los viaductos en construcción.  Han sucedido casos más dramáticos en aquellos que están en funcionamiento: citemos Huaquén y Loncomilla, que “nació” defectuoso.  Aun no entraba en funcionamiento cuando se advirtieron algunas fisuras.

En anteriores textos nos hemos  referido a la débil conectividad existente en regiones. Una fragilidad que  llega a  prácticas extremas en los sectores rurales, donde aun existen sogas  mediante las cuales sus  habitantes se desplazan de un extremo a otro del río como única alternativa de conexión.

La Región de Los Lagos, con algunos sectores aun en protesta, ha sido escenario de tragedias por obras o mal construidas, de desastroso diseño o mal mantenidas.

En 1995, tras un fuerte temporal, en un camino rural de conexión entre Ensenada y Puerto Varas  colapsó el  camino y se  generó un socavón que envió 6 vehículos al Estero Minte, con el fallecimiento de 27 personas. Debieron trascurrir 6 años para que  una jueza determinara indemnización, tras un primer fallo sin responsables y con el MOP sobreseído.

Bastante  similitud con el Caso Tsunami de reciente sentencia, donde la vida de más de un centenar de víctimas fue tasada en  apenas  $ 2 millones y ningún culpable.

Hace muchas décadas,  un fuerte temporal en escasos minutos hizo colapsar el único puente que constituía una  conexión de  La Serena hacia el sur.

Tal desastre, que dejó aislada la IV Región, dio cuenta de cuán torpe fue la decisión de la dictadura de hacer desaparecer  la vía ferroviaria como conexión vertebral del país.

El hecho generó desabastecimiento y los enfermos que debían atender en Valparaíso o Santiago, cuando el sistema de salud de esta región era aún más precario,  fueron transportados en  aviones Hércules de la Fach.

Chile- país de desastres-  suma otros desaguisados y tragedias que no debiesen ocurrir en un país de extrema vulnerabilidad frente a catástrofes.

En estos 2  últimos años hemos  enfrentado sismos, tsunami, incendios, inundaciones, aluviones, actividad volcánica y ahora la marea roja con el Niño jugueteando en nuestra descuidada zona costera.

Y sumemos el tercer desastre en  dos años en la bahía de  Quintero, donde un  barco derramó hace 4 días denso aceite, al no cumplir con los protocolos frente a ráfagas de viento. La fauna acuática- al  igual que la del sur- agoniza hoy en el fondo marítimo y  un nuevo sector de pescadores ha perdido su fuente de trabajo.

La naturaleza es difícil contenerla; simplemente se expresa, pero el humano que la habita y su  torpe y ciega manipulación e incultura ambiental termina siendo la gran tragedia que generalmente se deja caer sobre  aquellos de menores recursos.

Todos los sectores de Chiloé están sufriendo hoy grandes pérdidas y el desempleo se  desplaza en el  archipiélago al igual que la marea roja: restauranes,  sector turístico y el pequeño comercio están recibiendo el impacto de este colapso.

Eso, en medio de la indiferencia de las autoridades, como  lo publicamos ayer, con el Parlamento y su evidente desinterés por esta tragedia.

¿El Puente Chacao puede ser el otro Cau Cau? Así lo advierte  un ex ministro quien no se refirió al tema mientras ocupó el cargo y eso da cuenta que  el abandono de las regiones no es cuento chino.

 

 

 

 

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

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